Querida Tía:
Me es difícil con palabras expresar cómo saboreamos sus consejos con unas amigas del Hospital de Hartford, sin embargo, no nos agradaría que no se usaran tanto en quienes hacen consultas las palabras “nalgas,” sino que “glúteos” más de acuerdo con el buen hablar y es más científico como nos dijo un médico que no se pierde sus consejos.
“Es menos vulgar” nos dijo con una sonrisa de oreja a oreja porque tiene la boca grande y le agrada el lenguaje llano y criollo.
Tía, y entrando al rollo, tenemos con mi esposo un hijo que nos ha salido más flojo que la mandíbula de arriba con la mala costumbre de traerme a casa cada seis meses a una prometida o enamorada nueva.
“Mamita, pienso casarme finalmente porque encontré el amol de mi vida,” nos dice y con mi esposo nos alegramos mucho demasiado porque Joel tiene 36 pepas y todavía vive con nosotros sin pagar renta, no colabora en sacar los tiestos de basura a la vereda, ni limpiarle la cajita de excrementos al gato.
Joel, nos presentó recientemente a esta muchachita nacida y criada en el barrio Teclado Bajo de Caguas, cerca del Guabate cuyo hablar es medio ajibarado. Hipólita es buena gente y de acuerdo con mi experiencia, quienes viven en el campo cerca de las vaquitas, los coquíes y rezan las novenas, todavía respetan, y no son como algunas de las nenas de por acá que son incordias, aunque no todas.
El primer día, Epifanía llegó al sagrado seno de nuestro apartamento aquí en la calle Main de Bridgeport donde está el lío de los votos ausentes, y enseguida me dijo, “usted se ve más joven que mi mamá y parece la hermana de su hijito.”
¿Ve usted tía por donde venia la bolita?
“Joel nunca me icía que usted era tan buena moza y es muy caderona como decimos allá en Juncos,” me dijo y me hizo sonrojar. La verdad tía y entre usted y yo, no me agrado ese tipo de confianza, pero entiendo de donde viene y no me ofendió tanto. Por lo de las caderas, glúteos, y piernas sin varices todavía los tipos me miran y mi esposo les menta la madre moviendo los labios a los mirones y temo que se ponga violento.
Al principio yo pensé que Hipólita actuaba así por ser la primera vez cuando a una recién posible yerna la presentan y desea impresionar en la posible a la futura y posible suegra, pero esta nena me alaba demasiado y yo no sé en este momento si creerle o si lo hace para caerle mejor a Joel, un muchacho muy delicado en sus elecciones de hembras y que le ha dado de carambolas como a una docena quienes estaban locamente enamoradas de él.
Joelito es muy buen mozo y salió a mi hermano Teodocio a quien le decían el Gallito de Las Piedras y a un tío apodado El Potro de Yabucoa.
Esta muchachita tiene ahora como sus 28 años (media jamona), siempre me trae regalitos tales como patitas de lechón, muslos de gallina, ñame, yautía, aceite de oliva, o talco para los pies, y flores.
A mi esposo no le agrada Hipólita porque desde que la conozco me acompaña a renovar mi ropa y me aconseja ponerme a la moda usando pantalones apretados ultra imitación cuero, y en el caluroso verano pasado me convenció para que usara shorts cortos con rajitas.
Con los consejos de “Polita” han aumentado mis admiradores y eso me ha ayudado a mejorar mi ánimo, pero mi esposo anda con trompa de un modo permanente.
Tía saludos y cuídese los bronquios, vacúnese que dicen que este invierno viene más frio que la mano de Frankenstein y que anda por allí la variable. No salga en la noche de Haloween.
Frida
Respuesta
Querida Frida:
Tu nombre me recuerda el nombre de una artista mexicana de la cual hay en West Hartford un restaurante con ese mismo nombre donde sirven una sopa de pollo contundente muy buenas para estos tiempos fríos. Dales mis saludos a tus colegas del Hospital y le comunicaré vuestra preocupación al editor en lo que se refiere a los glúteos.
Leyendo tu texto se me viene de inmediato a la base occipital del cerebro lo siguiente y hay dos opciones estratégicas.
Primera. Anima a Joelito a casarse los antes posible con la jibarita. Ellas son buenas madres, crían muy bien como dice Hipólita a sus potrillos y yegüitas, actúan como magnificas esposas, cocinan muy bien el bacalao y son excelentes nueras (nuera suena mejor que yerna) quienes quizás y llegado el caso y el tiempo que no perdona cuando menguamos, te cuide porque que el vago de Joel no lo hará.
Si me describieras a otras muchachas parecidas que se exhiben con minifaldas en los clubes, te diría que habría un problema porque muchas solo sirven para bailar perreo, hablar malo, se dicen liberadas, pero son tan calientes que planchan las blusas y camisas con la mano.
En la opción número dos instruye a Joel para conseguir un trabajito legal, aunque para comenzar sea un Dunkin Donuts y si no cambia, no se lo entregues con sus changuerías a esta muchacha jibarita. Ella no merece el castigo de un tipo a quien le agrada dormir hasta las once de la mañana, almorzar, tomar siestas, meditar acerca de la nada a la que los filósofos han definido como un libro sin hojas al que le faltan las tapas, y luego aparecerse a la hora de la cena diciendo; ¡Caray que pesado está el día!
¿Qué culpa tiene ella de desconocer los puntos que calza este Joel al que yo apodaría “una segunda hipoteca”?
Si realmente el asunto pinta para serio, aconséjalos para que formalicen la unión con un clérigo, que se consigan un departamentito con calefacción incluida y ni por nada les ofrezcas un “rinconcito” en la casa ya que allí se te quedarán y tendrás que alimentar otra boca y tal vez algún nene o nenita ya en camino.
En cuanto a tu vestimenta y nuevo estilo en tu apariencia me alegra la confianza y relación amistosa con Hipólita, pero no exageres mucho porque tu esposo ya está poniendo trompa y tiene la razón. Como en la calle Main de Bridgeport hay muchos mirones y títeres desocupados, no te expongas a que algún día provoques una discusión usando pantalones de cuero ajustados con vaselina. Menos mal que ahora es invierno porque lo de los short con rajitas estaba de más.
Los celos no son malos, pero tampoco le busques los cinco pies al gato que entonces rasguña. ¿Cómo la ves? Díganle al médico que no se ría tanto porque se le ven muy mal las amígdalas. Exijan respeto. ¡Ah! Cuídate para Halloween y no olvides la escoba.
La Tía Julia.
Comentarios a los Consejos de la Tía Julia.
Hemos disfrutado mucho de los murales dedicados a los héroes de la comunidad en Hartford, pero algunos están muy mal pintados y hay otros que de merecérselos no se lo merecen. Sin embargo, nos gustaría a mí y a los vecinos de Hartford que somos parte de la Diáspora boricua, que también hubiese murales para héroes nuestros tales como Albizu Campos, José de Diego, y Rita Moreno y de los maestros de escuela que se fajaron. Saludos de Mirto, Claudia, Lucio y Eufemia. ¡Viva la diáspora!