Titita Julita la “Sabida:”
En los inicios de un otoño frío y con tanto líos políticos y asesinatos, hemos llegado con mi esposo Pininote a una profunda y penetrante conclusión: nuestras existencias y destinos tienen tantos vericuetos como un gas imprudente localizado en el intestino delgado de una serpiente cascabel, y como decía Indiana Jones en su libro, “El Recoveco Profundo de mi Novia Iankia” los gases pueden enervar el embeleco. ¿Cómo la ve?
Le texteo por el siguiente problema que desde hace tres meses nos quita el sueño e interrumpe nuestras vidas con pesadillas pesadas como la de un tercer periodo en la presidencia del que está ahora y al que llamo el “innombrable” porque trae mala suerte.
En septiembre de un día de invierno, me matrimonié con Joano a quien en el seno sagrado del hogar llamamos Pininote por lo de la pipa que ya parece de ocho meses y cuyo ombligo está desapareciendo por lo cual yo jugando le digo “Adán,” porque sin ombligo pareciera que no tuvo madre. Ja-ja-ja.
“En un principio” y como dice el Viejo Testamento que usan los judíos que ahora se quieren quedar con todo Gaza, éramos nada más que Joano y yo y nuestros gemelitos a los que Dios bendiga que para ser más clara son dos. Como Joano es hijo único (y adoptado) siempre ha demostrado exagerada generosidad con sus familiares adoptivos y me desplico.
El asunto tía es que uno de sus hermanos adoptivos llamado Justino le metió en el cráneo el enviarnos a una nena de 17 para estudiar Ciencias Gastronómicas carrera que yo no conocía y la veo como una especialidad floja en Connecticut donde se decidió sin consultarnos que nuestro alimento preferido es la pizza, aunque yo creo que son las enchiladas y los burritos con el pique doloroso que pica dos veces ¡Híjole!
Fíjese usted que ¡Oh, Dios! nos la enviaron porque mi distinguido cónyuge, ¡que idiota! le pagó el pasaje. Fíjese usted y antes de que se lo cuenten por la radio Bemba de la Park, a los tres meses de estadía en nuestro sagrado hogar comiendo gratis, la nena que tiene 18, pero parece de 22, nos sorprendió con “su enamorado” con muchos tatuajes en el pescuezo, las uñas pintadas de negro y una trenza que le llega a la cintura. ¡Ajjjjjjj!
Hace poco nos dijo, ¡Oh, Dios! con la nueva de que estaba embarazada, pero seguiría sus estudios en la profesión de masaje integral y que con su enamorado “necesitaban un rinconcito hasta que naciera el baby.” ¿Qué me dice usted? Al benigno idiota de mi esposo Pipote le dio pena.
Yo le dije a Pipinote lo siguiente y transcribo.
“Escúchame con cuidado canto e’ salmón porque no te lo voy a repetir cuando nos divorciemos. Si tú crees manganzón que yo me podría hacer cargo de un baby ajeno mientras esta tipa dice que estudia cuando parece que es más caliente que la plancha de Belcebú, estás muy equivocado. ¿No te diste cuenta enajenado mentecato que culebreando y de a poquito, Martina trajo al espantapájaros ese al que yo creo que ya conocía y dice ser el padre de la creatura, buscando “un rinconcito” ¿para formar su familia? Esta misma noche y en mi presencia llamas a tu hermano adoptivo para que la mande a buscar a ella y anúnciale lo del papi para que se vaya y no vuelva nunca más. Tú no les pagarás los pasajes de ida.”
Tía por favor aconséjeme que sufro y el motorcito al que llaman corazón se me tranca y me da hipo. ¿A usted por su edad no le ha dado hipo?
Rufiluis Enaikala
Mira Rufiluis:
A mí no me da hipo y te pregunto con confianza, tus nombres ¿están en el Calendario de los Granjeros? ¿Rufiluis es Rufina + Luis?
Veo y siento como míos los problema que les está trayendo la sobrinita “adoptada” que no es carnal y arribó a estas tierras para estudiar Artes Culinarias y a quien se le pegó al lado como chicle ese a quien apodas el espantapájaros, sujeto más extraño que vaca con sostenes y cuya especialidad parece ser modelo de la sandez y bueno para engendrar, pero no para trabajar legal o ilegalmente.
Tu sobrina “adoptiva” es una desvergonzada con licencia al igual al padre que se las envió.
Creo que, a tu sobrina, su señora madre no la informó o leyó a los doce añitos la cartilla con verdades y precauciones que describe el sicólogo Gaspar de la Trucha en su libro “la Importancia Intrínseca de Evitar el Koito Precoz sin los Condones Chinos marca Mao-Menos”
M’hija, si tu supieras la cantidad de parejas maduras que vivían felices con o sin mellizos quienes ahora tienen problemas semejantes al tuyo con las visitas de ciertas nenas o estudiantes extranjeros que alojan en hogares de por acá pagando unos dolarcillos. A estos últimos, menos los de China, Trump les enviará de regreso a sus naciones, menos a los becados rusos que les envía Putin y estudian técnicas del espionaje falaz en Washington D.C.
La necesidad imperiosa de espacio y privacidad para tus gemelos es un argumento importante y tu esposo debe evitar que le cojan con el mango bajito y pensar más bien en sus hijos merecen buenos ejemplos y no la visión de adefesios inicuos.
El sociólogo boliviano Wenseslao Torres en su estudio llevado a cabo en la UFT (Universidad Flotante del Titicaca) manifestó que en el 74,5% de los casos de sobrinas, primas, cuñadas en edad de merecer alojadas temporeramente en casas de familiares, “por un tiempecito,” son una fuente de problemas por esto de los enamoramientos y encuentros físicos sin protección que no recomienda el Dr. Pancracio Fleming,
Torres dice además que en el 65% de los casos, los parientes que enviaron a las muchachitas afirman que los padres legítimos les cargan con la culpa y yerros de los deslices carnales de las ayer doncellas a las que el pariente no las vigiló ni se las cuidó. ¿Cómo la ves?
El otro problema mi amor es que vuestros gemelos son ya mayorcitos y sus hormonas les están zapateando al ver a la ex doncella. ¿Tú me entiendes?
En libertad y sin la presencia de carnales con autoridad estas visitas se transforman y sacan las uñitas, salvo contadas excepciones.
Te deseo mucha suerte, y lo más importante, cuídate de las rabietas o discusiones airadas con tu esposo acerca de este tema tan crucial de las visitantes porque los marcapasos para el corazón no siempre son seguros y las palpitaciones parecen terremotos en el pecho.
Qué os los pasen bien.
Tu Tía, Julia