Lamentablemente la violencia acarrea la violencia, especialmente si sujetos que se arriesgan a las consecuencias robando automóviles de ciudadanos sufren heridas fatales a manos de oficiales de la policía que intentan preservar el orden en calles y carreteras del estado.
Los detalles brindados por la policía acerca de un reciente y lamentable incidente acaecieron este pasado martes 8 de agosto en el pueblo de West Hartford, aledaño a la ciudad capital.
Todo se inició alrededor de las 4:53 de la tarde cuando agentes de la ley del pueblo viajaban en dirección Este por la concurrida avenida New Britain detrás de un coche robado. Utilizando puntas de metal que la policía arroja para reventar los neumáticos de vehículos en que huyen quienes roban vehículos, estos fueron utilizados por un policía quien los usó en el área de la avenida New Britain y la New Park. Como el vehículo no se detuvo, el oficial regresó a su crucero.
En esos momentos el conductor del coche robado tuvo otro accidente y uno de los sujetos sospechosos del robo escapó corriendo del vehículo robado siendo perseguido por un policía que fue capaz de apresarlo cerca del número 1012 de la avenida New Britain. Al fugitivo se le identificó como Lyle Solsbury quien es un felón convicto con un extenso récord policial quien fue arrestado acusado intervenir en el robo de un vehículo de motor y conspirar para cometer el delito.
De acuerdo a lo informado este pasado miércoles en conferencia de prensa por Vernon Riddick, el jefe de la policía de West Hartford, el otro sospechoso que estaba en el vehículo se dirigió a Town Fair Tire localizado en el número 980 de la avenida New Britain. La policía observó al chofer enfrascado en una discusión con un empleado del lugar dentro del área del negocio. Entonces un oficial ordenó al dependiente que se alejara y su perro policía K-9 entró al vehículo robado.
Cuando el oficial de la uniformada intentó llevar a cabo el arresto del sospechoso y recuperar a su perro, el sospechoso puso el vehículo robado en movimiento con el oficial de la policía en su interior. Entonces el sospechoso, conductor del vehículo robado, chocó a un carro policial cuando cruzaba la avenida New Britain con el policía en su interior, chocando luego a otro vehículo conducido por otros conductor que viajaba en dirección oeste.
De acuerdo al jefe de la Policía durante la conferencia de prensa, a pesar de las reiteradas solicitudes del agente de la ley para que el conductor sospechoso detuviera el vehículo éste no lo hacía y el oficial tuvo que descargar su arma de servicio hiriendo al sospechoso y el vehículo finalmente chocó en contra de un poste telefónico.
Oficiales de la policía intentaron revivir al herido proveyéndole auxilio de respiración que también proveyeron los paramédicos de las ambulancias que llegaron al lugar. El herido fue transportado a un hospital local donde posteriormente falleció.
En la conferencia de prensa no se dio a conocer el nombre del sospechoso. Por su parte el policía fue también trasportado a un hospital con heridas en la cabeza y en sus costillas pero que no fueron de gravedad extrema siendo dado de alta el mismo martes por la noche.
Este incidente en el cual los agentes de la ley se ven obligados a usar sus armas es el quinto acontecido en el presente año en Connecticut y el primero, y ojalá el último, que termina con una víctima fatal.
Ahora la Policía Estatal de Connecticut y la Oficina del Inspector General llevarán a cabo una acuciosa investigación de las complejas circunstancias del hecho de sangre para determinar si el oficial de la policía debió o no utilizar su poderosa arma de servicio.
Las autoridades de la policía de West Hartford no estarán involucradas en este importante proceso que trae nuevamente a la conciencia de los ciudadanos y residentes las persistentes acciones criminales de ladrones de vehículos que incluyen a aquellos que roban material catalítico y casos en el pasado donde policías han sufrido serias heridas al ser atropellados por sospechosos involucrados en estos crímenes.
Reflexiones acerca de este luctuoso suceso
Las autoridades policiales y los residentes que conducen vehículos en carreteras o calles de las ciudades de Connecticut son diariamente testigos de personas que, o guían sus vehículos ha velocidades excesivas o que, ignorando las reglas del tránsito, llevan a cabo maniobras sorpresivas poniendo en peligro a otros conductores.
En los casos de robos de vehículos, la tendencia es que los sospechosos intenten escapar de los cruceros de la policía a altas velocidades poniendo también en peligro al agente de la ley, transeúntes u otros vehículos.
Para el psicólogo Vernon L. Miller, estas huidas desesperadas e irracionales de los sospechosos pueden ser atribuidas al intento de evitar ser arrestados, se descubra su historial policial, retornen a la cárcel y deban servir años en una prisión.
En otros casos, y si es que los conductores que roban automóviles y sus acompañantes están bajo los efectos de alcohol y drogas, pueden ser afectados por ataques de pánico, alucinaciones o crisis de ansiedad desarrollando temores a veces infundados de parte de la posible acción de la policía.
Miller agregó que lo que acontezca en casos como estos no es fácil de prever ni controlar. “Para la seguridad de otros conductores y transeúntes, la policía a veces arrincona o bloquea con sus vehículos al automovilista que huye conduciendo a altas velocidades para intentar detenerlo, o les lanzas espigas de acero a los neumáticos los que al reventarse obligan al sospechoso a detenerse, salir del vehículo y escapar a pie.”
“En ocasiones desconociendo si el sospechoso está o no armado, el o los policía corren riesgos al perseguir y arrestar al sujeto que escapa a veces armado o lo embosca, como ha sucedido en varios casos en Connecticut,” dijo Miller quien agregó que en estos casos los agentes de la ley deben someterse a terapias parea librarse de los resabios de la situación traumática en la que arriesgaron sus vidas, fueron heridos o atropellados por delincuentes o han quedado inválidos,” dijo Miller añadiendo que es una de las tareas más peligrosas para los agentes de la ley, para sus perros policiales, o para los sospechosos que escapando pueden chocar, perder el control de los vehículos robados, quedar heridos o perder la vida.
La investigación de este caso reciente dará a conocer el nombre e historial del sospechoso que murió, se conocerá la declaración de testigos y también la posible acción legal que civiles, familiares de la víctima, o activistas presenten en contra de la policía. Esperamos que esta lamentable situación sea una lección de aprendizaje para sujetos jóvenes o mayores que se involucran en estos delitos y para sus familias que a veces son incapaces de convencer a hijos, esposos o familiares de los peligros a los que se exponen al delinquir.