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Querida tía Julia,
No es mi costumbre lamer el ojo como lo exige el presidente Trump a sus ministros quienes son gente afrentá, inocua y anodina. Usted no sufre de los defectos de arrogancia y soberbia de muchos que necesitan les inflen el ego con zalamerías para así creerse importantes.
Soy una joven de 23 primaveras y resulta tía que Ramiro, mi noviecito, de trabajar trabaja, pero le suceden cosas. Por un tiempo se defendió preparando comidas con un primo para entregar a domicilio las cuales las guisaban en la casa de su madre. Sin embargo, una vecina a la que apodan “el Saludo” porque no se lo niega a nadie; lo atemorizó con estos de la licencia y la limpieza que exige el Departamento de la Salud en las cocinas y lo que requiere el alcalde Arunan Arulampalam.
Por esto motivo dejó el trabajito y quiso incursionar en el Uber, un negocio arriesgado sobre todo en New Haven, Bridgeport y Waterbury contaminados por pandillas donde ya algunos están pidiendo que Trump mande tropas. Además, allí suben Pedro, Juan y Martin y yo le advertí lo de las chinchas y los asaltos. Ahora bien, como hay muchos jubilados que han tenido la misma idea porque la necesidad tiene cara de hereje; el trabajo se ha puesto más lento que patada de astronauta.
Tía, Ramiro con estos contratiempos se ha puesto más vago que una puerta, y más frustrado que una tortuga con mochila. Cree que después de quince años de trabajo en la cocina de una escuela, tiene derecho a reclamar una jubilación y preferiría quedarse en la casa mirando teleseries de su país cuyos títulos son sugestivos. “El matremonio tormentoso de Kiko el trapecista,” y “Johnny el matón que trabaja para ICE y duerme con la máscara.”
Yo trato de motivarlo y le compré un uniforme de chef y la gorra de cocinero, además de los instrumentos culinarios. Además, le recorte del periódico Hartford Courant y de la Voz Hispana los muchos anuncios de trabajos disponibles en restaurantes de comida francesa y también los nombres de unas academias de estudios avanzados en comidas de Tailandia y Java. También le informé de los programas de ayuda a los pequeños negocios que ha dado a conocer el Gobernador Lamont para que se instale, pero nada.
¿Estará Freddy deprimido? Ahora yo le creo entenderlo, pero como tiene menos entusiasmo que antes, quiere que nos mudemos a Acapulco donde dicen que el aire es muy puro y corren brisas tenues y no hay tantos temblores como en Guatemala. Ahora no me atiende tan bien como antes y todos los días lee en el periódico la sección de obituarios, suspira y cuando pasa frente a una funeraria se persigna y baja la cabeza.
Yo me estoy cansando de lo que pasa porque con los chavos que gano en un DD y el desempleo de Freddy estaremos más limitados que un enanito jugando baloncesto.
Tía, no sé qué hacer y me estoy cansando con estas zanganerías de un hombre joven y aparentemente fuerte…
Saludos a todos ustedes y que lo pasen bien. Compren desde ya y si lo necesitan el disfraz de Halloween si es que lo necesitan,
Zorraida
Respuesta
Querida Zorraida,
El Editor me preguntó si tu nombre de pila te lo sacaste en una rifa, pero por las “erres” dice que quizás el cura era de origen vasco. Por allá hablan una lengua más antigua que rascarse la espalda, y hay apellidos tales como Eyzaguirre, Carrasco, Lastarria u Olavarría.
Siempre tienes la opción de cambiártelo por otros maravillosos tales como Cleopatra, Claudina, Exequial, JLo o Melania.
Lamento lo que les sucede a ti y Ramiro en estos tiempos más flojos y feos que Vampiro con implantes de colmillos, pero como decía un pastor en la Iglesia la Ultima Palabra Repetida, estamos viviendo tiempos de muchos cambios acelerados, con un presidente que cuando no miente se cae por las escaleras y el vicepresidente que dicen tiene cara de axila y estudió para matón en la universidad de Jail.
Mija, somos tan vulnerables como chiringa azotada por los vientos de ahora y debemos ajustarnos a las nuevas circunstancias, tornados, tormentas, festivales de truenos y rayos, temblores, humedad y la posibilidad de nieve para Halloween.
Además de esto y ahora con Trump, a los trabajadores de restaurantes, DD y otros negocios donde no pagan mucho, sino que muy poco, no les proveen servicios médicos, ni tampoco un sistema justo de promociones. Una muchacha que se llama Konchala me dijo que no pensaba volver a un trabajo donde la pagan menos del mínimo por la hora, su tiempo máximo de trabajo son 20 horas a la semana, nunca llegará a ser mánager, y no tienen un sistema de pensiones. El manager les obliga a usar jeans muy estrechos para atraer viejitos jubilados.
Ahora bien y refiriéndose problemas entre las parejas, el sociólogo Martin Cotapos Baca de la Universidad de la Vida Tenue en Arkansas, decía que los enamorados, novios, comproMETIDOS, esposos y esposas deben recordar el tema de la “conquista permanente,” y reinventarse renovando como dicen las muchachas españolas, en las cosas íntimas del sexo, los juguetes, posturas novedosas tales como el salto del ropero, la chimichanga del clímax, nuevos contactos sociales, iniciar actividades al aire libre, y no buscar alivio en el palo frecuente ni en medicamentos como el Clonazepam.
Tu enamorado debiera ir al Instituto para que le diagnostiquen lo de la depresión, se explaye con terapistas experimentados y discutan con él o ella la idea de viajar a Acapulco, aunque recuerden que están anunciando Tsunamis hasta en el Mar Muerto. Vayan a alguna congregación en la que los fieles no se arrojen al suelo ni del alarido para ganar fuerza espiritual porque este espectáculo afecta los nervios.
Cuídense mucho y distráiganse con lo de Halloween mirando a los disfrazados en el Green y en la Casa Blanca.
La Tía que los quiere mucho.
Julia