El uso de sustancias químicas con fines fundamentalmente mágico-religiosos es tan antiguo como la historia de la humanidad; pero el uso de las mismas sustancias con fines fundamentalmente hedónicos se constituye en un fenómeno relativamente nuevo. Así, por ejemplo, la masticación de las hojas de coca en los pueblos del Antiguo Perú estaba socialmente controlada y tenía claros objetivos religiosos, por lo que no se halla información sobre efectos negativos a corto o largo plazo como consecuencia de su uso. Con la llegada de los españoles, durante la Conquista, el uso de la coca se extiende aún más, hasta convertirse en un instrumento de explotación del indio por sus cualidades de aumentar la tolerancia a la fatiga y disminuir el apetito.
La farmacodependencia o dependencia de drogas, de acuerdo a la OMS, es definida como “Estado psíquico, y a veces físico, causado por la interacción entre un organismo vivo y el fármaco, caracterizado por modificaciones del comportamiento y por otras reacciones que comprenden siempre un impulso incontrolable por tomar el fármaco, en forma continua o periódica, a fin de experimentar sus efectos psíquicos y, a su vez, para evitar el malestar producido por su supresión.”
Los adictos generalmente comienzan a consumir drogas o medicamentos en entornos sociales y se vuelven dependientes con el tiempo. En algunos casos, es posible que, en un principio, le hayan recetado el medicamento (por ejemplo, un analgésico) para tratar una afección médica. Este uso normal y seguro a veces puede convertirse en consumo excesivo y dependencia.
El consumo compulsivo de drogas y medicamentos puede ser desencadenado por los siguientes factores:
- antecedentes familiares de adicción (las personalidades adictivas pueden ser genéticas y el hecho de haber sido testigo del consumo excesivo de drogas o medicamentos por parte de algún familiar puede convertir el hábito en algo normal o deseable)
- vivir en un entorno donde se consumen drogas ilegales de manera frecuente y es fácil conseguirlas
- antecedentes de ansiedad, depresión u otras afecciones mentales
Etapas del consumo de drogas o medicamentos
Según los National Institutes of Health [Institutos Nacionales de la Salud], los usuarios de drogas o medicamentos generalmente atraviesan determinadas etapas en el camino hacia la farmacodependencia:
1. La persona consume drogas o medicamentos con fines recreativos. El consumo es poco frecuente y tiene lugar en entornos sociales.
2. La persona comienza a consumir drogas o medicamentos de manera regular, lo que a menudo trae aparejado el abandono de familiares y amigos. A la persona le preocupa no poder conseguir las drogas o los medicamentos.
3. La persona se vuelve adicta a las drogas o los medicamentos y su único objetivo es encontrar maneras de conseguirlos. Es posible que abandone la mayoría o la totalidad de sus intereses y relaciones previos.
4. La persona se vuelve dependiente de las drogas o los medicamentos y no es capaz de vivir sin ellos. Se produce un deterioro de la salud física y mental.
Síntomas
Puede resultar difícil diferenciar los síntomas de la dependencia de los de la adicción. En ambas afecciones, las drogas o los medicamentos constituyen la principal preocupación de la persona, quien muestra un comportamiento reservado y evita actividades y relaciones que en algún momento consideró importantes. También es posible que el adicto descuide su aspecto físico y sufra variaciones extremas en el peso.
Por lo general, para determinar si una adicción se ha convertido en una dependencia, resulta útil observar el comportamiento del adicto cuando no logra conseguir drogas o medicamentos durante un lapso considerable. Los síntomas físicos de la abstinencia se producen cuando el organismo sufre un cuadro de estrés en ausencia de la droga o el medicamento. Entre estos síntomas, se destacan los siguientes:
- ansiedad
- depresión
- debilidad muscular
- pesadillas
- dolores corporales
- sudoración
- náuseas
- vómitos
Tratamiento
Cuando el consumo excesivo se convierte en dependencia, el tratamiento se torna complicado. En última instancia, la persona debe dejar de consumir la droga o el medicamento, pero hacerlo de manera abrupta puede traer consigo efectos secundarios físicos muy difíciles de sobrellevar.
Probablemente le administren sustancias que imitan los efectos de las drogas ilegales para reducir los síntomas de abstinencia durante el tratamiento. Los programas de deshabituación utilizan una combinación de asistencia psicológica y atención médica para reducir el grado de dependencia y, en última instancia, poner fin a la adicción. Lo más probable es que, una vez que la persona reciba el alta del programa de tratamiento, deba continuar con las sesiones de terapia durante un lapso considerable.
En los casos extremos de dependencia, abstinencia o sobredosis, es posible que la persona deba recibir atención de emergencia antes de proceder con el tratamiento.
Pronóstico
Si no se trata, la farmacodependencia es muy peligrosa. La persona puede aumentar el consumo de drogas o medicamentos a medida que el organismo se va adaptando, lo que puede dar lugar a una sobredosis y la muerte.
Con tratamiento, es posible revertir la dependencia si el problema se aborda a tiempo y si la persona está dispuesta a recibirlo. A veces, el tratamiento es eficaz la primera vez, pero las recaídas son frecuentes entre los adictos. La continuidad de las sesiones de terapia y la participación en grupos de apoyo pueden ayudar a los adictos en recuperación a no perder el rumbo y a abordar cualquier signo de posibles recaídas.
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Fuentes:
1. NAVARRO, R. “Evaluación de la Adicción a Cocaína, Cannabis y Heroína”. En: BUELA-CASAL, G., CABALLO, V. & SIERRA, J. C. Manual de Evaluación en Psicología Clínica y de la Salud. 1996.
2. CEDRO. Drogas en el Perú Urbano. Estudio Epidemiológico 1992. Monografía de Investigación No. 9. Lima-Perú 1993.
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