FILADELFIA (AP) — Durante una audiencia de una de las numerosas demandas electorales presentadas por el presidente Donald Trump, el juez de una corte de Pensilvania le preguntó esta semana a un abogado de su campaña si había encontrado algún indicio de fraude entre las 592 boletas impugnadas.
La respuesta fue no.
“Acusar a las personas de fraude es un paso muy grande”, dijo el abogado, Jonathan Goldstein. “Sólo intentamos terminar con las elecciones”.
Trump no ha sido tan cauteloso, y ha insistido sin evidencia alguna que le “robaron” los comicios, incluso cuando funcionarios electorales de ambos partidos en todo el país aseguran que no ha habido conspiración.
FILADELFIA (AP) — Durante una audiencia de una de las numerosas demandas electorales presentadas por el presidente Donald Trump, el juez de una corte de Pensilvania le preguntó esta semana a un abogado de su campaña si había encontrado algún indicio de fraude entre las 592 boletas impugnadas.
La respuesta fue no.
“Acusar a las personas de fraude es un paso muy grande”, dijo el abogado, Jonathan Goldstein. “Sólo intentamos terminar con las elecciones”.
Trump no ha sido tan cauteloso, y ha insistido sin evidencia alguna que le “robaron” los comicios, incluso cuando funcionarios electorales de ambos partidos en todo el país aseguran que no ha habido conspiración.
Sin embargo, un número incalculable de votantes está aceptando las acusaciones de Trump de que se trató de una elección amañada, y han hecho donativos a un fondo para defensa jurídica.
El despacho de abogados Porter Wright Morris & Arthur, con sede en Ohio e involucrado en las demandas electorales, aparentemente suspendió su cuenta de Twitter el martes después de que se vieron inundados con ataques. La firma no devolvió mensajes enviados en busca de comentarios.
Un segundo despacho, Jones Day, dijo que no representaba a la campaña de Trump sino al Partido Republicano de Pensilvania, en un litigio ante la Corte Suprema en torno a la extensión de tres días para aceptar votos por correo.
A nivel nacional, la estrategia está en manos de aliados de Trump como Rudy Giuliani, el abogado personal del presidente; el operador político David Bossie, quien no es abogado de profesión; y Jay Sekulow, un abogado principal durante el juicio político a principios de este año. Bossie recientemente fue diagnosticado con COVID-19.
El experto en derecho electoral Rick Hasen dijo que si Trump tuviera un caso sólido, esperaría ver la participación de reconocidos litigantes ante la Corte Suprema, como los exfiscales generales Paul Clement o Theodore Olson.
“Hay algunos nombres de abogados reconocidos que le indican a la Corte Suprema que algo es serio”, dijo Hasen, profesor en la Universidad de California, campus Irvine. En su lugar, “la campaña anunció que pondría a cargo a Rudy Giuliani y a David Bossie”.