El Cardenal Víctor Manuel Fernández, prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, ha ofrecido una serie de declaraciones, en torno al documento doctrinal sobre la Devoción Mariana, remarcando que el título Mariano de Corredentora “puede usarse” pero “no oficialmente”.
A primera vista pareció un debate para especialistas pero desató un verdadero avispero de reacciones en el mundo católico, y todo por la acepción del lenguaje que gira en torno a una sola palabra corredentora, aplicada a la Virgen María. El detonante fue la nota del documento “Mater populi fidelis”, que le pide a la Iglesia Universal que evite usar ese título de manera institucional.
La polémica y la pregunta que nos guía es que estamos ante una simple corrección de lenguaje y no ante la punta de un iceberg que esconde debates más profundos sobre el diálogo ecuménico con otras religiones.
De hecho, esta precisión semántica permitió revalorar, el significado del sufrimiento humano, donde la palabra Corredentora es clave porque esta palabra condensa tensiones acumuladas y de esta discusión teológica conecto con algo universal, hacer del dolor nuestro unido al de Jesucristo, un efecto corredentor.
La Santa Sede, planteo el núcleo de toda la controversia está en la palabra misma, en el prefijo -Co- parece increíble que dos letras generen tanto revuelo. Pero la lingüística y la teología van de la mano. El prefijo -Co- tiene significados que han se han ido distanciado con el tiempo etimológicamente en su origen latino a modo de igualdad como Copresidente que sitúa a la par de Presidente. De ahí que no es aconsejable su uso de Corredentora a nuestra Madre en documentos oficiales, cuando se usa el termino de “Medianera” de todas las gracias.
La nota aclaratoria de la Santa Sede al termino. “Corredentora” es en su acepción de “Colaborar en La redención”. Y desde esa perspectiva el título es correcto, describe la participación de María.
La controversia se dio, porque es claro que el lenguaje no es algo estático, evoluciona, y ahí está el nudo del problema. Hoy en día en el lenguaje común el prefijo “Co” ha adquirido una connotación de igualdad – pensemos en copiloto, coautor, codirector- son socios en igualdad de condiciones.
Entonces si alguien escucha corredentora con esa mentalidad moderna, podría entender que María está al mismo nivel de Cristo. Y eso para la doctrina católica sería una herejía.
El único dogma central es que hay un único Redentor que es Jesucristo. No estamos hablando de un error teológico en su origen, sino de un accidente lingüístico.
En contexto, una palabra que significaba una cosa, choca contra su significado moderno y de ahí nace la controversia.
Este debate no surgió ayer, apareció en el siglo XV pero el debate moderno se intensificó en el siglo XX . Al Papa Juan Pablo II, quien al menos utilizó el término “corredentora” para referirse a la Virgen María en siete veces; en discursos y audiencias, reconocía especialmente su papel para enfatizar su cooperación única y su presencia junto a Cristo en la cruz, aunque siempre subordinada a la redención de Cristo y sin buscar dogmatizarlo.
La respuesta la dio Joseph Ratzinger (futuro Papa Benedicto XVI) en una entrevista en 2002 se entonces Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, que luego sería el Papa Benedicto XVl, y ante la campaña muy fuerte con millones de firmas para que se declarase el dogma de María corredentora, el Cardenal Ratzinger, fue increíblemente claro en retrospectiva casi profético, dijo que aunque la intención detrás del título es correcta , palabra en sí misma se aleja demasiado de lenguaje de las escrituras.
Lo que confirma que el problema es la palabra puede ser interpretada de manera ambigua y puede provocar malentendidos graves.
Sostenía que la iglesia ya tenía otros títulos, como mediadora que expresa lo mismo de manera más precisa y sin prestarse a equívocos.
Lo positivo la aclaración -quizás permitida por nuestra Madre- es que la acepción de “Colaboración” asociada al prefijo -Co- la idea es Revolucionaria de San Pablo quien exhorta hacer del sufrimiento humano cuando se une al de Cristo, no es inútil; adquiere un valor Redentor para el mundo.
Aquí es donde el debate deja de ser abstracto, y se vuelve profundamente Pastoral. Toca la vida de la gente, porque entonces el propósito de usar Corredentora a María no sería solo un halago para ella, sino además seria el ejemplo supremo de lo que todo creyente puede hacer como María al pie de la cruz. Es el arquetipo de esa colaboración a través del dolor y la enseñanza, es que el sufrimiento de cualquiera, una enfermedad, una pérdida tiene un propósito salvífico.