La obesidad es un problema de salud considerado como “epidemia” en los Estados Unidos, debido a la gran cantidad de personas que son afectadas por esta condición la cual también afecta a los grupos más jóvenes de la población. De hecho, el CDC ha establecido que 1 de cada 5 niños en USA sufre de obesidad.
Por otra parte, el reporte del “Estado de la Obesidad Infantil” que es un estudio continuo patrocinado por la Fundación Robert Wood Johnson de New Jersey; indica que el 16,2 % de la población entre 10 y 17 años en USA, padece de obesidad y que el 21,4% de los niños obesos son de origen hispano y los estados donde se encuentran los índices más altos son los siguientes: Texas, Arizona, Luisiana, Arkansas, Misuri, Alabama, Carolina del Sur, Tennessee, Virginia Occidental y Kentucky.
Adicionalmente a ello, también encontramos que para 2017 en un reporte de la agencia EFE se informaba que las empresas de comida rápida habían aumentado en un 86% su inversión para el público afroamericano y en un 82% en la TV en español lo cual coincide con las estadísticas mostradas y que una vez nosotros manifestamos que debería existir una legislación para evitar que tal situación afecte a los latinos.
Una demostración de que lo que expresemos sí es efectivo, la podemos comprobar en Inglaterra donde se implementó esa política y según la información dada por la Universidad de Sheffield y la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres (LSHTM): “En 2019 resultó en 94 867 casos menos de obesidad, 2857 casos de diabetes prevenidos o retrasados y 1915 casos menos de enfermedad cardiovascular.” Y que se espera que este programa obtenga 218 millones de Libras Esterlinas (que son unos 263,7 millones de dólares).
De lo analizado anteriormente podemos concluir que tomar medidas sobre la publicidad que impulsa la venta de comida chatarra en los Estados Unidos tendría una repercusión directa y positiva en nuestros niños latinos, que junto a los de raza negra; constituyen los grupos raciales más afectados por la obesidad infantil en toda la unión.
Por otra parte, a ello se tendría que agregar un plan de acceso a productos alimenticios sanos a bajo costo ya que es muy común encontrar zonas donde ingerir comida chatarra y gaseosas es más económico que comprar comida sana y agua potable.
Por último, para lograr esto necesitamos el trabajo conjunto de la sociedad civil, medios de comunicación y las autoridades sanitarias de tal manera que se pueda abolir esa nefasta cifra de que 1 de cada 5 niños en la nación, padece de obesidad y por otro lado disminuir la inmensa cantidad de millones de dólares que se gastan en tratamientos para enfermedades cardiovasculares y diabetes que son consecuencia de la obesidad.
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*Columnista en semanarios en New York, New Jersey, Delaware, Pennsylvania, Connecticut, Texas, Florida y California.