Aunque ya pasaron las Elecciones; parece que el asunto no quiere acabar. Al menos ya no veremos los fastidiosos anuncios desprestigiando a candidatos de un partido o del otro. Tampoco escucharemos las promesas de “cambiar a Washington”, como si Washington tuviera algo que ver con nuestros problemas. Todos quieren nuestro voto. Y para obtenerlo los vemos hablando con viejitos, cargando a niños en los brazos, hablando con gente sencilla y trabajadora. Todo es sonrisas y mucho carisma.
Una vez pasadas las elecciones, no les volvemos a ver la cara hasta la próxima temporada. Las expresiones “es tiempo de un cambio” y “sí se puede” ya apestan. Son estribillos de una retórica hueca y vacía y sin ninguna intención de cambio. Con razón ese gran filosofo José Ortega y Gasset decía y que “las masas son irracionales” y por lo tanto fáciles de manipular.
Debido a esa manipulación a veces pienso que los candidatos buenos no son electos, pero los astutos y manipuladores lo son. Creo que a la gente hay que educarla y enseñarle a votar por candidatos y no necesariamente por partidos. Hay que examinar cual es la propuesta de cada candidato, considerar su postura en temas claves y contrastar sus propuestas con su historial para entonces poder darles el voto.
Votar por lo que no conoces es como firmar un cheque en blanco. El martes, cuando fui a votar había una serie de nombres que en mi vida los había visto. No sabía quienes eran ni de donde venían. Y sólo por el hecho de ser de tal o cual partido no los hace dignos de mi voto. Si no lo conozco, no lo puedo apoyar.
Recuerdo en Puerto Rico el lema “Una sola cruz debajo de la…”. Tenemos que ser más listo que eso. Recordemos que, como dice la canción, “al final la vida sigue igual”. Ya no hay mas anuncios. Ya no hay más saludos. Se acabaron las sonrisas. Pero prepárate, pues en menos de dos años escucharas de nuevo las expresiones “es tiempo de un cambio” y “sí se puede”. Esperamos que para entonces estés mas preparado para confrontar a estos políticos y exigirles propuestas concretas y dejar de atacar a sus oponentes, pues eso confirma que no tienen nada que ofrecer.
Leamos nuevamente el siguiente discurso político. Leámoslo bien tanto al derecho como al revés:
Queremos advertirle que hay que tener cuidado con los discursos políticos, y, si no, observe el siguiente… Primero lo leemos de “adelante para atrás”… Y luego al revés… Y fíjese que diferencia…
EL DISCURSO AL DERECHO:
“En nuestro partido político cumplimos con lo que prometemos. Sólo los necios pueden creer que no lucharemos contra la corrupción. Porque si hay algo seguro para nosotros es que la honestidad y la transparencia son fundamentales para alcanzar nuestros ideales Demostraremos que es una gran estupidez creer que las mafias seguirán formando parte del gobierno como en otros tiempos Aseguramos sin resquicio de duda que la justicia social será el fin principal de nuestro accionar. Pese a eso, todavía hay idiotas que fantasean -o añoran- que se pueda seguir gobernando con las mañas de la vieja política.
Cuando asumamos el poder, haremos lo imposible para que se acaben las jubilaciones de privilegio y los negociados. No permitiremos de ningún modo que nuestros niños mueran de hambre. Cumpliremos nuestros propósitos, aunque los recursos económicos se hayan agotado. Ejerceremos el poder hasta que Comprendan desde ahora que Somos la “nueva política”.
Y AHORA EL MISMO DISCURSO… PERO LEÍDO DE ATRAS PARA ADELANTE:
“Somos la “nueva política”. Comprendan desde ahora que ejerceremos el poder hasta que los recursos económicos se hayan agotado. Cumpliremos nuestros propósitos, aunque nuestros niños mueran de hambre. No permitiremos de ningún modo que se acaben las jubilaciones de privilegio y los negociados.
Cuando asumamos el poder, haremos lo imposible para que se pueda seguir gobernando con las mañas de la vieja política. Pese a eso, todavía hay idiotas que fantasean -o añoran- que la justicia social será el fin principal de nuestro accionar. Aseguramos sin resquicio de duda que las mafias seguirán formando parte del gobierno como en otros tiempos Demostraremos que es una gran estupidez creer que para alcanzar nuestros ideales la honestidad y la transparencia son fundamentales Porque si hay algo seguro para nosotros es que no lucharemos contra la corrupción. Sólo los necios pueden creer que en nuestro partido político cumplimos con lo que prometemos.”
¿Has notado la diferencia? La próxima vez que escuches a un político, antes de aceptar su mensaje, escúchalo al revés, esto es una manera de practicar una retórica diferente.