En la medida que los precios de los bienes y servicios siguen subiendo, los consumidores se resienten y las empresas luchan por mantener el ritmo. En este artículo examinaremos de cerca el dilema de la inflación; respondiendo a interrogantes como, ¿qué es? ¿por qué se produce? ¿qué consecuencias trae? ¿cómo ha sido su comportamiento en la economía estadounidense? ¿quiénes son los responsables políticos de gestionarla? ¿cómo mitigar sus efectos en nuestra economía familiar? Tanto si es usted empresario, inversor o simplemente alguien que quiere entenderla, le proporcionará valiosos conocimientos y una comprensión más profunda. Así pues, ¡empecemos!
La inflación se define como la tasa a la que aumenta el nivel general de precios de los bienes y servicios. Se puede medir por el Índice de Precios al Consumidor (IPC), que rastrea los precios de una canasta de bienes y servicios durante un tiempo específico (generalmente un año). La causan varios factores: aumento de la demanda, escasez de oferta, cambios en las políticas gubernamentales y condiciones económicas mundiales (por ej. La subida del precio del petróleo).
Las consecuencias de la inflación son significativas y de gran alcance, porque conduce a precios más altos, menor poder adquisitivo, niveles de vida más bajos, subidas de las tasas de interés, ralentiza el crecimiento económico y disminuye el valor real de los ahorros. Afecta tanto a los individuos como a las empresas, ya que tienen que ajustarse al aumento de los costos de los bienes y servicios.
La inflación generalmente se considera saludable cuando se mantiene baja y estable, ya que fomenta el gasto y la inversión. Sin embargo, cuando aumenta demasiado rápido, puede conducir a la inestabilidad en la economía y causar una disminución en el crecimiento económico general.
Es valioso considerar algunos términos dentro de este campo: deflación, disminución generalizada de los precios (contrario a la inflación); inflación moderada, cuyo porcentaje no supera el 10% anual; inflación galopante, subida de dos o tres dígitos; hiperinflación, sus aumentos son más del 1000% anual; estanflación, condición en la que convive una alta inflación y estancamiento del crecimiento económico; e inflación subyacente, variación en los precios de los bienes y servicios del IPC, sin considerar los elementos más volátiles: alimentos y energía.
“La inflación es un fenómeno monetario” lo aseguraba Milton Friedman, es por ello que es clave para la política monetaria. La Reserva Federal (FED) con mayor énfasis es la responsable de gestionarla, a través de su política monetaria (restrictiva o expansiva), y también lo es el Departamento del Tesoro, por medio de la aplicación de su política fiscal.
La inflación en Estados Unidos ha sido originada, por las disrupciones y cortes en la cadena de suministros a raíz de la pandemia de la covid-19 y posteriormente el conflicto Rusia – Ucrania; encarecimiento de la gasolina; y los enormes paquetes de estímulo del gobierno a familias y empresas que calificaban.
Estados Unidos, en los últimos años ha tenido una inflación descontrolada en máximos desde hace cuatro décadas; disparándose hasta el 9,1% en junio del 2022. El mayor aumento anual desde 1981 que se ubicó en 10,5% en el mes de marzo, habiendo ido a la baja desde el 12,5% que fue el dato registrado en diciembre de 1980. Va perdiendo algo de fuerza en los últimos meses, pero lo hace más despacio. En febrero de este año, cedió por octavo mes consecutivo, descendiendo y ubicándose en el 6% según los datos publicados por la Oficina de Estadísticas Laborales. Nivel más bajo desde octubre de 2021, mes en el que se situó en el 6,2%. La inflación subyacente también cedió, registrando el 5,5%. Se está por ahora muy lejos del rango meta del 2% en el que la FED sitúa la estabilidad de precios, como incremento interanual del IPC. Según Bankinter a fines del 2024 llegaremos a 2,5%. Entre junio de 2021 a junio de 2022, es resaltante mencionar que el incremento del precio en comestibles sumó el 12,2%; los huevos 33,1%; la harina 19,2%; el pollo 18,6%; la leche 16,4% y las frutas y verduras 8,1%; los alquileres de vivienda 14%. El PIB en consecuencia se ha visto afectado, tuvo un crecimiento del 5,9% en el 2021; 2,1% en el 2022 y se espera tan sólo del 0,5% para este año.
¿Cuál ha sido la tasa de inflación más alta? Desde que hay registro; se sabe que es la de 1917, situándose en el 17,8%. No en vano se le suele llamar a los finales de la década de 1910 “el período más inflacionista de la historia de Estados Unidos”, según la Oficina de Estadísticas Laborales. Décadas más tarde hay otros picos: 13,3% en 1979 y el 12,5% en 1980. A la década de 1970 se le conoce como el periodo de la “Gran Inflación”, época en la que no sólo la inflación era alta, sino que la economía estaba en recesión y la FED había subido los tipos de interés hasta el 20%.
Finalmente, algunos consejos frente a un contexto inflacionario: Debemos ajustar hábitos de gasto, postergar lo no indispensable, sustituir la compra de algunos productos, diversificar nuestras fuentes de ingresos, invertir en activos de buen desempeño histórico (oro, plata, petróleo), invertir en valores del Tesoro protegidos contra la inflación (TIPS), reducir la dependencia del crédito y evitar endeudarse.