Por Maya Macfadden
Kristin Bengtson Mendoza, profesora de inglés como segundo idioma (ESL) en el instituto Wilbur Cross, y Mia Comulada Breuler, consejera escolar, cruzaron los dedos mientras hablaban de sus esperanzas de un año escolar “normal” después de la crisis de Covid, donde gran parte de su trabajo consistirá en ayudar a los estudiantes a volver a la normalidad tras dificultades como el aprendizaje a distancia en la era de las pandemias y la migración internacional.
Ambas comentaron en una entrevista la semana pasada acerca del trabajo de preparación de este año en el instituto más grande de la ciudad.
En la nueva aula del segundo piso de Bengtson Mendoza, el dúo habló sobre cómo la preparación de este año para un nuevo curso escolar es distinta a la de la pasada década, en la que han trabajado en New Haven y, en el caso de Bengtson Mendoza, en Nueva York.
Bengtson Mendoza, que es profesora principal de la Academia Internacional de Cross y nueva asesora docente, impartirá una clase de ESL Gateway de matrícula doble para alumnos de cursos superiores y un seminario de lectura para estudiantes de ESL que han interrumpido su educación.
Este año Bengtson Mendoza ha tenido que mudarse a una nueva aula compartida, lo que se ha convertido en la norma en la mayoría de las aulas de Cross, para poder responder al rápido aumento de la población estudiantil y en función de la diversidad de la enseñanza que se ofrece en el centro.
En los últimos días de vacaciones de verano antes del primer día de clase, entre las tareas de Bengtson Mendoza figura terminar de organizar su aula y decorarla con su toque personal de plantas vivas y posters.
Bengtson Mendoza explica que la Academia Internacional Cross cuenta con ocho nuevos profesores., a los cuales se les ofreció un curso de orientación, con el fin de presentarles al personal.
Tres de esos “nuevos profesores” incluyen a algunos que han regresado a New Haven tras haberse ido anteriormente a trabajar a otro distrito escolar.
El lunes fue el primer día oficial de trabajo para el personal de la escuela, aunque algunos ya habían empezado antes, como Comulada Breuler y Bengtson Mendoza.
“No es un trabajo en el que uno entra y ya está”, afirma Comulada Breuler.
A principios de curso y en los meses anteriores, el trabajo de Comulada Breuler incluye localizar los expedientes académicos de los alumnos recién llegados de otros distritos escolares, que a menudo proceden otros países, debido al creciente número de estudiantes inmigrantes en Cross.
Esto le ayuda a determinar los cursos en los que deben matricularse los alumnos para terminar el bachillerato en Cross.
Si la escuela no logra obtener ningún expediente académico de los alumnos, a menudo tiene que “empezar de cero” basándose en su edad.
El personal y los alumnos esperaban que el curso escolar anterior fuera casi normal para Cross, hasta que su director, John Tarka, dejó su cargo cinco semanas después del inicio del año escolar.
La inesperada renuncia llevó a la escuela a tener una dirección interina durante cuatro meses y luego a la contratación del actual director, Matt Brown, que asumió el cargo a finales de enero de 2023.
Bengtson Mendoza dijo que, mientras trabajaba con estudiantes inmigrantes después de la pandemia, descubrió que muchos tenían lagunas académicas agudizadas porque algunos iban a escuelas lejanas durante la pandemia y otros dejaron de estudiar para trabajar.
Comulada Breuler explicó que muchos estudiantes que abandonaron la escuela para trabajar durante la pandemia, siguieron aprendiendo mientras trabajaban en construcción, cocina y costura, aunque las habilidades matemáticas y científicas adquiridas de forma no tradicional, no suelen ser reconocidas por el Departamento de Educación del estado.
Este año Comulada Breuler espera tener un alto número de alumnos entre 230 y 250, como ha ocurrido en el pasado.
Este verano Bengtson Mendoza asistió a una conferencia de la red RISE con un equipo de educadores de Hillhouse y Cross, para aprender sobre el proceso de transición a noveno grado y cómo vincularse con los estudiantes para mantenerlos por el buen camino en su primer año.
Es un grupo vulnerable de estudiantes que luchan por adaptarse a la vida escolar, académica y socialmente, y a menudo se mezcla con la población estudiantil inmigrante.
“Tenemos que relacionarnos con los estudiantes, si no se nos va a hacer cuesta arriba”, dijo Comulada Breuler.
Durante las primeras semanas del año escolar, Bengtson Mendoza dedica su tiempo a orientar a los nuevos profesores sobre los cursos y a entender sus horarios, obtener sus carnets y conectarse a sus correos electrónicos.
Como una de las tres delegadas sindicales, Comulada Breuler también se dedica a establecer relaciones con los nuevos educadores, informándoles de sus derechos.
Se encarga de informar a los educadores, que sus clases deben ser de 27 alumnos, y de 24 en las clases de ciencias.
Como maestra principal de su academia, Bengtson Mendoza trabaja con otros maestros principales todo el año para mejorar la formación y crear departamentos y equipos más fuertes.
Ambas añadieron que otra parte del “primer mes” la dedican a cuidar de sí mismas y de sus colegas estableciendo relaciones con todo el personal de la escuela.
Con este fin, se organizan happy hours, almuerzos y comidas para el personal de la escuela.
El dúo también habló de su experiencia educativa durante la pandemia de Covid, y de sus secuelas hasta el día de hoy.
Comulada Breuler describió la labor de consejería durante la pandemia como “horrorosa” porque “la incertidumbre la hacía intimidante”.
Bengtson Mendoza añadió que sus dos hijos pasaron sus años de guardería y primer grado durante la pandemia.
Describió los últimos años de Covid como estresantes y angustiosos. ” Trabajar a distancia ha sido lo más duro que he hecho en mi vida profesional”, afirma Bengtson Mendoza.
“Este año me siento mucho mejor”, afirma Comulada Breuler.
“Me siento más humana”, añadió Bengtson Mendoza.
Aunque el año pasado fue presencial, el dúo dijo que la inestabilidad de la dirección de la escuela lo hizo todo incómodo e inquietante. Se sintió más porque la escuela fue dirigida por casi una década por Edith Johnson.
El año pasado, la escuela tuvo que enfrentarse a la salida masiva de varios profesores a mitad de curso, en noviembre.
Este año Cross añadió un profesor de ESL a los cinco que tenía. Ahora son seis, debido a la creciente población de recién llegados a la ciudad.
Comulada Breuler dice que trabajar en educación la mantiene joven. Aprende de los estudiantes y ve cambios positivos como la aceptación de los jóvenes LGBTQ+ y la creciente inclusión racial en las clases.
Bengtson Mendoza asegura que gracias a la enseñanza en New Haven ha logrado superarse y que Cross le ha dado fuerzas para seguir desarrollándose profesionalmente.
Hace un año recomendó ofrecer el plan de estudios del seminario de lectura a los estudiantes de ESL y fue aprobada para impartir el curso.
“Lo que conviene a los profesores también puede ser bueno para los niños”, afirma Bengtson Mendoza.
“No se trata de competir, queremos orientarnos hacia lo que es bueno para todos”.