El silencio invadía la sala de la Corte Superior de Stamford y tanto el jurado, abogado, fiscales y los asistentes al juicio de Michelle Troconis, entre ellos los miembros de la familia de Jenifer Farber Dulos, la madre de cinco hijos que desapareció un día primaveral de mayo de 2019 después que les dejara en la escuela.
El sargento de la policía Matthew Reilly ya jubilado, se encuentra frente a una mesa a la vista del jurado que exhibe los envoltorios donde están las únicas pruebas que los fiscales han ido dando a conocer y que han sido recobradas de bolsos plásticos de la basura depositados en los zafacones de desperdicios de la calle Albany en Hartford.
Videos de cámaras de seguridad han mostrado a un sujeto vestido con ropa de sport descendiendo de un vehículo que conducía una mujer llamada Michelle Troconis, descargando sistemáticamente bolsos donde presumiblemente Dulos habría colocado los restos despedazados de quien fuera en vida su esposa Jennifer Farber Dulos.
De la caja de color blanco que contiene evidencias de un horrendo crimen en contra de una mujer, Michelle Manning la supervisora del Fiscal va describiendo los restos de una camiseta con el logo ESFTG, Every Day Should Feel this Good (en español, Cada Dia Debieras Sentirte Bien), los restos de un sostén, entre otras piezas de ropa que fueron un día blancas, pero que ahora son de un color marrón y que estuvieron manchadas de sangre. Es lo único que queda de Jenifer Farber quien habría muerto despedazada por las inclementes manos de su esposo Fotis quien se alega la emboscó en el garaje de la casa que la víctima compartía con sus hijos hasta el momento de su desaparición.
Entre los presentes en una sala de tribunal donde reinaba un silencio sepulcral, miembros de la familia de la victima ya desaparecida y recientemente declarada muerta por la justicia se abrazaban y se escuchaban apagados sollozos.
La acompañante del asesino que intentó suicidarse el día en que debería presentarse en Corte y seria probablemente arrestado y encarcelado falleciendo finalmente en un hospital de Nueva York, era Michelle Troconis, quien guiaba el vehículo a lo largo de la siniestra trayectoria en la que el criminal iba dejando los restos mortales de la madre de sus cinco hijos. Esta ha dicho ante la justicia que no estaba enterada de lo que hacia su amante o que “había olvidado” detalles.
Los investigadores han dado a conocer que la relación matrimonial entre Dulos y Jennifer Farber se fue resquebrajando debido a la tendencia de su esposo Fotis Dulos de tener otras relaciones sexuales, gastar dinero sin control y embarcarse en deudas millonarias.
Jennifer había abandonado el hogar cuando su esposo le propuso como solución al “problema” que vivieran con una de sus amantes como una familia. Cuando la esposa y sus cinco hijitos abandonan el hogar y pasan a vivir independientemente, se inició un proceso de divorcio y custodia de los hijos que enardeció a Fotis Dulos quien dijo ante varias personas que “deseaba hacerla desaparecer.”
De acuerdo a los investigadores, éste habría decidido ultimar a su esposa y de hecho hizo desaparecer el cadáver con la asistencia de su novia Michelle Troconis de nacionalidad venezolana, y del abogado y amigo del Dulos, Kent Mawhinney.
Los cinco hijos de la pareja quedaron huérfanos y a cargo de su abuelita, madre de la desaparecida víctima.
Este caso se ha transformado en una triste muestra de lo que significa el abuso de mujeres en una sociedad donde con cuchillos, machetes, armas de fuego y hachas, sujetos descontrolados descargan su furia sobre sus esposas, novias o amantes y cada día la prensa informa de estas matanzas.
Por este motivo una de las actividades organizadas por Interval House, lugar de refugio de mujeres en peligro, fue una caminata en memoria de Jennifer, aun desaparecida, llevada a cabo el pasado sábado 7 de octubre en el estadio Dunkin’s Donuts de Hartford.
Para llegar a estos actos extremos de violencia donde sujetos usan armas para poner fin a relaciones, existe de acuerdo a la Unidad de Violencia Doméstica del Departamento de Justicia de los Estados Unidos, señales que se pueden manifestar a través del abuso físico, sexual, emocional, económico, psicológico y tecnológico.
En el abuso físico que puede estar agravado por la presencia de armas de fuego, la víctima es golpeada, abofeteada, empujada, agarrada, pellizcadas, sometida a codazos, mordidas, mechoneada y en muchos casos privada de sus medicamentos u obligada a beber alcohol o drogas.
En el abuso sexual, se coacciona y apremia por medio de la fuerza para tener una relación sexual sin que la víctima haya dado su consentimiento. Se señalan como formas de este abuso la violación de la pareja en el matrimonio, ataques a ciertas áreas sexuales del cuerpo de la compañera o compañero, o forzar el acto sexual a través de violencia física.
En el caso de abuso emocional, los expertos señalan actitudes o comentarios que degradan o quitan el valor a la pareja.
El abuso económico es otra forma de controlar y abusar de la esposa o esposo restringiendo la habilidad de la persona para adquirir, usar o mantener recursos económicos.
El abuso psicológico incluye el causar temor a la víctima de abuso a través de la intimidación, amenazas constantes a la persona con posible abuso físico o daño a si mismo (“me voy a suicidar”), maltrato de cachorros, y forzar al aislamiento forzoso de la victima de su familia, amigos, colegas de la escuela o del trabajo.
Finalmente, está el abuso tecnológico amenazando, acosando, extorsionando o monitoreando a otra persona usando cualquier forma de tecnología sea el texteo, el uso del Facebook, y espacios o plataformas online, aplicaciones, y otras tecnologías emergentes.
Durante el periodo de la pandemia donde las familias fueron obligadas a compartir espacios limitados, las discusiones y disputas se hicieron frecuentes y las estadísticas registran que más de 43 millones de mujeres y 38 millones de hombres fueron víctimas de violencia doméstica psicológica.
En 2021 la Coalición de Connecticut Contra la Violencia Domestica sirvió a 38,989 víctimas y recibió 41,654 llamadas solicitando ayuda.
Aunque desde hace décadas hay refugios para las víctimas y 2,950 personas afectadas por el abuso domestico recibieron alojamiento, estos recursos en el 2021 estuvieron colmados más allá de su capacidad.
El caso de Jeniffer Farber Dulos se debe transformar en una señal inequívoca de lo que genera una sociedad patriarcal donde la mujer es y será nuevamente la víctima.
Si usted o conocidos o conocidas están en situaciones de abuso puede llamar al 888-774-2900 o usar la línea telefónica nacional para denunciar el abuso en el 800-799-SAFE.
Nunca es tarde para prevenir y comparta esta información o busque orientación y terapia en agencias de la comunidad llamando al 860-527-1124.
¡Qué el caso de Jeniffer no se vuelva a repetir y que se castigue a la cómplice!