Para los exiliados provenientes de Latinoamérica que en la década de los 70’ buscaron refugio a la llegada de las dictaduras neonazis de Augusto Pinochet en Chile, Videla y la Junta de generales argentinos, Trujillo en Santo Domingo, los militares de Brasil y Uruguay; la actual situación de temor y terror que viven millones de trabajadores inmigrantes y ciudadanos de los Estados Unidos trae a la memoria hechos traumáticos.
La utilización por parte del gobierno de Trump de un servicio de inmigración más conocido como la fatídica “migra,” compuesto por individuos enmascarados, sin uniformes ni credenciales legales y armados con bastones y armas de fuego que sorpresivamente llegan a escuelas, universidades, centros de trabajo, nuevas construcciones, campos de labranza y cultivos arrestando sin haber un proceso debido que requiere órdenes de allanamiento o detención provenientes de tribunales; son semejantes a las pesadillas de décadas bajo las mismas circunstancias de países con dictadura en Latinoamérica
En Chile, Bolivia, Santo Domingo, Argentina y los países mas arriba mencionados, el uso de una policía secreta o de sujetos en ropas de civil sembraron por años y décadas el terror en los ciudadanos. Cientos de miles de personas salían de sus hogares al trabajo o a las universidades y jamás regresaban. Las listas de miles de “desaparecidos,” en Argentina más de 30,000 personas, sufrieron detenciones, torturas deleznables, violaciones y la muerte víctimas de detenciones donde no se respetó el derecho del arrestado de que sus familiares o abogados supieran el lugar de detención.
La protección legal llamada “Habeas Corpus” es un derecho para los ciudadanos que exige que un juez o una autoridad jurídica juzgue y decida si una detención es legal, además de la obligación de dar a conocer quienes arrestaron y donde se encuentra el detenido.
Con otros periodistas latinoamericanos comparábamos nuestras experiencias y el trauma de una dictadura además de los síntomas de agorafobia que sufríamos al salir a las calles temiendo que se nos detuvieran. Amigos desde California, Boston, Nueva York y Connecticut recordábamos cuando, acostumbrados a llevar siempre la cedula de identidad en un bolsillo, ya en los Estados Unidos repetíamos el gesto automático, aunque jamás nos detuvieron, preguntándonos quienes éramos ni para donde íbamos.
Lo que se nos viene encima está llevando a reacciones y respuestas justas por parte de la ciudadanía porque hasta el pasado mes de enero 2025 bajo la administración democrática del presidente Biden no estábamos vigilados por los esbirros y enmascarados de la “migra” quienes, al igual que en regímenes autocráticos, dictatoriales, despóticos, arbitrarios, abusivos y avasalladores, no se identifican, ni respetan el “proceso debido” ni el sagrado derecho del Habeas Corpus.
Lamentamos el ingreso de estos agentes de inmigración de los cuales senadores y congresistas debieran exigir sus nombres para exigir su trasfondo legal.
Lamentamos que trabajadores y empleados inmigrantes o no inmigrantes sean sacados de sus labores habituales para ganar el pan para sus familias, llevados a recintos desconocidos y tengan que pasar por la pesadilla de ser deportados a lugares como Guantánamo con su centro preparado para quienes llegan después de las aprehensiones, o a la republica calabozo y campo de concentración del infame Bukele en el paradojalmente país llamado El Salvador.
Como sucedió en la Alemania que por casi dos décadas controló el psicópata Adolfo Hitler y el partido Nazi, la persecución en contra de los habitantes del Tercer Reich se inició atrapando con la acción de los forajidos de la Gestapo que actuaban de un modo semejante como los encubiertos de la “Migra,” en un comienzo a judíos/alemanes, después a lideres de partidos democráticos y de sindicatos. Posteriormente fueron a las iglesias y congregaciones arrestando a sacerdotes o Pastores Episcopales, y a cualquier persona denunciada por sujetos interesados en perjudicarlos con la Gestapo por problemas personales o animosidades.
Ya se respira el clima de temor en los Estados Unidos sobre todo cuando el dictador Donald John Trump celebrará su cumpleaños el sábado 14 de junio con una exhibición de tanques, misiles, soldados, helicópteros y aviones de guerra. ¿Para qué?
Este es el colmo de la intimidación y la respuesta serán este mismo sábado miles de demostraciones a lo ancho y largo de los Estados Unidos donde los ciudadanos decentes, trabajadores, inmigrantes e intelectuales dirán ¡No Queremos Rey! ni el clima del terror ampliado por los racistas que apoyan las maniobras del gobierno MAGA.