Legisladores de Connecticut y autoridades gubernamentales están solicitando informaciones acerca de los gastos en los cuales ha incurrido Terrence Chang, el líder máximo del conglomerado de colegios universitarios de nuestro estado.
A conocedores del sistema de ingresos y gastos ha llamado la atención el tipo de gastos personales del canciller quien se ha demorado más allá de la paciencia de los legisladores demócratas y republicanos en dar cuenta de los costos inusuales que cubre el escuálido presupuesto de la coalición académica.
Parte de las quejas es la regularización de la residencia oficial de Chang quien tiene su casa en Nueva York, pero también habita en Connecticut. Debido a la demora en entregar balances de sus gastos que fueron fijados en diez días; Matt Ritter, el speaker de la Casa de Representantes, Jason Rojas, el líder de la mayoría demócrata, Tony Walker y Gregg Haddad, además de Vincent Candelora, líder de la minoría republicana han manifestado su extrañeza por la demora de Chang de poner en claro gastos tales como cenas y almuerzos inusualmente, y choferes para movilizarse, entre otras de sus peculiares conducta de gastos.
Vincent Candelora manifestó que los gastos en comidas y choferes en el contexto de un conglomerado de colegios universitarios en los cuales profesores y estudiantes de recursos modestos sobreviven, especialmente donde asisten alumnos latinos y de minorías; son absolutamente inaceptables y exigen de Chang una respuesta a las quejas por sus hábitos extremadamente exquisitos.
Para el senador Dereck Slap quien cuando se enteró de que Chang usualmente come bistecs de $60 dólares usando dinero del presupuesto llamados discrecionales, esto es materia de burla cuando existen restaurantes con comidas a mitad de precio.
La decisión de reunir los colegios universitarios bajo solo una entidad se llevó a cabo para afrontar la crisis de presupuesto, reducir los gastos administrativos, pero también la reducción del personal no académico lo cual produjo la queja de profesores y empleados de los colegios quienes alegaron no haber sido consultados acerca de drásticos cambios presupuestarios en los doce colegios, ahora bajo la egida y dirección del canciller Terrence Chang.
La situación financiera de estas casas de estudio, en el pasado independientes, es crítica ya que el aporte del estado ha ido disminuyendo. De los 51.1 billones del presupuesto fiscal de Connecticut, se entregó a la dirección unificada de los colegios la suma de 620 millones, los cuales podrían disminuir a 115 millones.
Los colegios sirven a los pueblos y ciudades de Enfield, Hartford, New Haven, Bridgeport, Manchester, Middletown, Waterbury, Danielson, Middletown, Winsted, Norwalk, Norwich y Farmington con centros denominados satélites en Danbury, Bristol, Willimantic, North Haven y Meriden.
“Estas entidades educacionales superiores permiten a los estudiantes tener un más fácil acceso a los recintos de estudio y revisten importancia para que continúen sus estudios en universidades,” dijo Rachel Higgins.
El futuro financiero de este conglomerado universitario es preocupante, pero según las autoridades, no pareciera ser una preocupación para Chang del que se espera una respuesta a los reclamos y cuentas claras que conservan la confianza administrativas.