STAMFORD. Para celebrar el Mes de la Mujer, JetBlue destaca a Lygia Calderón, Técnica de Mantenimiento de Aviación, una de las primeras tripulantes que comenzó su carrera hace casi 24 años, el año en que se fundó JetBlue.
Lygia se mudó a Nueva York cuando sólo tenía seis años y forma parte del equipo de cambio de motores en el Aeropuerto Internacional de Orlando, donde reemplaza, mantiene, repara, inspecciona y realiza otros trabajos asignados en los motores.
Ella compartió su experiencia como mujer en la aviación, su trayectoria profesional, los éxitos que ha logrado y consejos para las mujeres interesadas en entrar en la industria.
“Desde que recuerdo, siempre me han gustado los aviones. Uno de mis peluches favoritos era un 747 de VARIG Airlines, una aerolínea brasileña. Recuerdo que mi familia siempre recogía o dejaba a amigos y familiares en el Aeropuerto de JFK de Nueva York. Durante estas visitas al aeropuerto, siempre me preguntaba:”¿cuándo me tocará a mí? Mi fascinación por los aviones, los aeropuertos, los viajes y la industria aérea en general me acompañó durante toda mi infancia”, dijo.
Al crecer no sabía que existía la profesión de técnico de mantenimiento de aeronaves. En la mente de Lygia sus únicas dos opciones eran ser piloto o aeromoza. Cuando empezó los estudios secundarios se encontró con la Escuela Secundaria de Aviación que al principio pensó que era un programa de pilotaje, pero decidió aplicar donde fue aceptada
Durante su primer año le encantó la clase de “Exploratory Sheet Metal”, una clase introductoria sobre el metal utilizado en la aviación. Y se graduó con Certificados de Fuselaje y Planta Motriz, licencias emitidas por la Administración Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés) y requeridas para trabajar como técnico de mantenimiento de aeronaves AMT.
Lleva trabajando en este sector desde entonces. Empezó a trabajar en JetBlue en octubre del 2000 como especialista en materiales en el aeropuerto de JFK de Nueva York y empezó trabajando a tiempo parcial unas horas todos los días después del colegio hasta que se graduó de la Escuela Secundaria de Aviación y luego la contrataron a tiempo completo en el Departamento de Materiales, donde era responsable de recibir, almacenar y suministrar las piezas de los aviones a los técnicos.
Cuando se abrió una vacante de técnico, inmediatamente aplicó pensando que era una posibilidad afortunadamente le dieron una oportunidad increíble y empezó a trabajar en AMT en abril de 2002.
Lo que más le gusta de su trabajo es la satisfacción de ver cómo un avión entra en servicio y cómo sale. Le encanta ver los resultados de su trabajo volando alto en los cielos.
A lo largo de su carrera he tenido que superar muchos retos. Ser mujer en una industria dominada principalmente por hombres puede ser intimidante. Cuando empezó su carrera en JetBlue, dudó de la oportunidad que le estaban ofreciendo; dudó de sus capacidades y de sí misma; sin embargo, su madre, una mujer muy inteligente le recordó: “No importa lo que diga la gente; sé la mejor profesional que puedas ser y deja que los resultados hablen por sí solos”. Estas palabras siguen siendo su motivación.