Vivimos en sociedades que giran demasiado deprisa, de manera que a veces nuestra propia velocidad nos confunde. Corriendo de un lado a otro, pasando de un compromiso a otro, apenas nos queda tiempo para estar con nosotros mismos. Como resultado, no es extraño que las emociones terminen acumulándose hasta que, finalmente, explotan. A eso muchos psicólogos le llaman “Catarsis”.
La catarsis emocional permite a quien la experimenta descargar la energía que generan nuestras emociones reprimidas. Es, por tanto, un proceso liberador, ligado a la necesidad de aliviar conflictos inconscientes.
La palabra catarsis tiene otra acepción, adaptada al lenguaje cotidiano, referida a la experimentación de un momento emocional intenso, que normalmente conduce a la liberación o a un cambio positivo en la vida de una persona. Se hace referencia a este término cuando se habla de no reprimir emociones intensas y se produce un episodio liberador. Muchas personas sienten que van a explotar si no encuentran una forma de soltar las emociones reprimidas. También se utiliza en ocasiones para referir lo que se siente durante algún evento traumático o estresante, como el fallecimiento de un ser querido, un accidente o un problema de salud.
Cuando nos desconectamos de nosotros mismos y no vamos expresando asertivamente lo que nos preocupa o angustia, podemos sufrir una auténtica acumulación emocional que termine afectando nuestra salud y poniendo en jaque nuestro equilibrio psicológico. Por eso, de vez en cuando necesitamos mirar dentro y realizar prácticas de descompresión emocional que nos permitan liberar tensiones y aligerar el peso que llevamos.
El principal objetivo de la técnica de la Catarsis es deshacerte de las emociones desagradables que entorpecen tu equilibrio psicológico, generando en su lugar un estado de calma interior y serenidad que te ayude a afrontar mejor los desafíos cotidianos.
Para aplicar esta técnica, primero debes hacer una asociación libre. Cierra los ojos y céntrate en el tema que te preocupa, lo que te duele o aquello de lo que deseas deshacerte. Deja tu mente libre, permite que fluya sin control, aceptando lo que surja, cualquier emoción, pensamiento o recuerdo. La idea es que realices asociaciones libres, preferentemente buscando analogías e imágenes. Te ayudará pensar en esas emociones usando la expresión “es como si…”. Transcurridos unos minutos, cuando creas que tienes material suficiente para seguir adelante, abre los ojos.
En la segunda fase tendrás que analizar y explicar los desajustes usando el material evocado. El objetivo en este momento es entender por qué piensas y sientes de esa forma. ¿Por qué te han venido esas imágenes a la mente? Esas respuestas te ayudarán a encontrar posibles causas y explicaciones para tu malestar y reconstruir una imagen lo más completa posible del problema. Te ayudará pensar en ti mismo como un psicólogo, ¿qué te dirías?
En la tercera fase debes realizar una compresión extrema de la carga cognitivo-emocional. O sea, recoge todas las ideas, imágenes, moldes y emociones negativas que quieres modificar, como si fueran un paquete, mientras aspiras profundamente, apretando los puños y ascendiendo visualmente a lo alto de una montaña elevada. Solo asegúrate de mantener activa toda esa carga ideo-emocional, mientras aguantas el aire y contraes el vientre, con el pecho en alto.
A continuación, el objetivo es extinguir, eliminar o explosionar todo ese conjunto de recuerdos, ideas, imágenes, moldes y emociones negativos que generaste anteriormente y que deseas cambiar. Por tanto, imagina que ese paquete que llevas contigo explota, como si fuera una bomba o un volcán.
En la cuarta fase, simplemente intenta relajarte. Visualízate descendiendo por la montaña tranquilamente hasta llegar a un sitio relajante. Puede ser una playa, en cuyo caso recrea el suave movimiento de las olas, el olor del salitre del mar, la caricia del sol en la piel y la radiante luminosidad azul del cielo que te envuelve. Otra alternativa es un río refrescante o un relajante prado verde. Lo importante es que sientas cómo te fundes con la naturaleza mientras te relajas.
Vale aclarar que, si has arrastrado determinadas emociones negativas durante mucho tiempo, como el odio y el rencor, es probable que tengas que repetir varias veces esta técnica de descompresión emocional, hasta que te deshagas de esos estados afectivos y puedes llenarte realmente de tranquilidad, fuerza y/o seguridad. Si nunca has practicado la visualización, también es probable que te cueste más imaginar los diferentes escenarios. Solo tienes que ganar práctica con un poco de paciencia.
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Fuente: Hernández, P. (2002) Los Moldes de la Mente: Más allá de la inteligencia emocional. La Laguna: Tafor Publicaciones.
Las opiniones vertidas por Waldemar Gracia no reflejan la posición de la Voz Hispana. Nombres, lugares y circunstancias han sido alterados para proteger la identidad de los personajes citados en la historia.
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