Por: Waldemar Gracia
Por demás está decir que vivimos en tiempos de cambios radicales. Nuestra capacidad de adaptación como seres humanos es probada una y otra vez en la medida que nos vemos obligados a enfrentar nuevas realidades.
En estos tiempos podríamos de Pandemia. Y gracias a esta Pandemia, (si algo positivo podemos ver en ella), nos ha impulsado a promover y hacer cambios que hasta hace un año atrás consideraríamos algo impensable o poco probables.
Cambios en la educación, el teletrabajo, el uso de medidas de bioseguridad, el compartir en familia y la vida de iglesia entre otras muchas áreas que podríamos señalar.
Ahora bien, si bien es cierto que todos estos cambios afectan todo el espectro de la humanidad; es importante reconocer el precio que hemos estado pagando por ello. Estamos pagando un alto costo social, de libertad de movimiento, restricciones sanitarias, un alto precio en nuestra vida emocional y espiritual.
Como creyentes debemos preguntarnos; ¿Y qué la Iglesia tiene que decir al respecto? ¿Y qué la Iglesia puede hacer como comunidad sanadora para mitigar el dolor y el sufrimiento producido por estos eventos? Para propósitos de nuestra discusión quiero abordar el tema desde la perspectiva del Desafío Emocional.
EL DESAFÍO EMOCIONAL
Al ser nosotros creados a imagen y semejanza de Dios gozamos de ciertos atributos divinos, así como también de ciertas cualidades o características la cuales compartimos con Dios.
Lamentablemente, debido a lo limitado del tiempo no puedo abundar en el origen, desarrollo y uso de las emociones a través de todo el espectro de nuestra humanidad. Pero conviene dejar en claro que las emociones, solo son emociones, ni son buenas, ni son malas. Lo que puede ser bueno o puede ser malo es como respondemos a éstas.
En el orden de Dios, Dios creó al ser humanos como ser racional a fin de distinguirlo de las otras criaturas. En otras palabras, la razón debe gobernar y traer a sujeción nuestra vida emocional. Debemos ser guiados por la razón pues es el medio para ser guiados por el Espíritu. La razón se inclina hacia la vida en el Espíritu, mientras que las emociones se inclinan más a la vida en la carne. Tristemente, podemos ver como muchas iglesias promueven una experiencia religiosa carnal-emocional; mientras que se alejan de promover una vida racional-espiritual.
¿Entonces, Dios no usa nuestras emisiones? ¡Claro que sí! Pero siempre bajo la sujeción espiritual-racional. Como dice el Apóstol San Pablo a los Romanos, capitulo 12 versos 1 y 2:
1 Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional.
2 No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.
No pretendo hacer una exégesis exhaustiva del texto; pero éste claramente de un sacrificio vivo, santo y agradable. Cosas que pertenecen a nuestro sistema emocional. Pero añade que esto debe hacerse en forma racional (espiritual) no conformándonos al mudo (vida emocional-carnal) sino transformándonos; es decir; asegurándonos que nuestro entendimiento (racional-espiritual) es lo que nos va a permitir experimentar la bondad de la voluntad de Dios. De este punto en adelante creo que estamos listos para hablar sobre Inteligencia Emocional e Espiritual. Definitivamente no vamos a responder a todas estas preguntas; pero son presentadas a fin de que podamos tener una idea del alcance de nuestro desafío emocional.
¿QUÉ ES LA INTELIGENCIA EMOCIONAL?
Si la inteligencia intelectual se refiere a la capacidad de adquirir y utilizar conocimientos de forma correcta, la inteligencia emocional se refiere a la capacidad de reconocer y expresar saludablemente los sentimientos propios y de los demás.
Según Daniel Goleman, la inteligencia emocional es “la capacidad de entender, de tomar conciencia y de manejar nuestras emociones y las de terceras personas. Sin embargo, eso no garantiza la felicidad.”
¿CUÁLES SON LOS TIPOS DE INTELIGENCIA EMOCIONAL?
La inteligencia emocional no es una sola. Abarca diferentes tipos y características que definen el coeficiente intelectual de un aspecto de la persona. Estas pueden dividirse en cinco categorías básicas:
Empatía: Consiste en entender cómo se sienten los demás y aprender a comunicarse correctamente para lograr un objetivo común. Cada persona reacciona de diferente manera a ciertos estímulos dependiendo de su contexto y su experiencia.
Habilidades sociales: las buenas relaciones interpersonales guían a las personas al éxito, ya que pueden lograr más cosas con liderazgo, gestión de conflictos, cooperación y trabajo en equipo.
Autoconocimiento: este tipo de inteligencia emocional consiste en la capacidad de reconocer los sentimientos que uno alberga y cómo estos pueden afectar las acciones que hacen. La conciencia emocional y la confianza son vitales para su desarrollo.
Motivación: este tipo se relaciona con el compromiso de llegar a los objetivos que uno se plantea, cómo se mantiene el positivismo ante las adversidades y cuál es la iniciativa que una persona maneja para plasmar determinadas metas.
Autorregulación: las técnicas de autocontrol son esenciales en la inteligencia emocional. Controlar la duración de nuestras emociones y que tanto influyen estas en nuestras decisiones es vital para este tipo de inteligencia emocional.
¿QUÉ ES LA INTELIGENCIA ESPIRITUAL?
Para Danah Zohar e Ian Marshall la Inteligencia Espiritual es la inteligencia primordial; es la inteligencia que nos permite afrontar y resolver problemas de significados y valores, ver nuestra vida en un contexto más amplio y significativo y al mismo tiempo determinar qué acción o camino es más valioso para nuestra …
Finalmente, las personas con inteligencia espiritual entienden y sienten que todos somos parte de un gran todo. Comprenden que hacer daño a otro es también hacerse daño a uno mismo y que ayudar nos da una felicidad profunda. En el plano espiritual todos estamos conectados. Si las personas tuvieran más inteligencia espiritual se acabarían los conflictos laborales, los problemas interpersonales, la competencia interna. Además, se serviría al cliente no por la función sino porque les nacería a las personas. En el mundo se acabaría la pobreza extrema, las guerras y reinaría la paz.
El camino de buscar la inteligencia espiritual es largo, poco emocionante y requiere mucha perseverancia. Pero es un camino que, además de hacernos más felices, nos permitirá ayudar a este mundo a mejorar.
Fuentes y Referencias:
Carl, N. & Billari, F. C. (2014) Generalized Trust and Intelligence in the United States. PlosOne; 9(3).
Freedman, J.; Morrison, J. & Olsson, A. (2010) Leadership Success and Emotional Intelligence in the Middle East.
******************************************************************************
Las opiniones vertidas por Waldemar Gracia no reflejan la posición de la Voz Hispana. Nombres, lugares y circunstancias han sido alterados para proteger la identidad de los personajes citados en la historia.Nota : Si has encontrado esta columna útil o interesante, o si tienes alguna pregunta, puedes comunicarte con el autor por correo electrónico a : wallygracia@yahoo.com