Tía Julia:
Le escribo frustrada por las cosas que tienen los hombres que sorprenden y nos hacen sentir desgraciadas. Sus actos nos bajan el autoestima con sus sandeces turbando nuestros sentimientos y esperanzas en el destino de la especie humana. ¿Cómo la ve?
Conocí a Pito hace siete meses a la salida del culto del hermano Apolinar en Springfield cuando sentí que una mirada me traspasaba de lado a lado como un centella de las que ahora caen en Texas. Usando la aguda vista de nosotras las féminas que al parecer no miramos, pero que no se nos va una, vi sus ojos pardos examinándome y noté que era un tipo corpulento con los brazos peludos entre otras características vitales.
Al domingo siguiente se me acercó mi amiga Masoklia y ¡Oh sorpresa! Pito venía con ella. Allí nos presentamos y me enteré de que venía llegando de la Isla del Encanto para completar una maestría en medicina veterinaria.
Comenzamos a dar paseítos y por allí vino lo demás. Yo soy una muchacha liberal y puedo decirle que este muchacho es de pelo en pecho y tiene pelos hasta en los hombros como si tuviese las axilas al revés. Así después de varias liberalidades e íntimos llegó el día en que le invité a conocer a mis padres y a probar unas chuletas que mi mai prepara con tocineta y arroz con gandules que la han hecho famosa en el barrio.
Se conocieron, se le atendió, habló con papá que es un bombero retirado y con mi hermano Floridor.
Sin embargo, me di cuenta con el sexto sentido y el tercer ojo que tenemos las féminas, de que no intercambió mucho con mi mai aunque ella le preguntaba las cosas de siempre y cuando supo que iba a ser médico veterinario se alegró y bromeando le dijo que era excelente porque podía atender a mi hermano que tiene algunos problemas con levantarse temprano o buscar empleo.
Desde ese día que yo había considerado una jornada exitosa para mi futuro, Pito me llama solamente de vez en cuando y cuando nos reunimos noto que algo le pasa. Un día discutimos y le dije del mal que iba a morir y que si terminábamos la relación me dijera al menos la razón.
Allí se quejó de que mi mamá estaba muy golda al igual que mi pai y que teme que mi belleza física vaya decayendo por lo de las chuletas y que él es vegetariano. Yo me puse estaba alterada y quedamos de reunirnos nuevamente en el culto para decidir que íbamos a hacer.
Tía, es verdad que en mi familia hay una tendencia a engordar dizque mi tío porque descendemos de gallegos, y el análisis de la saliva ha mostrado que tenemos algo de judíos, Tainos y mongoles. Antes de preguntarle a Pito ¿y tu abuela donde esta? y ofenderlo porque tiene la rajita, desearía que piense usted acerca de este triste suceso. ¡Imagínese usted! ya casi comprometidos, yo haciéndome ilusiones y este tipo me sale con esa.
Le agradeceré su sabia opinión porque mis papás y mi hermano ya me están preguntando qué es lo que le pasa al tipo y mi mamá piensa que ya le di la prueba de amor y que, como muchos en el Green, desapareció como los cometas.
Saludos y abrazos. Cuídese del calor y use un quitasol ya que las adultas mayores con más vulnerables a los rayos del car’gallo.
Latrina
Querida Latri,
Todo estaba bien en tu expresivo y detallado texto hasta que llegaste al párrafo final y me sales con esto del quitasol que tienen que usar las mal llamadas viejolas. Túmbame el temita y por si acaso salúdame a tu abuela y a tu progenitora. Lo del calor global obligará a todo el mundo a utilizar quitasoles y paraguas así es que por allí nos vamos viendo porque los veranos queman.
Lo que sucedió con tu llamado enamorado les sucedió a muchas muchachas liberales como tu por esto de la prueba del amor. Tienes que ser más cuidadosa Letrina porque los rumores de la generosidad liberal circulan rápido y al final para conseguir esposo tendrás que viajar a China donde por las extrañas ideas de Mao-Te Chuna y esa ley de que cada pareja debía tener como máximo un hijo, hay ahora un déficit de damas y los chinitos por razones obvias, están desesperados. Me contaron que ahora decretaron que las parejas pueden engendrar tres vástagos.
Por la forma como te expresas en el texto y sin falta de ortografías me doy cuenta de que eres una mujer estudiada y me sorprende tu inocencia con el tipo peludo.
En el futuro cuando algún recién llegado de otro país te diga que está estudiando medicina, leyes o astronomía. investiga y averigua. Me han contado que a Hartford llegaron muchos siquiatras y médicos que nunca mostraron el titulo ni diploma, o los famosos licenciados. Con respecto a estos últimos sucede que en algunos países cuando completas la escuela superior eres ya licenciado o licenciada y a Connecticut han llegado muchos de ellos, al igual que cubanos que se hacen llamar dotores en ciencias ocultas y fuman habanos.
Y para no entrar en más detalles, te recomiendo que te olvides de ese “enamorado” ya que a tu familia se respeta, especialmente a la mamá. Qué el Pito ese se vaya a Pitear a otro lado con la historia del veterinario y engatusar, embaucar y burlar a muchachas que como tu pisan inocentemente el palito.
No seas tan liberal y vete a otra congregación que en Connecticut hay muchas. No menciones lo de la rajita del enamorado porque te acusarán de racista.
Tu tía que te aprecia, a pesar de todo.
Julia