DETROIT (AP) — Si Donald Trump cumple su amenaza de imponer aranceles de 25% a todas las importaciones procedentes de México y Canadá, los consiguientes aumentos de precios chocarían con su promesa de campaña de dar un respiro a las familias estadounidenses frente a la inflación.
Distintos economistas indican que las empresas no tendrían más opción que trasladar los costos adicionales, lo que elevaría drásticamente los precios de alimentos, ropa, automóviles, bebidas alcohólicas y otros bienes.
El presidente electo planteó la idea de los aranceles, que incluirían un 10% adicional a los bienes procedentes de China, como una forma de obligar a los países a detener el flujo de migrantes y drogas hacia Estados Unidos. Pero sus publicaciones del lunes en Truth Social, donde amenaza con imponer los aranceles en el primer día de su mandato, podrían ser sólo una táctica de negociación para que los países cambien su conducta.
Los altos precios de los alimentos fueron un problema importante por el que los votantes eligieron a Trump sobre la vicepresidenta Kamala Harris, pero los aranceles casi seguramente los elevarían aún más.
Por ejemplo, la Asociación de Distribuidores de Productos, un grupo comercial de Washington, dijo el martes que los aranceles aumentarán los precios de frutas y verduras frescas, y perjudicarán a los agricultores estadounidenses cuando otros países tomen represalias.
“Los aranceles distorsionan el mercado y elevarán los precios en la cadena de suministro, lo cual hará que el consumidor pague más”, dijo Alan Siger, presidente de la asociación.
México y Canadá son dos de los mayores exportadores de frutas y verduras frescas a Estados Unidos. En 2022, México proporcionó 51% de las frutas frescas y 69% de las verduras frescas importadas por valor a Estados Unidos, mientras que Canadá suministró 2% de las frutas frescas y 20% de las verduras frescas.
Antes de las elecciones, alrededor de 7 de cada 10 votantes dijeron que estaban muy preocupados por el costo de los alimentos, según AP VoteCast, una encuesta realizada entre más de 120.000 votantes.
“Los bajaremos”, les dijo Trump en septiembre a los compradores durante una visita a un supermercado en Pensilvania.
Estados Unidos es el mayor importador de bienes del mundo, y México, China y Canadá son sus tres principales proveedores, según los datos más recientes del censo de Estados Unidos.
Las personas que deseen comprar un vehículo nuevo seguramente también verían grandes aumentos de precios, en un momento en que los costos han subido tanto que están fuera del alcance de muchos. El precio promedio de un vehículo nuevo en Estados Unidos ahora ronda los 48.000 dólares.
Cerca de 15% de los 15,6 millones de vehículos nuevos vendidos en Estados Unidos el año pasado provino de México, mientras que 8% cruzó la frontera desde Canadá, según Global Data.
Gran parte de los aranceles se trasladarían a los consumidores, a menos que los fabricantes de automóviles puedan encontrar rápidamente mejoras en la productividad para compensarlos, dijo C.J. Finn, líder del sector automotriz de Estados Unidos de PwC. Eso significa que aún más consumidores podrían no contar con los recursos para comprar un vehículo nuevo, dijo Finn.
Los más afectados serían Volkswagen, Stellantis, General Motors y Ford, escribió el martes el analista de Bernstein, Daniel Roeska, en una nota a los inversores. “Un arancel de 25% a México y Canadá paralizaría gravemente la industria automotriz de Estados Unidos”, afirmó.
Los aranceles perjudicarían tan gravemente la producción industrial de Estados Unidos que “esperamos que esto no suceda en la práctica”, dijo Roeska.
La amenaza de aranceles afectó a las acciones de las empresas automotrices el martes, particularmente las de GM —que importa de Canadá y México alrededor del 30% de los vehículos que vende en Estados Unidos— y de Stellantis, que importa alrededor del 40% de los dos países. Para ambos, alrededor del 55% de sus lucrativas camionetas pickup provienen de México y Canadá. Las acciones de GM perdieron casi 9% de su valor, mientras que Stellantis cayó casi 6%.
No se sabe cuánto tiempo durarían los aranceles en caso de implementarse, pero podrían obligar a los ejecutivos automotrices a trasladar la producción a Estados Unidos, lo que podría crear más empleos a largo plazo. Sin embargo, el analista de Morningstar, David Whiston, dijo que, a corto plazo, los fabricantes de automóviles probablemente no harán ningún movimiento porque no pueden cambiar rápidamente el sitio donde construyen los vehículos.
Millones de dólares en autopartes cruzan las fronteras con México y Canadá, y eso podría elevar los precios de las ya costosas reparaciones de automóviles, dijo Finn.
