BEIT HANOUN, Franja de Gaza (AP) — Desde los restos de su salón, donde los misiles israelíes reventaron una pared, Zaki y Jawaher Nassir tienen una ventana a las penurias de su vecindario.
En la estructura desnuda de un edificio, varios niños juegan a videojuegos sobre un trozo de concreto caído. En otra, un hombre mira al exterior junto a una cama llena de escombros.
Antes de que este vecindario fuera golpeado por su cuarta guerra en 13 años entre Israel y Hamas, los Nassir solían sentarse junto a su ventana y veían jugar a los niños. Ahora ven trabajadores de demolición retirando los escombros para que ellos y sus vecinos puedan empezar a reconstruir, otra vez.
“No tenemos paz en nuestras vidas, y esperamos que en cualquier momento pueda haber guerra de nuevo”, dijo Zaki Nassir.
La historia de los Nassir, sus vecinos y el coste de cuatro guerras es la historia de Gaza.
Desde 2008, más de 4.000 palestinos han muerto en los conflictos, en torno a la mitad de ellos civiles. La cifra de muertos israelíes es de 106.
Los milicianos islamistas, que niegan el derecho de Israel a existir, han lanzado miles de cohetes al otro lado de la frontera. Israel, que considera a Hamas una organización terrorista, ha golpeado una y otra vez la franja con una potencia de fuego abrumadora que, pese a su precisión de alta tecnología, sigue matando civiles.
El primer ministro de Israel, Naftali Bennett, ha comparado las ofensivas periódicas de Israel con cortar el pasto de un jardín rebelde. Pero las guerras han causado daños por valor de más de 5.000 millones de dólares a los edificios e infraestructuras de Gaza. Casi 250.000 casas han quedado destruidas o dañadas.
La crisis de Gaza tiene su origen en sucesos ocurridos mucho antes de que Hamas tomara el control del territorio en 2007. Más de la mitad de su población procede de familias palestinas que huyeron o se vieron expulsadas de lo que ahora es Israel durante la guerra de 1948 en torno a la formación del estado. Pero los combates recurrentes y el bloqueo de los últimos años han empeorado la vida en Gaza.
“No es (sólo) que pierdes un edificio. Pierdes la esperanza de que las cosas mejorarán”, dijo Omar Shaban, que dirige un grupo de estudios en Gaza. “El 40% de la población nació bajo asedio”.
Los Nassir están muy familiarizados con ese relato de la desesperación. Pero se resisten, incluso después de una cuarta guerra.
“Esto es lo que tenemos”, dijo Zaki Nassir. “Tenemos que vivir”.
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Hace cinco décadas, el padre de Zaki Nassir instaló a su familia en un terreno de cultivo en lo que entonces era un poblado. Hoy, las casas construidas en esa zona están llenas de personas con ese apellido.
La vida en Beit Hanoun empeoró de forma drástica después de que Israel retirase colonos y tropas en 2005.