Hacía mucho tiempo que no veía un partido tan intenso, tan estresante, tan vertiginoso y con todos los condimentos de una final adelantada. Y, la verdad era eso, como una final adelantada, porque el equipo que estaba de visita en Harrison (New Jersey), era nada más que el campeón de la pasada temporada el Columbus Crew, que ha venido sumando títulos y que es, con mérito propio, uno de los mejores tres equipos de la MLS (Major League Soccer). Tiene un director técnico como Wilfried Nancy, que conoce muy bien a sus jugadores, y su planteamiento táctico es uno de los más eficientes de la liga. Les da a sus muchachos la base para tratar bien el balón desde la zona de atrás, hasta el arco contrario, saben presionar, abrir las marcas y sorprender con Rossi o el Cucho Hernández.
Esta vez tampoco fue la excepción, ellos llegaron al gramado del Red Bull Arena, con la idea e intención de manejar el partido, controlar los tiempos, hacer varios goles y clasificarse para la semifinal de los playoffs de la Conferencia Este 2024; pero el onceno local pensaba de forma diferente, y sabían que tenían con qué; y más aún, cuando se cuenta con el apoyo, el cantico y la presión de los aficionados del toro-rojo; ya en ese caso el escenario cambia a nuestro favor. Fue una tarde para alquilar balcones y para dejar el alma, el corazón, su voz y toda la energía en este maravilloso estadio. Todo listo para un partido bravo, de roce, de velocidad y de goles.
Y así sucedió, un partido que se jugó hasta más allá de los noventa minutos, con gran intensidad, pasión, rivalidad y cuatro goles que fueron la cereza sobre el pastel en cuanto a espectáculo se trata. Y, la verdad, que los últimos minutos fueron de ataque al corazón por la forma como los visitantes se estaban llevando una victoria más la clasificación a la siguiente fase de las semifinales de esta liga norteamericana llamada MLS 2024. Se iba perdiendo uno a cero sobre la segunda parte; transcurría el minuto 65, cuando nuestro creador y hombre de ideas Emil Forsberg, hizo un pase de esos matemáticos que llevan todos los números de acuerdo a la distancia, velocidad y precisión para que apareciera Dante Vanzier, por el costado izquierdo, y con un zapatazo al costado izquierdo del arquero del Columbus Crew, lo vence y el balón anida en el fondo de la red para la paridad (1-1) ; luego el equipo de Ohio, se nos fue en ventaja en el marcador de 2-1, tras un cobro de tiro de esquina que encontró mal parada la zona defensiva del equipo, y un cabezazo que no pudo contener nuestro salvador Carlos Coronel.
Pero lo mejor estaba por llegar al estadio taurino, se sanciona un penal a favor de nuestro equipo cuando transcurría el minuto 80; lo toma el que sabe en sus manos y lo ubica en el punto blanco, tomo impulso y lo envió al fondo de la red para que el estadio estallara en jubilo de alegría, los abrazos y gritos de gol era lo que vivían los aficionados en ese instante; ese penalti, nos daba un respiro y nos mantenía vivos en la MLS 2024. No todo estaba perdido, ahora había más ganas, más entusiasmo, más ansias y más esperanzas de vencer al actual campeón de la liga, al poderoso Columbus Crew. Con ese empate nos fuimos a la tanda de los doce pasos… y además un tiempo para recuperarnos, tomar más aire, relajar los músculos y afinar nuestras gargantas que ya estaban cansadas y agotadas de gritar.
La tanda de penales comenzó mal para nosotros porque John Tolkin, lo erro; silencio total en el estadio, pero apareció la magia, la seguridad, la elasticidad, la confianza y la experiencia de un arquero internacional como Carlos Coronel, para ser el protagonista de la jornada, y de los tiros desde el punto penal. Coronel, se convirtió en el ángel guardián de nuestro arco, de nuestro equipo y de todos los fanáticos que asistieron al Red Bull Arena. No fue uno, ni fueron dos, fueron tres ( Yevhen Cheberko, Max Arfsten y Matan), los disparos que pudo contener. Hasta ahí todo era alegría, pero faltaba ese toque mágico de la alegría completa, aun nos faltaba ese grito de triunfo, de victoria y de celebración, y ese momento lo tenía el joven jugador Daniel Edelman en sus pies. Estábamos a escasos segundos de eliminar al Columbus Crew del Cucho Hernández; Daniel tomo impulso, miro al arco, dio cuatro pasos y el balón que se va al fondo de la red…LOCURA TOTAL, dentro y fuera de la cancha.
En la rueda de prensa su técnico Sandro Scwartz, dijo algo que me identifico con el: «Estoy muy feliz hoy y de irme a la cama y tener las imágenes en mi mente de ver todas estas caras. Eso es para mí, eso es lo mejor»; y yo, al estar en el medio de jugadores, aficionados, fotógrafos y directivos que se abrazaban y lloraban de emoción, lo puedo decir también con humildad que lloré y que me sentí más aficionado que nunca de los NEW YORK RED BULLS.
Este triunfo va dedicado al arquero internacional Carlos coronel, quien además parte para Paraguay, a defender los colores de su patria amada…y nosotros a esperar si nos toca en la siguiente jornada contra el FC Cincinnati o nuestro archi rival el New York City FC. El que sea como dijo Fernando Ruiz (El Padrino).