Titi Julia
Para el glorioso día de mi cumpleaños, mi esposa hizo cosas muy especiales ya que me obsequió con un desayuno de huevos rancheros con picante marca “Cipreses,” que pican no una, sino que dos veces, y después me trajo los regalitos. Tía, no es que yo me queje, pero por lo general me regala una docena de calzoncillos, camisetas, y calcetines, además de jabones y desodorantes marca “Fermosos” que deja los sobacos olorosos.
También me llevo a almorzar a un restaurante vegetariano porque piensa que estoy engordando y los calzoncillos tamaños 46 me están quedando chicos.
Yo no reclamé y agradecí las invitaciones, pero después me fui al Aquí me Quedo donde William Mercado a comer arroz con gandules, cochifritos en escabeche, y chuletas de lechón soltero. El asunto es que en ese inolvidable domingo mi esposa me regaló también una prenda de oro que brilla más que cabeza de dibujante, y que tiene mi nombre completo y mi apodo “ñoño”
Cuando yo era nenito, en mi casa me tenían un apodo que era “ñoñín,” que a veces derivaba en “ñoñincito,” “ñoñón,” o “ñoñe.” A mí, y cuando al crecer me enteré del significado de esta palabra, me comenzó a molestar, y traté de mantenerlo en secreto, pero los hermanos de mi esposa se enteraron, y juegan conmigo. Como es la familia, los soporto.
El collar es de oro ilegitimo comprado en una joyería del Mercado en Hartford, es muy bonito y brilloso, pero como le decía tiene mi nombre que aparece como “Anselmo ñoñi Tuco Ortiz Vázquez” y cuando lo uso, los títeres de la Broad se ríen, y eso me molesta mucho demasiado.
Yo no sé ahora si decirle a mi jeva lo que hay, porque no quiero frustrarla, pero el otro día fui al DD de la calle Washington, y como a las muchachas les gusta reírse y disfrutal, enseguida comenzaron a mirarme el collar y me dijeron con sorna, “qué bonito es tu collar ñoño,” lo que a mí no me gustó.
¿Cómo podría resolver el problema sin ofender a mi esposa? Ella me exige que me lo ponga cuando vamos al parque Elizabeth y a la iglesia del hermano Jeremías.
Con saludos a los muchachos de la redacción, se despide de usted.
Ñoño.
Respuesta
Querido Anselmo
Esto de los regalos entre parejas es algo muy personal, íntimo, y muy aceptable. A una de mis primas de Comerio, el esposo le regalaba para el día de las Madres tangas con hilito de colores variados y a ella le encantaba el detalle. En tu caso, la ropa interior no está nunca de más y recuerda que se te regalan con mucho amor, pero hazle caso a tu cónyuge porque si ahora tienes solamente 34 años y estas goldo, imagínate cuando llegues a los funestos 50 que a mi me han contado son muy complejos ya que viene la obesidad mórbida, fuente de enfermedades cardiacas, diabetes, la condenada artritis y los problemas con las rodillas.
Ahora bien, y como dice el dicho que “a caballo regalado no se le mira el diente,” debes agradecer lo del, y que debe ser caro, pero por si acaso, llévalo en secreto a una tienda del Mall de West Hartford para que te digan lo que hay, porque si tiene tantos quilates tendrás que asegurarlo.
Para que no haya secretos entre vosotros y en los matrimonios se espera que haya mucha comunicación en TODO, puedes explicarle a tu esposa con toda confianza tus sentimientos con respecto a tu apodo que tiene otra connotación si se usa en género femenino “ñoñ…”
En cuanto a tu nombre completo en el collar, lo de la cárcel y tus temores hacia los otros muchachos también condenados por hurtos que estaban también contigo en el fatídico condominio con rejas.
En otras palabras y para explicarles a los lectores de otros países, hay gente que le gritan a otras, sobretodo si son lame ojos y carga bates, “Váyanse a la ñoñ…) que seria como sinónimo de plasta.
Otra solución sería ir a alguna de las joyerías del área para que, sin que se de cuenta tu esposa, te hagan una idéntica, pero enchapada con metal barato marca “El gitano,” y que no tenga tu apodo, en otras palabras, que rece simplemente “Anselmo” y olvídate de lo del ñoño.
Sea cual sea lo que decidas, trata de explicarle a tu esposa lo de los regalos para Navidad y Dia de Reyes. Sugiérele colonias para hombre, desodorantes, un celular Alpha-x-TR y ya verás que ella te entenderá pa’ luego porque, cómo tú lo describes, la atiendes bien, y los sábados la sacas a comer al Piolín con los nenes.
Aunque esto de las prendas y colgajos del “oro,” con los nombres para muchos es algo más bien cafre, te dejo con este pensamiento del filosofo Barrabas Montesinos de Río Grande quien, en su autobiografía titulada, “Nunca pa’ tras, ni pa’ tomar impulso,” de la editorial “El Gallito” de Loiza, incluye estos sentidos versos.
En la cuestión de los gustos,
Y lo dijo Santa Cló,
No mandas tú ni tu abuelita,
El que manda allí soy yo.
Disfruta de las joyas y hace caso omiso a lo que otros digan, saca pecho y olvídate de ñoñerías.
La Tía.