Claudia Figueroa Bertini ha despertado a las cuatro y veintidós minutos, seis segundos de la madrugada al sentir las pulsaciones de su celular X-34Ultra que le ha regalado su esposo Lorenzo quien ahora ronca tan contento como el Dr. Fauci cuando le avisaron que, a Steven Bannon, ex asesor de seguridad del presidente Trump (¡Oh, Dios!), el FBI le tenía una voluminosa carpeta preparada y esperándolo acerca de sus malignos planes de escindir su cabeza y la de Nancy Pelosi con una cimitarra para colgarlas a la entrada de la Casa Blanca como escarnio público. La CIA también ha desmantelado el yate del chino millonario dadas las acusaciones de espionaje.
Tratando de no despertar al dormilón quien como de costumbre le ha echado la patita, Claudia escucha un mensaje sorprendente y escueto.
“Te habla Ivana la hija preferida de mi papi. Necesito hablar contigo hoy mismo y salgo para allá más rápido que un gas de King Kong con mis policías secretas.” A Claudia quien es una conocida arquitecta especializada en la restauración de palacios erigidos en el siglo XVIII, la desagradable voz de esa tipa la desconcierta mucho demasiado. Jamás la ha visto en persona y no tenía ninguna intención de contemplar la faz de esa condenada de quien dicen en Morovis que últimamente anda tan callada como un gato de yeso y cuidándose del Covis-19 que dicen, ya ha contagiado al hermano Donny Junior (¿será cierto? Hummmm)
¿Qué caray querrá esta tipa cuando me cae tan mal como un mantecado de jengibre con ajo? se pregunta Claudia quien a duras penas se ha desprendido del abrazo de su esposo, dirigiéndose con los pasos de una gacela para llevar a cabo sus abluciones y depuraciones matinales.
“Enfrentarme ahora a esta gente presentada y afrentada que no se quiere ir y a un padre a quien se le están derritiendo las neuronas y pareciera tener el lóbulo frontal del cerebro en proceso del deterioro mencionado por los siquiatras de la Universidad de Yale, Harvard y la Cruz Roja; es un trago amargo para beber en ayunas,” se dice a si misma mientras se cepilla el pelo con una peineta marca “Definida, que le deja a usted la peinada bien lamida,” según dice el comercial de la Sultana.
A las cinco, treinta y dos minutos y seis segundos escucha nuevamente su celular donde la voz de otra tipa le advierte que tienen su residencia rodeada con agentes secretos sin máscaras y que la tipa ya está en la puerta de su departamento localizado en la Avenida Barack Obama número 458-A, en Washington D.C. Con rapidez se coloca una máscara AG67 reforzada con láminas de litio y que se dice van a usar los astronautas chinos cuando se asomen al planeta Marte un día lunes, y con cierta vacilación visceral y porque no decirlo repugnancia, tirria y animadversión, abre la puerta con el remoto ya desinfectado.
De un modo silencioso y como Pedro por su casa, tres tipas vestidas de negro como los Ninja han invadido los aposentos registrando todo con unos aparatos que emiten rayos láser, mientras que otra hace lo mismo pasándole a Claudia por alrededor del cuerpo un aparato semejante a los que usa el servicio de inmigración en la ciudad del Paso, Texas.
Repentinamente Ivana o Ivanka ingresa con un paso jaquetón a la sala y las tres tipas se han instalado de un modo estratégico enfrente de puertas y ventanas. La mujerona viste un traje de estilo francés Desagreable Dupon y Claudia se pregunta si es que se maquilla para dormir o es que ya tiene la piel más estirada que cuero de conga con tantas cremas y dilataciones.
Así le dirigió la palabra la tipa y a Claudia no le ha gustado el modito ni el tonito mandón de la voz.
“Mira, no tengo mucho tiempo así es que seré más breve que gas de araña. Escucha, no hagas muchas preguntas y mantén la con lengua más cerrada que una almeja.” le ha espetado en su propia casa la vanidosa a la que ya apodan la Princesa de lo que el Viento se Llevó.
