Para los progresistas de Connecticut, el 2023 acaba con muy buen sabor de boca. Hace unas semanas, Roberto Alves juró el cargo de alcalde en Danbury. Tras 23 años de gobiernos republicanos, la ciudad finalmente escogió a un demócrata.
Las elecciones municipales son mucho más importantes de lo que parecen. En nuestros ayuntamientos se decide el gasto en educación, policía y bomberos, nuestra política de vivienda y transportes, qué calles estarán llenas de baches y quién recogerá la basura. Escoger un alcalde de izquierdas, por tanto, es algo francamente importante, así que la victoria de Roberto representa un cambio importante para la comunidad hispana de la ciudad.
Lo interesante de estas elecciones es que son el resultado de votantes hartos tras décadas de austeridad republicana. Danbury tiene el menor gasto por estudiante de cualquier distrito escolar del estado, calles llenas de cráteres, servicios disfuncionales y unos precios de la vivienda totalmente fuera de control. Los residentes de la ciudad querían un cambio, y Alves hizo una campaña formidable hablando de estos temas y su impacto en la comunidad. A pesar de los intentos republicanos de distraer con acusaciones de socialismo o asustar sobre recortes en la policía, su victoria fue rotunda.
Conseguir este cambio no fue solo cuestión de bonitas palabras, sino que requirió también una campaña electoral bien organizada capaz de llevar a la gente a las urnas. El Partido de las Familias Trabajadoras estuvo ahí desde el principio, hablando con votantes, movilizando voluntarios, haciendo puerta a puerta. Durante los últimos meses hemos hablado con cientos de personas en Danbury, hablando con ellos sobre nuestra visión para construir una ciudad más justa, y los votantes respondieron.
Los resultados de las municipales de este año demuestran que este mensaje es bien recibido en todo el estado. Candidatos progresistas ganaron también en Middletown, Meriden, New Haven, Norwalk, Hartford, New London y New Britain, a menudo con el apoyo de nuestro partido. Los votantes están buscando líderes pragmáticos, progresistas y que quieren ofrecer soluciones concretas a los problemas de la comunidad. Quieren un gobierno de todos y para todos, no solo para los privilegiados. Y nuestro mensaje ha ganado elecciones.
Este año, sin embargo, también nos deja con un sabor agridulce. El periodo de sesiones de la legislatura estatal que terminó en junio fue muy decepcionante. Los demócratas, a pesar de gozar de amplias mayorías en ambas cámaras legislativas y tener un gobernador de su partido, fueron incapaces de aprobar muchas medidas legislativas para apoyar a las familias trabajadoras del estado. Los moderados en la Cámara de Representantes bloquearon una expansión de las leyes de baja por enfermedad y legislación sobre horarios estables. Los legisladores fracasaron espectacularmente en cualquier intento de solucionar la crisis de la carestía de la vivienda. En consecuencia, Connecticut seguirá siendo cada vez más caro, las empresas seguirán sin encontrar trabajadores, y nuestra economía seguirá estancada debido a nuestros altísimos costes.
No hablemos ya, por supuesto, de buscar soluciones a nuestras desigualdades educativas, sociales y económicas, reducir la segregación de nuestros barrios, promover la igualdad de oportunidades o incluso financiar nuestras universidades. Los presupuestos incluso acabaron recortando el gasto en educación superior para pagar una pequeña bajada de impuestos. Los demócratas quizás tengan mayorías abrumadoras, pero desde luego no hicieron nada para mover el estado hacia adelante con ellas.
Estas decepciones legislativas nos recuerdan que, a pesar de nuestras victorias electorales, aún nos queda mucho trabajo por hacer. En nuestro estado hay amplias mayorías de votantes dispuestas a escoger candidatos progresistas con ganas de cambiar las cosas. También parece haber una enorme falta de interés en el Capitolio para responder a estas demandas. Nuestro propósito de Año Nuevo será, entonces, convencer a los legisladores de atender a este clamor popular por reformas, y saquen adelante las políticas progresistas que el estado necesita. Para ello, vamos a movilizar a votantes, construir coaliciones y, si fuera necesario, llevar nuevas voces al capitolio que estén dispuestas a aprobar estas leyes prácticas que nuestra comunidad necesita.
Queremos un estado con una economía vibrante, abierto, justo e innovador; un ejemplo de nuevo para el resto del país. Nadie ha dicho que los propósitos de Año Nuevo tengan que ser fáciles, ¿verdad? Feliz Navidad y próspero año nuevo desde el Partido de las Familias Trabajadoras. Nos vemos el año que viene.