…Rememoran las mismas reclamaciones contra la guerra de Vietnam
En un diálogo reciente con un amigo quien en 1967 era estudiante de sociología en la Universidad de Puerto Rico (UPR), me decía que a menudo protestaban en el recinto universitario y en las calles de San Juan por la intervención de USA en las guerras en Vietnam, Laos y Camboya. Las mismas protestas acontecían en Europa y en la mayoría de los países latinoamericanos donde la prensa escrita, la radio y la televisión, informaban de matanzas, bombardeos, masacres de civiles y pérdidas humanas.
Estos prolongados conflictos bélicos eran parte de un contienda global militar e ideológica que se inició poco después de finalizada la segunda guerra mundial en 1945 y culminó con la derrota de la Alemania nazi, el fascismo italiano y el imperio japonés.
A pesar de las sangrientas experiencias y los gastos militares, las guerras continuarían en Irak, y Afganistán, y en la actualidad siguen en Siria, Irán, Ucrania y más recientemente Palestina.
Hoy, en pleno siglo XXI la llamada “guerra fría” entre Rusia, ex Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas y los Estados Unidos y sus aliados de la Organización de Países del Tratado del Atlántico Norte (OTAN); continúa peligrosamente inclinándose hacia una “guerra ardiente.”
Ahora bien, la situación de Palestina explota después de que a partir de 1948 Israel recibió de los imperios triunfantes en la segunda guerra, amplias regiones históricamente pertenecientes a Palestina.
A través de siete décadas los israelitas comienzan paulatinamente a apoderarse de territorios que no les correspondían despertando la ira de la nación afectada la cual, bajo el liderazgo de la organización Hamas, llevó a cabo el 7 de octubre, 2023, un sorpresivo y violento ataque cogiendo rehenes israelitas y asesinando a otros justificando esta sorpresiva acción bélica por los crasos abusos cometidos por Israel en contra de esta nación.
Esta información nos sirve para entender la situación del conflicto entre Palestina e Israel. De acuerdo a observadores internacionales, la nación palestina está amenazada por el exterminio y un paulatino genocidio.
Benjamín Netanyahu, primer ministro de Israel, más que político un militar de carrera apoyado por los judíos más conservadores y ortodoxos de su país; continúa poniendo en práctica sus planes de expansión y genocidio criticados por los israelitas más moderados.
¿Por qué este hecho influye en los Estados Unidos y en el gobierno demócrata de Joe Biden?
El problema es que para Israel y como lo parafrasea Netanyahu acusado en foros internacionales como un criminal de guerra, su lucha asegura la “existencia” de Israel después del ataque a civiles el pasado 7 de octubre y la toma de rehenes inspirada por el grupo Hamas. Pero también para los palestinos esta injusta guerra es “existencial” porque en pleno siglo XXI, como nación y raza sufren la amenaza de un abierto genocidio.
El apoyo que el presidente Biden dio con un abrazo fraternal a Netanyahu después del 7 de octubre ha sido criticado porque este déspota interpretó un acto amistoso y paternal como la autorización para bombardear y destruir sin piedad ciudades y pueblos de Palestina asesinando a miles de civiles, especialmente niños. mujeres, adultos mayores, hombres y cachorritos. Ahora a más de un millón de palestinos se les niega un territorio permanente, el alimento, el agua, los servicios sanitarios básicos y medicamentos.
Por esto estudiantes universitarios, jóvenes demócratas, humanistas, abogados proderechos humanos, cristianos y sectores más sensibles a los crímenes en contra de la población palestina, han salido a las calles a protestar por los abusos en los ataques de los soldados judíos.
Según las últimas informaciones ya existe una coordinación nacional de eventos en pueblos, ciudades y universidades de desaprobación a la política exterior de Estados Unidos que no se conocía en su magnitud desde la guerra de Vietnam.
Para muchos, estas son protestas justas y pacificas como las predicadas por Gandhi en la India, pero como es el caso de la Universidad de Columbia, ya está interviniendo la policía cuando los actos de condena a Israel se transforman en formas de protesta si no más violentas, más notorias caracterizadas por tomas de áreas de recintos universitarios.
En Columbia hay más de doscientos arrestados, pero los estudiantes continúan clamando por un cese del fuego y ahora la universidad ha tenido que suspender sus clases presenciales reemplazándolas por los sistemas digitales. Los estudiantes judíos temen por su seguridad ante ataques verbales de los manifestantes, entre ellos, “Nosotros somos Hamas, cerdos.”
A esta protesta se agregan otras en la Universidad de Nueva York con la misma vehemencia e incluso con la participación de profesores. También se han producido arrestos, desalojos y los presidentes de estas instituciones académicas han amenazado con sanciones internas.
En Connecticut estudiantes de la Universidad de Yale ya están iniciando la táctica de acampar y protestar en el recinto universitario. Al cierre de esta edición se anunciaba que protestas semejantes han tenido lugar en la Universidad de Berkeley y en la Universidad de Michigan.
Por otra parte, en este instante la numerosa población de origen judío de USA, sus instituciones comerciales y bancarias, empresas y medios de comunicación, son las grandes colaboradoras financieras de la campaña a la reelección del presidente Biden.
Para agravar más aun la situación, Irán país musulmán, enemigo acérrimo de los Estados Unidos inició sorpresivos bombardeos en contra de Israel que fueron neutralizados por los sofisticados equipos de defensa antiaérea de USA. A pedido del presidente Biden, Netanyahu bajo fuertes críticas por la oposición en su contra en Israel, se refrenó por ahora de bombardeos masivos.
La situación es altamente explosiva y se ignora cuanto podrá hacer la diplomacia para disminuir los peligros de una tercera guerra mundial.