Por Lisa Reisman
Este miércoles no fue un día para reflexiones internas, ni para escuchar voces interiores.
“Tendemos siempre a ser respetuosos y educados, pero hoy estamos afuera, de manera que hoy nada de eso”, declaró Allyx Schiavone, Directora Ejecutiva del Friends Center for Children (Centro de Amigos de la Infancia) a un dinámico grupo de unos 475 educadores de la primera infancia, defensores del cuidado de los niños y familiares, vestidos con brillantes camisetas amarillas, bajo un cielo frío y nublado. “Hoy nos hacemos escuchar con una sola voz para decir, unánimemente: ‘Gobernador, necesitamos que usted haga lo necesario para mejorar el cuidado de los niños. Nuestro futuro colectivo depende de ello’”.
Se trataba de la tercera “Morning Without Childcare” (“Una mañana sin guardería”), una manifestación de una hora de duración, en la que se sustituyeron canciones de protesta por animadas llamadas y respuestas, y una canción infantil que incluía una lección de gaélico. Esta manifestación, organizada por la coalición Child Care for Connecticut’s Future (Cuidado infantil para el futuro de Connecticut), fue una de las diez reuniones de este tipo celebradas el miércoles por la mañana en todo el estado, para presionar en favor de una financiación pública adecuada, que ayude a las familias, a los educadores y al personal encargado del cuidado de los niños.
“Ahora mismo, estamos atrapados en este círculo tan destructivo”, dijo Schiavone en medio de una avalancha de pancartas multicolores con lemas como “HAY QUE PAGAR A LOS PROFESORES COMO HÉROES” y “LOS PROFESORES SÓLO QUIEREN DISPONER DE RECURSOS”. “ A los profesores se les pagan unos sueldos de miseria. Y el hecho es, que, si no hay profesores, se cierran las escuelas. El cierre de las escuelas significa que las familias no dispondrán de guarderías seguras para sus niños. Si no hay servicios de guardería adecuados, muchas personas en las familias no pueden seguir trabajando. Si las familias se quedan sin trabajo, habrá menos dinero en la economía”.
Acto seguido, Schiavone dirigió a la multitud en una canción que pedía que el 100% de las familias de Connecticut no paguen más del 7% de sus ingresos por el cuidado de los niños. Actualmente, el porcentaje es del 20 por ciento. Mientras la mitad de los presentes gritaba “NO MÁS 20 POR CIENTO”, la otra mitad voceaba “SOLO 7 POR CIENTO”. La coalición también presiona para que la legislatura estatal apruebe la ley HB 5002, que inyectaría 100 millones de dólares a un fondo para la primera infancia, lo que serviría para aumentar el sueldo de los profesores y rebajar los precios de las inscripciones para esos servicios en todo el estado.
A continuación, Aundrea Tabbs-Smith presentó a Rondraya Barron, profesora de educación infantil del Friends Center, lamentando que el salario promedio anual de los educadores de la primera infancia sea de 29.500 dólares anuales y agradeciéndoles que “estén cuidando de nuestros más pequeños seres humanos”.
“Me alegro de que hoy estemos todos aquí, pero también me indigna que lo estemos reunidos en esta ocasión, porque no deberíamos tener que estar aquí exigiendo fondos”, dijo Barron. “Deberíamos estar en el aula. En estos momentos, en mi aula de Friends estaríamos merendando y yo pondría música de Bob Marley para que fluyeran entre nosotros las vibraciones positivas”.
Como profesora y madre, “resulta ser realmente duro y deprimente tener que vivir de cheque en cheque, pensando constantemente en el próximo día de pago y cada vez necesitando más dinero”, dijo ante gritos aprobadores y abucheos de protesta.
El alcalde Justin Elicker decidió devolver el enfoque de nuevo hacia los niños. “Si reinvertimos en nuestros jóvenes desde muy temprana edad, su camino en la vida cambiará drásticamente”, afirmó. “ Es menos probable que vayan a la cárcel, más probable que tengan su propia vivienda y más probable que tengan un trabajo estable. Por eso debemos invertir más en nuestros niños.” Con los 3,5 millones de dólares que la ciudad ha dedicado para la inversión en la atención infantil temprana, dijo, “Hemos cumplido nuestra parte, y ahora necesitamos ver mucho mayor liderazgo e inversión por parte del Estado”.
Hizo una pausa, mientras tres niños pequeños se perseguían unos a otros alrededor de un poste de bandera que había detrás de él. “ Asisto a muchas protestas y sólo en las protestas de Morning Without Childcare (Mañana sin guarderías) cantamos canciones y aprendemos a saludar en gaélico”, dijo. “Hay algo especial en este grupo, y en mi mente surge una palabra que les describe: amor”.