Te ha pasado que apenas empiezas a hacer una pregunta y la otra persona ya te da la respuesta. Ese es el germen de la Anticipación. Dicen que peor que la Muerte es la anticipación de la misma. El pensamiento anticipatorio puede convertirse en nuestro mejor aliado o nuestro peor enemigo. La capacidad para proyectarnos al futuro e imaginar lo que podría suceder nos permite prepararnos para afrontar los problemas de la mejor manera posible pero también puede convertirse en un obstáculo que nos hunda en el pesimismo y nos paralice. Comprender cómo funciona el pensamiento anticipatorio y cuáles son las trampas que puede tendernos nos ayudará a usar esta maravillosa capacidad a nuestro favor.
¿Qué es el pensamiento anticipatorio?
El pensamiento anticipatorio es un proceso cognitivo mediante el cual reconocemos los retos y problemas que podrían presentarse y nos preparamos para afrontarlos. Es un mecanismo mental que nos permite formular posibles alternativas con vistas al futuro y darles un sentido antes de que ocurran.
LOS 3 TIPOS DE PENSAMIENTO ANTICIPATORIO QUE USAMOS PARA PREDECIR EL FUTURO:
1. Coincidencia de patrones:
Las experiencias que vivimos a lo largo de la vida nos permiten detectar la existencia de determinados patrones. Por ejemplo, notamos que cuando hay nubes negras, es probable que llueva. O que cuando nuestra pareja está de mal humor, es probable que terminemos discutiendo. El pensamiento anticipatorio usa esos patrones como una “base de datos”.
2. Seguimiento de la trayectoria:
Este tipo de pensamiento anticipatorio va comparando lo que está ocurriendo con nuestras predicciones. No nos olvidamos de nuestras experiencias pasadas, pero prestamos más atención al presente. Para predecir si se producirá una discusión de pareja, por ejemplo, si usamos nuestros patrones nos limitaremos a valorar el nivel de enfado y mal humor, pero si tenemos en cuenta la trayectoria le iremos dando seguimiento al estado de ánimo de la otra persona en tiempo real.
3. Convergencia:
Este tipo de pensamiento anticipatorio es el más complejo porque requiere que notemos las conexiones entre los eventos. En vez de limitarnos a responder a los patrones antiguos o seguir una trayectoria de sucesos actuales, apreciamos las implicaciones de los diferentes eventos y comprendemos su interdependencia.
El pensamiento anticipatorio se considera un signo de experiencia e inteligencia en muchos campos. Los grandes maestros de ajedrez, por ejemplo, analizan mentalmente los posibles movimientos de sus adversarios antes de mover una pieza. Al adelantarse a las jugadas de su oponente, llevan ventaja en el juego y aumentan las posibilidades de ganar la partida.
En la vida, el pensamiento anticipatorio también puede jugar a nuestro favor. Podemos otear el horizonte para intentar predecir hacia dónde nos llevarán determinadas decisiones. Así podríamos determinar con cierta seguridad qué decisiones podrían ser positivas y cuáles podrían meternos en problemas. El pensamiento anticipatorio es, por tanto, esencial para planificar y prepararnos para recorrer el camino que hemos elegido.
El lado oscuro de anticiparnos a los problemas:
“Un hombre estaba haciendo algunos arreglos en su casa cuando se dio cuenta de que necesitaba un taladro eléctrico, pero no tenía uno y todas las tiendas estaban cerradas. Entonces recordó que su vecino tenía uno. Le pediría que se lo prestara. Pero antes de llegar a la puerta le asaltó una duda: ‘¿y si no quiere prestármelo?’
Entonces recordó que la última vez que se vieron. Su vecino no se mostró tan amable como de costumbre. Quizás tenía prisa. O quizás estaba molesto con él. ‘Evidentemente, si está molesto conmigo, no me prestará el taladro. Inventará cualquier excusa y yo haré el ridículo. ¿Pensará que es más importante que yo solo porque tiene algo que necesito? ¡Es el colmo de la arrogancia!’, pensó el hombre. Enfadado, se resignó a no poder terminar los arreglos en casa porque su vecino jamás le prestaría el taladro. Cuando lo volviese a ver, no le dirigiría la palabra”.
Esta historia es un buen ejemplo de los problemas que nos puede causar el pensamiento anticipatorio cuando discurre por los derroteros inadecuados. Este tipo de razonamiento puede convertirse en un sinvivir cotidiano que solo sirve para ver problemas y obstáculos donde no los hay o donde es bastante poco probable que se produzcan.
Por consiguiente, la próxima vez que veas problemas en el horizonte, no te límites a lamentarte o preocuparte, pregúntate qué puedes hacer y traza un plan de acción. Así podrás sacar el máximo partido a esa extraordinaria herramienta que es el pensamiento anticipatorio.