Dentro de la cabeza del Presidente Joe Biden, la economía nunca estuvo mejor, menos desempleo, inflación controlada y precios bajos. Estaremos mejor dándole $60 mil millones para Ucrania y reeligiéndolo.
Su discurso sobre el Estado de la Unión, contra Trump y Putin, mostró una nación dividida, los republicanos nunca aplaudieron, Biden lucía lúcido, enérgico, como recién salido de una intensiva reanimación. Con una sobredósis de esteroides.
Para Biden, como Hamás mató 1,200 israelíes, se justifica que Israel masacre 100,000 palestinos, y solo habrá paz cuando Hamas se entregue, es decir, nunca. Biden asegura que no enviará tropas a Ucrania, pero los ingleses mandaron y Alemania planea ataques contra Rusia.
Biden y sus amigos juegan Ruleta Rusa Nuclear con Putin, el presidente ruso, claro, todos tienen bunkers para esconderse, nosotros oraremos, Dios nos cuidará. Saben perfectamente lo que hacen, esta es una locura fríamente calculada.
Así como provocaron a Putin para que invada Ucrania, lo provocarán para que lance un ataque nuclear, ellos responderán, desde sus bunkers, saldrán cuando todo haya pasado.
Putin será culpable de la gran catástrofe humana, ellos crearán un nuevo mundo, sin personas inservibles, como nosotros.
Ucrania fue tubo de ensayo, provocaron a Putin, él reaccionó, hay que provocarlo más para que su respuesta sea más devastadora.
Biden se contradice: Putin no se detendrá en Ucrania, Europa peligra, pero Estados Unidos no enviarán tropas a detener al “invasor”. ¿Entonces?
Biden dice que la democracia está en peligro, es totalmente cierto.
Ni estadounidenes, europeos, ni rusos, quieren guerra nuclear, pero la camarilla de privilegiados que Biden representa si la quieren, y guerrearán, “contra la voluntad popular” para “defender la democracia”.
Porque “democracia” ya no es poder popular, sino de los privilegiados, vivimos el mundo de Orwell. Según Biden, guerra es paz, tendremos paz con las victorias en Ucrania e Israel. Es innegable, Biden es honesto, y dice la verdad.