Por Thomas Breen
En compañía de familiares, amigos, compañeros políticos demócratas y sus dos predecesores en el Tribunal de Sucesiones, Americo Carchia juró su cargo como nuevo Juez Testamentario de New Haven durante un almuerzo celebrado en un restaurante frente al mar de Morris Cove.
Esa fue la escena a mediodía del lunes en el restaurante Amarante’s Sea Cliff ubicado en 62 Cove St.
Carchia hace el juramento de su cargo, administrado por su hijo Ettore.
A casa llena en el restaurante Amarante’s.
Con la mano derecha levantada, Carchia pronunció el juramento administrado por uno de sus cinco hijos (y también abogado) Ettore.
Carchia prometió desempeñar su cargo lo mejor posible – lo que supone tomar decisiones a veces desgarradoras sobre la custodia de los hijos, la patria potestad, la adopción y la tutela de personas con discapacidad intelectual, así como aprobar testamentos y cambios de nombre.
Carchia, un abogado de la localidad, que ha pasado el último cuarto de siglo representando a clientes que se encontraban en esas mismas circunstancias, fue elegido en noviembre para ser el próximo juez testamentario de New Haven.
Su periodo de cuatro años comenzó oficialmente el miércoles pasado.
Él sustituye en esa función de juez electo, al juez testamentario de New Haven que se jubila, Clifton Graves, quien asumió el cargo en 2018, así como al juez testamentario jubilado Jack Keyes, que formó parte de este tribunal entre 1986 y 2018.
Graves y Keyes, junto a la jueza Beverly Streit-Kefalas, administradora del Tribunal Testamentario de Connecticut, el senador estatal y presidente pro tempore de New Haven Martin Looney, el senador Richard Blumenthal, la vicegobernadora Susan Bysiewicz y decenas de otras personas, participaron en la ceremonia de juramentación y luego al almuerzo buffet en el restaurante y salón de banquetes situado frente al puerto de New Haven.
“Espero ser capaz de transmitir compasión, dignidad y dedicación durante todo el tiempo que trabaje en la administración de justicia testamentaria”, dijo Carchia a los asistentes tras prestar juramento.
Blumenthal.
Foto:Catchia con la jueza Beverly Streit-Kefalas, administradora del Tribunal Testamentario de Connecticut.
Los oradores en la ceremonia del lunes señalaron que el papel de juez testamentario es marcadamente diferente de las de otros jueces en el sistema judicial de Connecticut.
En primer lugar, los jueces testamentarios son los únicos cargos judiciales elegidos en el Estado.
“El juez testamentario debe ser alguien del pueblo, y eso es lo que es Américo”, dijo Blumenthal. “La elección de alguien como Américo es un gran tributo a nuestra democracia”.
Bysiewicz describió a Carchia como “una persona de gran compasión”, “justa” y con el ” adecuado comportamiento” y la ” formación jurídica idónea” para el difícil cargo.
Por su experiencia de décadas trabajando en este campo, dijo, “es alguien a quien los abogados que acuden al tribunal testamentario respetarán”.
Blumenthal, Looney y Streit-Kefalas hablaron de cómo los jueces testamentarios presiden casos especialmente difíciles e intrincados.
“El juez no sólo debe ser un abogado experto y versado en derecho de fideicomisos, traspasos, donaciones y legados y cosas por el estilo, sino que también tiene que entender cómo tratar con personas en crisis, en un momento de fallecimiento, en un momento en el que alguien puede necesitar un tutor” en el momento en que un progenitor no puede hacerse cargo de sus hijos, dijo Looney.
“Estas son las decisiones que hay que tomar con tacto en un tribunal testamentario”.
“No todos los expertos en Derecho” son idóneos para el puesto, dijo Looney. Hay que ser, además, “hábil de corazón”.
“El sistema de tribunales testamentarios del Estado de Connecticut no es un tribunal de fideicomisos y herencias” explica Streit-Kefalas.
Más bien, casi la mitad del trabajo consiste en ocuparse de ” los ciudadanos más vulnerables del Estado”, incluyendo las tutelas de niños pequeños cuyos padres padecen trastornos psiquiátricos o por consumo de sustancias, las custodias de personas jóvenes y ancianas por igual cuyas “facultades están deterioradas,” y pueden requerir “internamientos cuando los trastornos psiquiátricos alcanzan niveles de intervención en crisis”.
Ella dijo que, durante los meses y años recientes, “esas crisis se han agravado” Y agrego que Carchia “conoce de primera mano esas vulnerabilidades, los recursos y las necesidades del sistema judicial testamentario”.
El juez Graves.
Tras felicitar a Carchia por asumir su antiguo cargo, Graves instó al sistema de tribunales testamentarios a reconocer y trabajar para hacer frente a un reto que afecta a todo el estado
Asimismo, exhortó a Carchia a “tratar siempre de vivir correctamente y de hacer el bien”, y a “tener cuidado con quienes te sonríen de frente y luego te apuñalan por la espalda”.
Graves dijo que, de los 54 jueces de tribunales testamentarios en Connecticut, solo dos son afroamericanos. Y con su retiro ahora, ese número se reduce a uno.
“No estamos en Dakota del Sur” dijo Graves. “Esto es Connecticut. Nuestra comunidad es rica y culturalmente diversa, sobre todo en las ciudades. … Tenemos que hacer un mejor trabajo”.