El próximo 8 de marzo se celebrará el “Día Internacional de la Mujer”. Dia en que se reconoce la aportación de la mujer en nuestra sociedad. La Mujer es el más querido ser, tratarlas bien es un placer y un deber, a nuestras madres; la primera mujer que todos conocemos, es la única, abnegada, sin apariencia, y que jamás de los jamases se puede sustituir ella es todo amor. Ellas son cruz y pilar de nuestras vidas y ellas tienen el poder de procrear siempre, por eso las tenemos que amar. La vida sin ella no existiera, son una gran obra de Dios para todos nosotros en la tierra.
Sin embargo, a nivel mundial cada día son más los casos que se reportan de abusos y mal tratos contra la mujer. Como Latinos, reconocemos la importancia que ellas tienen en nuestras vidas. Todavía no conozco a un hombre que no haya nacido de una mujer. ¿Que seria este mundo sin las mujeres? Cada cual tiene su opinión, pero es importante que tomemos en cuenta algunos pensamientos acerca de su rol en nuestras vidas. La mujer es símbolo de la fertilidad, sin ella no se puede hacer un hogar, no se puede hacer una familia. Si la mujer, el hombre estaría incompleto. Algunos llegan a decir que la mujer es mucho más fuerte que el más fuerte de todos los hombres. ¿Será esto verdad?
La fortaleza de una mujer no se mide por su fuerza física, sino por la integridad de su carácter. Una mujer puede ser humilde y sumisa con respecto a sí misma. Pero cuando se trata de proteger, cuidar y velar por el bienestar de un hijo o hija, una mujer es capaz no sólo de sufrir humillación sino de dar aún su propia vida.
Esto me recuerda un episodio narrado en el Evangelio de San Mateo en que Jesús se retiró con sus discípulos a tierras de gentiles, en la región de Tiro y de Sidón. Allí se les acercó una mujer que, a grandes gritos, imploraba: ¡Señor, Hijo de David, apiádate de mí! Mi hija es cruelmente atormentada por el demonio. Jesús la oyó y no contestó nada. Muchos se atreven a comentar que Jesús no le hacía caso precisamente porque sabía lo que él le tenía reservado: no callaba para negarle el beneficio, sino para que lo mereciera ella con su perseverancia humilde.
La mujer debió de insistir largo rato, de tal manera que los discípulos, cansados de tanto empeño, dijeron al Maestro: Atiéndela y que se vaya, pues viene gritando detrás de nosotros. El Señor le explicó entonces que Él había venido a predicar en primer lugar a los judíos. Pero la mujer, a pesar de esta negativa, se acercó y se postró ante Jesús, diciendo: ¡Señor, ayúdame!
Ante la perseverante insistencia de la mujer cananea, el Señor le repitió las mismas razones con una imagen que ella comprendió enseguida: No está bien tomar el pan de los hijos y echárselo a los perrillos. Le dice de nuevo que ha sido enviado primero a los hijos de Israel y que no debe preferir a los paganos. El gesto amable y acogedor de Jesús, el tono de sus palabras, quitarían completamente cualquier tono hiriente a la expresión. Las palabras de Jesús llenaron aún más de confianza a la mujer, quien, con gran humildad, dijo: Es verdad, Señor, pero también los perrillos comen de las migajas que caen de las mesas de sus amos. Reconoció la verdad de su situación, «confesó que eran señores suyos aquellos a quienes Él había llamado hijos». Aquella mujer fue transformada por la humildad y mereció sentarse a la mesa con los hijos.
Ella supo conquistar el corazón de Dios, y recibió el milagro que pedía y una gran alabanza del Maestro: ¡Oh mujer, grande es tu fe! Hágase como tú quieres. Y quedó sanada su hija en aquel instante. Sería seguramente más tarde una de las primeras mujeres gentiles que abrazaron la fe, y siempre conservaría en su corazón el agradecimiento y el amor al Señor.
Nadie puede negar el sacrificio que una madre está dispuesta a hacer por el bienestar de un hijo o una hija. No hay otro ser que sea capaz de sufrir aún hasta lo indecible a causa de su amor incondicional por ese ser que ha cargado por nueve meses en su vientre. Creo que en este día, 8 de marzo en que se celebra el día Internacional de la Mujer, debemos de rendir tributo a todas esas heroínas anónimas que han sabido darlo todo tal vez por ti o por mí. ¡Felicidades en el día Internacional de la Mujer!
Las opiniones vertidas por Waldemar Gracia no reflejan la posición de la Voz Hispana. Nombres, lugares y circunstancias han sido alterados para proteger la identidad de los personajes citados en la historia.
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