Información recurso imprescindible para el óptimo funcionamiento de las instituciones y organismos, soporte fundamental para el desarrollo de los pueblos, firme respaldo para la toma de decisiones, organizar, conservar y difundir la información, en esta sociedad del conocimiento, ya no es solo responsabilidad del profesional de la información, la participación ciudadana cobra valor cada día más en la recuperación y el resguardo de la misma.
El especialista en información asume como experto un alto grado de ética y responsabilidad en la materia, con el objetivo de suministrar información de manera fiable, segura y oportuna, bajo un fin claro satisfacer las necesidades informacionales de los usuarios. Pero es realmente el ciudadano con su participación que logra la integra conservación y difusión de la información.
A través de la información el ciudadano logra una participación activa en la sociedad, un ciudadano bien informado, representa un caudal de sabiduría y conocimientos que son conservados y difundidos a través de la fuente más valiosa, el hombre y su memoria. No es competencia solo del profesional de la información proteger los documentos que nos sirven de soporte en la defensa, progreso y bienestar de nuestras sociedades. Todos y cada uno de los ciudadanos somos custodios de la información, que se encuentra resguardada en los registros, escuelas, universidades, iglesias, alcaldías, ministerios, entre otros.
Asumir la información como un medio para la participación ciudadana, nos estimula a compartir la responsabilidad en la recuperación, utilización y difusión de la misma. La información correctamente suministrada y procesada genera conocimientos que aportan cambios en el comportamiento del hombre, y es a través de estos cambios que se impulsa el desarrollo de las sociedades.
La lucha por concienciar la preservación de la información, tiene que dejar de ser vista como única responsabilidad de las instituciones y los expertos, el ciudadano debe asumir su rol protagónico en la conservación y difusión de la misma, evitando el uso inadecuado, la destrucción e hurto de la información y orientando constantemente sobre la ubicación y el valor que representa la información como memoria del mundo.
La información impulsa la participación ciudadana, y la participación ciudadana genera nuevos conocimientos, que logran transformar y dirigir verdaderos cambios sociales. Donde el compromiso y la responsabilidad por el rescate y conservación de la información, en esta sociedad del conocimiento es una labor ineludiblemente compartida.