Carmen Campuzano y Arturo Vázquez, apadrinaron a las actrices de teatro penitenciario quienes participan en una puesta en escena con el objetivo principal de sensibilizar a la sociedad sobre el valor de la libertad y que las cárceles no son solo físicas, también pueden ser mentales y emocionales, y con la finalidad de generar una transformación social a través del arte y la cultura, la Compañía Teatral de Personas Liberadas presenta “Alquimia y Transmutación: mujeres presas dentro y fuera de una cárcel”, escrita y dirigida por Arturo Morell.
Una puesta en escena que profundiza en los conceptos de igualdad y libertad, provocando empatía y solidaridad, y en algunos casos, elevación de los niveles de vibración y conciencia, una obra de teatro que se presenta cada viernes en La Casa Fuerte de Emilio “Indio Fernández” abre sus puertas, en el centro de Coyoacán de la capital mexicana, con el auspicio de Citlalli Fernández, nieta del legendario productor y primer actor, Emilio ’”El Indio’ Fernández”.
En este emblemática casona que fue epicentro de la cultura de la Época de Oro del cine mexicano, de anécdotas y relatos de personajes influyentes en la vida cultural del siglo XX. Una gran oportunidad para fomentar un diálogo cultural, espacios seguros y dignos que fortalezcan la reinserción social armónica y empática, solidificando redes familiares y sensibilizando a la sociedad sobre la importancia de romper estigmas, esto como parte de un convenio en colaboración con la Asociación Ave Fénix y el Instituto de Reinserción Social de la Ciudad de México.
La obra aborda las experiencias de mujeres que han sido privadas de la libertad y los diferentes tipos de cárceles que existen.
“Son historias desgarradoras sobre la vida de las mujeres en reclusión y sobre cómo el teatro y la cultura transforman estas historias de las mujeres que han vivido una etapa de su vida privadas de la libertad física”, logrando mediante el teatro superara lógicas desmanicomiales, mediante la reinserción social en actividades lúdicas.
El trauma que provoca el encierro en una cárcel alberga aquellas personas que el sistema penal selectivamente ha determinado encarcelar y encerrar, y se procede a construir una “tecnología penitenciaria que ha tenido por misión la vigilancia y el castigo, hacer funcionar dispositivos disciplinarios con el propósito de construir sujetos dóciles; cuando en realidad es segregadora e incapacitadora.
Mediante la intervención penitenciaria, basada en el trabajo y la educación como instrumentos idóneos que permitirán la “resocialización” de los detenidos. Para ello deberá considerarse este tratamiento penitenciario como científico y así “invitará” a otros saberes a participar en esta tarea rehabilitadora y resocializadora. La medicina, la psiquiatría, la psicología y el trabajo social se sumarán con un objetivo claramente terapéutico.
Para Arturo Morell, director general del Instituto de Reinserción Social de la Ciudad de México, es de suma importancia poder vincular a personas en libertad a espacios emblemáticos de la historia y cultura de nuestro país y seguir fomentando la transformación social a través del arte.