“Que pantalones tiene esta y menos mal que Lorencito duerme profundamente porque de ser bueno es bueno, pero tiene malos cascos con las insolencias,” se ha dicho mentalmente Claudia quien se prepara para escuchar de malas ganas lo que dirá la matrona enjundiosa a la que su padre sienta todavía en las faldas y le toquetea las caderas. “Ajjjjj.”
“Por allí se dice que tú eres capaz de restaurar palacios y hacer ciertos cambios de acuerdo a las instrucciones que se te den. Se trata de la Casa Blanca y es mejor que esto te lo guardes en buena parte porque que es ultrasecreto y no vayas a salir después con que vas a escribir otro libro criticando a papa o hablando con la prensa Fake News,” le dice la Ivanka que en sus negocios privados continúa contratando fuerza laboral china para que le preparen una nueva línea de pantaletas de color rojo con el rostro de su padre con el gorro MAGA2024 de las que ya tiene un millón de pedidos adquiridos por las fanáticas de Arkansas y Georgia. “No me interrumpas y escucha,” le dice la condenada que sin pedir permiso se ha sentado en la butaca de los invitados.
“Mi padre tendrá que dejar la presidencia el 20 de enero por razones que no entenderías, pero ha decidido que quiere seguir en la Casa Blanca…” Las palabras de la jincha y su monserga han sorprendido a Claudia. Se sabe que el padre tiene que irse, pero eso de “quedarse en la Casa Blanca” le preocupa mucho demasiado. ¿Golpe de Estado? (Huyyyyy)
“Mi querido y cariñoso padre va a dejar la presidencia, pero NO la Casa Blanca la cual le gusta mucho y tiene unos deseos locos de adquirir la propiedad y hacerle algunas transformaciones manteniendo su apariencia exterior, pero modificando los cuartos interiores con modelos de habitaciones del Palacio Frances de Napoleón el Tercero del cual te traje planos y fotos para ver si los entiendes.”
Claudia siente que la quijada se le va deslizando automáticamente hacia abajo, pero guarda el cool y mira por encima el hato de planos y fotos tridimensionales que le ha entregado una de las agentes Ninjas.
“Por los chavos no te preocupes que tenemos suficiente de lo poco que ha quedado de la jornada electoral y las múltiples demandas de conteos extras y un saldo pequeñito de la muralla. Recuerda que nos quedan 52 días y que debes dejar en tus planos, además de las alteraciones, un espacio frente a la Casa Blanca donde se erigirá un monumento gigantesco de mi papito y otro espacio que se convertirá en un mini campo de golf para cuando se aburra de la Melania o esta se vaya por lo del divocio. El primer piso lo debes transformar en un casino y vas a habilitar sesenta y tres cuartos imitación de la habitación de lujo del Príncipe Carlos que estarán a disposición de quienes deseen gozar pagando 3,000 billetes por la experiencia. ¿Captas? También debe haber una piscina con arena artificial del Caribe…y por allí te vas enterando. Necesitamos los planos para el 10 de diciembre, así es que; ¡apúrate!”
“Es que yo no acepto cheques, demórese un poco más y tráteme de usted,” se atreve a acotar Claudia recordando la historia fangosa y turbia de las finanzas de la ex primera familia. La vanidosa responde respingando la nariz, “No te preocupes, se te va a pagar en oro y diamantes donados por las Damas Pro-Reestructuración de la Nueva Casa Super Blanca DPRNCB y no me hagas más preguntas que tengo que reunirme con papi,” termina de decir la princesa del averno.
Así como llegaron, las Ninjas se van y la Ivana o Ivanka sale dejando la sala impregnada al perfume VomitdeChien2020 que ha dejado el lugar impregnado con un olor a algas y rosas matutinas.
La entrada de su esposo Lorencito semi calato rascándose una nalga la trae a la realidad. “¿Y que es este olor a zorrino? pregunta medio cubriéndose el paquete.
Otro apretón de su esposo ha despertado a la arquitecta quien se prepara para contarle el extraño sueñito. “Ahora todo es posible” piensa Claudia metiéndole un codazo cariñoso a su media naranja quien ronca feliz como si ya fuera el 20 de enero del 2021 y hubiese desaparecido la pandemia.