“El riesgo es nuestro negocio”, dijo una vez James T. Kirk. “De eso se trata esta nave estelar. Por eso estamos a bordo de ella”.
Más de medio siglo después, el actor de 90 años que dio vida al legendario capitán del Enterprise está convirtiendo ese tipo de riesgo en un negocio al viajar a las estrellas en circunstancias dramáticamente diferentes a las de su personaje. Y, al hacerlo, William Shatner está generando la coexistencia de universos paralelos: la visión espacial utópica de “Star Trek” (“Viaje a las estrellas”) y el punto la evolución cada vez más comercial que el “espacio” tiene en la psique estadounidense.
Cuando Shatner aborde el Blue Origin NS-18 de Jeff Bezos en Texas la mañana del miércoles, su aventura creará una de las mejores historias cruzadas de nuestra era.
Se trata del espacio y la exploración, claro, y ciertamente del capitalismo, los multimillonarios y cuestiones de equidad económica. Pero también se trata de la cultura popular, el marketing, el entretenimiento, la nostalgia, la esperanza, el Destino Manifiesto y… bueno, ya entiendes la idea.
”¿Qué veré cuando esté ahí fuera?”, se preguntó Shatner la semana pasada al hablar con Anderson Cooper en CNN. Una pregunta igualmente válida es esta: ¿Qué veremos NOSOTROS cuando él esté ahí fuera?
Será una mezcla compleja de sueños humanos superpuestos con la tecnología y la esperanza, la fanfarronería y el dinero en efectivo, y la noción de que los viajes espaciales nos elevan, todo orquestado por una empresa que ha sido criticada por lo que algunos llaman las formas poco utópicas y tecnológicas en que opera.
¿Encaja bien todo eso con “Star Trek”?
EL MUNDO DE “STAR TREK”
Desde su estreno en 1966 y con uno de los elencos más diversos que jamás haya visto la televisión, “Star Trek” ha pasado del sueño febril de Gene Roddenberry de un ”‘Vagón de tren’ a las estrellas” a un intrincado universo transmedia lleno de sutilezas, tradiciones y reglas.
Entre ellos: los seres humanos evitan matarse entre sí. El dinero generalmente está desactualizado, al igual que el hambre y la pobreza. La codicia es aberrante. La no injerencia en otras culturas es el principio más sagrado de todos. Y dentro de la Federación Unida de Planetas, las Naciones Unidas espaciales de “Star Trek”, la exploración, no la dominación, es la moneda del reino. En resumen, muy diferente de la humanidad en este momento.
Esa serie original de 1966-69 utilizó la alegoría para evadir a los censores y contar historias sobre el racismo y la xenofobia e incluso la guerra de Vietnam. ¿Cómo pudieron salirse con la suya con todo eso? Porque las aventuras del Enterprise de Kirk tuvieron lugar en un contexto de viajes espaciales del siglo XXIII, algo directamente relevante para el mundo también, dado que los humanos pisaron la luna por primera vez 47 días después del episodio final de la serie original.