El Consejo de Bebidas Espirituosas Destiladas de Estados Unidos dijo que los aranceles al tequila o al whisky canadiense no impulsarán la creación de empleos en Estados Unidos porque son productos distintivos que sólo pueden fabricarse en su país de origen.
En 2023, Estados Unidos importó de México 4.600 millones de dólares en tequila y 108 millones en mezcal, así como 537 millones en bebidas espirituosas de Canadá, dijo el consejo.
“Los aranceles a los productos destilados de nuestros vecinos del norte y del sur perjudicarán a los consumidores estadounidenses y generarán pérdidas de empleo en toda la industria de la hostelería de Estados Unidos”, dijo el consejo en un comunicado.
El minorista de electrónica Best Buy dijo en su conferencia de resultados del tercer trimestre que opera con estrechos márgenes de ganancia, por lo que, aunque los proveedores y la empresa asumirán algunos aumentos, Best Buy tendrá que trasladar los aranceles a los clientes. “Son bienes que la gente necesita, y los aumentos de precios no ayudan”, dijo la directora general Corie Barry.
Walmart también advirtió esta semana que los aranceles podrían obligarle a subir los precios.
Los aranceles podrían desencadenar interrupciones en la cadena de suministro debido a que las personas comprarían bienes antes de que se impongan y las empresas buscarían fuentes alternas de piezas, dijo Rob Handfield, profesor de gestión de cadenas de suministro en la Universidad Estatal de Carolina del Norte. Algunas empresas quizás no puedan trasladar los costos.
“Podría cerrar muchas industrias en Estados Unidos. Podría hacer quebrar a muchas empresas estadounidenses”, dijo.
El primer ministro canadiense Justin Trudeau, quien habló con Trump después de que anunció los aranceles, dijo que tuvieron una buena conversación sobre trabajar juntos. “Esta es una relación que sabemos que requiere cierto trabajo y eso es lo que haremos”, dijo Trudeau.
Las amenazas de Trump llegan en un momento en que las detenciones por cruzar ilegalmente la frontera desde México han estado disminuyendo. Pero las detenciones por cruzar ilegalmente la frontera desde Canadá han estado aumentando durante los últimos dos años. Gran parte del fentanilo de Estados Unidos se contrabandea desde México, y las incautaciones han aumentado.
Trump tiene una justificación legal sólida para imponer aranceles, aunque entran en conflicto con un acuerdo comercial de 2020 negociado en gran parte por Trump con Canadá y México, dijo William Reinsch, asesor sénior en el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales y exfuncionario comercial de la administración Clinton. El tratado, conocido como T-MEC, está sujeto a revisión en 2026.
En el caso de China, podría simplemente declarar que Beijing no ha cumplido con las obligaciones bajo un acuerdo que negoció en su primer mandato. Para Canadá y México, podría decir que la afluencia de migrantes y drogas es una amenaza para la seguridad nacional y recurrir a una sección de la ley comercial que utilizó en su primer mandato para imponer aranceles al acero y al aluminio.
La ley que más probablemente usaría para Canadá y México tiene un proceso legal que a menudo tarda hasta nueve meses, lo que daría a Trump tiempo para buscar un acuerdo.
Si las negociaciones fallaran y se impusieran los aranceles, es casi seguro que los tres países tomen represalias con aranceles sobre las exportaciones estadounidenses, dijo Reinsch, quien cree que la amenaza de aranceles de Trump es una táctica de negociación.
Las empresas estadounidenses harían un intenso cabildeo contra los aranceles y buscarían que se eximieran productos. Algunos de los mayores exportadores desde México son empresas estadounidenses que fabrican piezas allí, dijo Reinsch.
Mary Lovely, investigadora sénior del Instituto Peterson de Economía Internacional, dijo que, a largo plazo, la amenaza de aranceles podría hacer de Estados Unidos un “socio inestable” en el comercio internacional. “Es un incentivo para trasladar la actividad fuera de Estados Unidos para evitar toda esta incertidumbre”, dijo.
Los funcionarios del equipo de transición de Trump no respondieron de momento a preguntas sobre qué necesitaría ver para no aplicar los aranceles y cómo afectarían éstos los precios en Estados Unidos.
La presidenta mexicana Claudia Sheinbaum sugirió el martes que México podría tomar represalias con sus propios aranceles. Sheinbaum dijo que estaba dispuesta a hablar sobre los problemas, pero dijo que las drogas eran un problema de Estados Unidos.
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Rugaber informó desde Washington. Los periodistas de The Associated Press Dee-Ann Durbin en Detroit, Stan Choe y Anne D’Innocenzio en Nueva York, y Rob Gillies en Toronto contribuyeron a este despacho.
CHRISTOPHER RUGABER
Chris Rugaber covers the economy and the Federal Reserve
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