Muchos no lo miran así, pero es una latente realidad.
Por Hernando Diosa
Millones y millones de inmigrantes indocumentados y activistas de todo el país han empezado a mostrar su preocupación por el potencial retorno de Donald Trump al poder, luego de escuchar sus palabras la semana pasada en la Convención Nacional Republicana, en donde -luego de asumir su rol como candidato presidencial del partido, prometió una vez más el cierre de la frontera y las deportaciones masivas si triunfa en las elecciones de noviembre de este año.
En el debate presidencial realizado el pasado 29 de junio, Trump exclamaba que ya Estados Unidos contaba con 18 millones de inmigrantes indocumentados, y que esto “estaba haciendo que el país sangrara”, y que esa era la razón por la cual él quería regresar a tomar las riendas de nuevo, para “Hacer a América Grande Otra Vez.”
El recién electo compañero de fórmula de Trump para la presidencia, el senador por Ohio, JD Vance, también respalda las deportaciones masivas de inmigrantes al sugerir que ellos son la causa del alto costo actual de las viviendas en la nación. “Si no tenemos más entre nosotros 20 millones de ilegales que necesitan techo donde vivir (muy a menudo a expensas de los contribuyentes), esto absolutamente hará que el costo de las residencias sea más asequible para los ciudadanos de todo el país”.
Un sondeo realizado por la redacción de “La Voz Hispana de Connecticut” por los alrededores de las ciudades que componen el Gran Condado de New Haven, mostró el miedo y la preocupación que se está empezando a palpar entre las personas que aún no han podido definir su estatus legal.
“Esto está feo para nosotros”, señalaba Florencio Alcántara, un trabajador de la construcción originario de Tlaxcala, México, quien cruzara hace más de una década el Rio Grande, en busca de una mejor vida para él y su familia. “Con lo que yo “jalo” aquí cada semana, ayudo a mi hogar y les doy educación a mis hijos allá en mi tierra. Y si ese señor vuelve a la presidencia, pues yo no sé qué voy a hacer si me llegan a coger,” decía en tono sombrío el humilde hombre, quien no quiso que le tomáramos una foto por razones obvias.
Y ese sentir y ese temor lo pudimos palpar en una reunión realizada hace pocos días en la sede de “Unidad Latina en Acción (ULA)”, que preside el activista comunitario John Lugo, en donde varias personas se encontraban reunidas para debatir y buscar estrategias para lo que pueda llegar con un posible regreso a La Casa Blanca del controversial candidato republicano a la presidencia de los Estados Unidos.
“Si esto llegara a suceder, lo primero que tienen que hacer nuestros inmigrantes es no meterse en problemas; es decir, respetar la ley,” enfatizaba Lugo. “Esto quiere decir, no conducir bajo los efectos del licor; respetar las señales de tránsito, y estar al día con la registración y el seguro del vehículo.”
El fundador de “Unida Latina en Acción” les informó a los presentes en la reunión que su organización ya tiene grupos de representación en Stamford, Norwalk, Bridgeport y otras ciudades en el estado con los cuales planea discutir estrategias y prepararse para un posible retorno del expresidente Donald Trump al poder, quien continúa vociferando a los cuatro vientos -y como tema de campaña-, que de resultar elegido, las deportaciones masivas de personas sin un estatus legal en el país serán una realidad.
Y mientras unos se empiezan a preparar para lo que pudiera pasar, otros asumen con tranquilidad lo que pudiera ocurrir con una potencial victoria de Trump en las elecciones de noviembre de este año. Ese es el caso del señor Jaime Rúa, propietario de
“My Little Colombia Restaurant”, un establecimiento de comida típica situado en el 672 Main Street, de East Haven, Connecticut, al cual convergen diariamente inmigrantes de diferentes nacionalidades. El, considera que el expresidente -si sale avante en sus aspiraciones de ser reelegido-, tendrá que contar con el respaldo del Congreso de los Estados Unidos para tomar tan radicales medidas.
“Yo no creo que pueda haber muchas deportaciones porque para que él pueda hacer todo lo que quiere, tiene que contar con la probación del Congreso de la República, y el país no cuenta con el dinero suficiente para que se hagan las deportaciones que el expresidente pregona,” señalaba Rúa. “Es más, le puedo asegurar que mi negocio no se va a ver afectado en nada con un posible retorno de ese señor al poder…”
Jaime Rúa -como mucha gente allá afuera-, considera que Trump saldrá victorioso en las próximas elecciones, al decirnos tajantemente: “Biden ya renunció a sus aspiraciones, y ahora están “montando” a Kamala Harris, quien es una mujer que no ha tenido tiempo para emprender su carrera…”
LAS OPCIONES
La redacción de “La Voz Hispana de Connecticut”, se puso en contacto con la Oficina de Leyes del Abogado de Inmigración Garo G. Kapikian -que ejerce tanto en Connecticut como en el estado de Nueva York-, y quien gentilmente procedió a informarnos acerca de las opciones que en el tapete existen para evitar que una persona sea deportada. Estas son:
- PAROLE IN PLACE: Estar presente en los Estados Unidos sin admisión o libertad provisional por 10 años. Esto implica estar casado legalmente en un matrimonio válido con ciudadano(a) de los Estados Unidos a partir del 17 de junio del 2024, y no poseer una historia criminal descalificadora u otra que constituya una amenaza para la seguridad nacional o para la seguridad pública.
- ASILO POLITICO: Si una persona puede probar que tiene un miedo razonable de ser perseguida debido a su raza, religión, nacionalidad o membresía por un grupo social en particular, esa persona pudiera aplicar por el asilo político en su primer año de entrada a los Estados Unidos.
- SUSPENSION DE LA REMOCION: La persona tiene que probar que va a ser perseguida por su gobierno si regresa a su patria.
- CONVENTION AGAINST TORTURE RELIEF: El que aplica por esta opción debe probar que es bien posible que sea torturado si regresa a su país de origen. Un ejemplo es aquel en el cual alguien quiere retornar a su suelo amado, pero no puede por temor a que el gobierno de su nación lo encarcele, lo torture, y pida una recompensa por su libertad, porque piensa que, por el mero hecho de haber estado en los Estados Unidos, tiene buen dinero. También existen otros ejemplos.
- CANCELACION DE UNA REMOCION: Se les ofrece a los solicitantes que aún no tienen su “green card” o Tarjeta de Residencia. Esta opción les permite a las personas que la solicitan obtener su “green card”, si prueban que, si son removidos de los Estados Unidos, esto causará dificultades, sufrimientos, privación o apuros a sus esposas, padres o hijos con ciudadanía americana.
- PAROLE IN PLACE: Si un inmigrante tiene una esposa (esposo) o hijo prestando servicio militar, eso puede detener su remoción de los Estados Unidos, y eventualmente ser el camino para su legalización.