Cuando menos lo esperaban apareció desde el banco el talento, el alma y los dos goles del Real Madrid, en el botín de Joselu, que había ingresado minutos ante, y los lleva a la final de la Liga de Campeones 2024, en Londres, el sábado 1ro de junio, en el mítico Estadio de Wembley, más conocido como “La Casa del Futbol”, ante el poderoso onceno alemán Borussia Dortmund, que viene intratable y con la sed de un título de la Liga de Campeones 2023/2024.
El conjunto merengue que ha ganado 14 veces este magno evento, vuelve una vez más después de vencer épicamente al equipo teutón el Bayern Múnich (4-3), sobre el global, en una tarde/noche complicada para los blancos, que al final con la astucia de Carlo Ancelotti, la pasividad del cuarteto defensivo del Bayern Múnich y la efectividad de Joselu, fue la clave para que el Real Madrid, remontara y ganara el cotejo; y de paso, avanzara a la finalísima contra el conjunto alemán Borussia Dortmound, que ya había eliminado al equipo francés Paris Saint Germain. Un duelo de guerreros y de experimentados en la materia como el Real Madrid de Ancelotti.
Pese a la polémica jugada en los últimos minutos donde al árbitro sanciona un fuera de lugar inmediatamente y no deja seguir la jugada hasta que el balón salga o entre al arco como ocurrió en el partido. El siguiente paso era ir al famoso y fatídico “VAR” para cerciorarse de que la jugada era válida o no. Lo cierto es que el árbitro pito el fuera de lugar y no fueron a rectificar al video como era lo correcto. Vino la protesta de los jugadores del elenco alemán, y el árbitro hizo caso omiso de sus quejas y reclamos para terminar el partido y dejar que los blancos se llevaran no solo los tres puntos, sino también el derecho a disputar la final del título de la Liga de Campeones 2023/2024.
Pero más allá de esta mancha negra que dejó esta semifinal, vale la pena hacer un análisis de lo que aconteció en el terreno de juego durante el tiempo oficial. Y, la verdad fue que el Real Madrid, por más que trataba de hilvanar dos o tres jugadas para llegar al arco de Neuer, que fue hasta el primer gol de Joselu, la figura de la cancha. El conjunto español dominaba en el terreno de juego, pero no era efectivo, sólido, arrollador y efectivo en la culminación de sus jugadas. Trataban por los dos costados, por el centro y el gol nunca llego. En las pocas oportunidades que tuvieron el balón para abrir el marcador aparecía el palo y la rapidez y la flexibilidad de Neuer, para salvar al equipo y mantenerlos dentro del partido y luchar por la disputa de la gran final.
Luego de tantas llegadas del conjunto albo, llegó la reacción del conjunto alemán, y en un avance por la izquierda de un balón que pierde Rodrygo, es el mismo Davies, quien llega al área grande, y en un regate que hace deja a un lado a su marcador, y saca un fuerte derechazo, así como un misil que se va arriba, al ángulo del lado izquierdo del arquero Lunin, que nada pudo hacer para contener ese fuerte zapatazo. Un silencio enorme y eterno apago a los hinchas en el Santiago Bernabeu, mientras los alemanes celebraban con euforia y alegría. Un uno a cero que dejaba al Real Madrid, por fuera hasta esas instancias.
Pero llegó la reacción del conjunto blanco, y es el mismo Carlo Ancelotti, que decide darle a su equipo un nuevo respiro e ingresa a Joselu por Kross, que había luchado durante su permanencia en la cancha; pero ¿quién se iba a imaginar que debido a ese cambio aparecería el nuevo ídolo de los españoles? La verdad, no se sabía cuánto iba a cambiar el partido Joselu desde su ingreso; lo cierto fue que minutos después aprovecha una falla garrafal del arquero Neuer, quien suelta un balón de sus manos y se la deja ahí quieta para que el Joselu, solo llegara y la empujara al fondo de la red, ante la mirada agónica del cuarteto defensivo que no podían creer lo que había sucedido. Era insólito que el mejor jugador de la cancha se hubiera convertido en su propio verdugo. Caras tristes al minuto 88, en el onceno alemán, pero que en el fondo tenían la sensación de que podrían remontar.
Y, la estocada final la da el mismo Joselu, al minuto 91, cuando en un pase desde la izquierda que lo envía el defensa central Rudiger, que se había ido al ataque, y apareció solo y la toca para que el balón duerma en el fondo de la red; sin embargo, el árbitro anula el gol, generando minutos de angustia e incertidumbre debido a una posible posición de fuera de lugar del mismo Joselu. Tras la revisión del “VAR”, se confirma que la posición era legal, y por lo tanto el gol de Joselu, era válido. La celebración no se quiso esperar y arrancaron todos los jugadores del equipo merengue abrazasen entre ellos, y ni el mismo Joselu, se imaginó que esta sería una tarde épica para él, y para su equipo.
No podemos olvidar la sapiencia del técnico italiano que siempre tiene un as bajo la manga, y esta vez el cambio no sole le dio lo que el buscaba, sino que además logro su paso a otra finalísima como nos tiene acostumbrados. Este Real Madrid es diferente a los demás equipos que Ancelotti, dirige, y es que sobre el papel y en los primeros minutos se muestra como un equipo débil, sin un rol seguro, perdido en la cancha y falto de efectividad, pero al final sacan de su repertorio todo lo que necesitan para ganar el partido y para seguir sumando finales y trofeos. Cuidado con este Real Madrid, que tienen que acabarlo hasta que el árbitro pite el final del encuentro o sino él te da la estocada final, como lo hizo con el Bayern Múnich, en esta oportunidad.