Los ejemplos de esta creciente crisis son constantes y recientes.
En este año 2022 que llega a su primer semestre, las autoridades de Connecticut consideran que ya hay, antes de terminar el 2022, un aumento considerable de víctimas de atropellos las cuales llegaban solamente en el pasado mes de marzo a la cantidad de 16 incluido el lamentable caso de la jovencita Jaylene González de 14 años quien estudiaba en el sistema escolar de Enfield y se destacaba en deportes y en sus tareas académicas.
Este luctuoso accidente que afectó a la joven quien tenía las posibilidades de convertirse en profesional o deportista y posiblemente conseguir becas universitarias por su habilidad en el deporte de soccer, se frustraron cuando un día un conductor de apellido Pincine que según los informes policiales se distrajo mientras conducía su truca con una llamada telefónica en su celular, embistió a la joven que iba caminando por la vereda acompañada por una amiguita, arrojándola por el impacto a una distancia de sesenta pies. A pesar de que Jaylene fue llevada de inmediato al hospital, falleció debido a la fuerza del impacto.
En otro caso, a minutos después de las 12 de la noche en los que se celebraba el año nuevo, un SUV atropello a Richard Brown de 51 años cuando caminaba por la avenida Albany en Hartford en dirección a una reunión social. Nuevamente, y aunque los médicos intentaron salvarle la vida, sus heridas frustraron los esfuerzos en la unidad de emergencia del Hospital Saint Francis.
Para muchos expertos los atropellos se transforman en tragedias mortales debido a que los vehículos actuales son muy grandes y cuando una persona es atropellada, a diferencia de un vehículo Sedan que golpea a la persona y ésta cae a un costado, la víctima es atrapada bajo las ruedas y su fallecimiento es instantáneo.
Por otra parte, y de acuerdo a los expertos, los conductores de vehículos grandes se están caracterizando por guiar a cuarenta millas por hora o más, lo hacen de un modo agresivo, no respetan las luces rojas ni demuestran paciencia por los ciclistas ni transeúntes que cruzan las esquinas.
Hace solamente dos semanas atrás, un adulto mayor que cruzaba la intersección de la populosa avenida Farmington con las calle South en pleno centro de West Hartford, fue atropellado por una conductora adulto mayor que habría girado su vehículo en la atosigada intersección que es la entrada a un centro de restaurantes exclusivos los cuales atraen a turistas y residentes.
El aumento de atropellos a residentes peatones se nota en las estadísticas de la policía y la Dirección del Transito las cuales señalan que en 2010 hubo 48 accidentes fatales en carreteras, calles o rutas de Connecticut. La cantidad aumentó a 65 en 2016, disminuyó a 63 muertes fatales por atropello en 2020 y nuevamente se encumbró a 65 víctimas en 2021.
“El factor velocidad es vital para la sobrevivencia de una víctima de atropellos. Cuando un transeúnte es impactado por un vehículo pequeño a la velocidad de 20 millas por horas puede sobrevivir, dependiendo de una posible lesión cerebral. En los casos de atropellados cuando el automóvil o troca van a 40 millas por hora, una persona de diez arrolladas sobrevive, pero con lesiones graves. Un atropello a 60 millas por hora produce muertes instantáneas.
Para demógrafos y expertos en tránsito el elemento fundamental es la mayor cantidad de vehículos, camiones grandes de distribución en las carreteras, trucas enormes con neumáticos grandes, y conductores jóvenes más inclinados a probar altas velocidades.
El consumo de alcohol, la marihuana o estupefacientes afectan la posibilidad de concentración de quien conduce, al igual que un estado de ánimo como el enojo que tenía el chofer que atropelló a la jovencita Jaylene González quien de acuerdo a los informes policiales, sostenía una disputa verbal con su esposa a través del celular. El cansancio de empleados o trabajadores que están obligados a trabajar en más de un empleo para mantener a sus familias origina distracción y aletargamiento.
“Connecticut y sus calles pequeñas o carreteras en expansión sufren desde hace baños una difícil transición. A modo de ejemplo la calle Park y la mayoría de las calles de la ciudad capital son rutas de solamente dos vías que requieren constantes reparaciones. Las carreteras mismas como la I-84 Este y Oeste no dan abasto para un tráfico diario de decenas de miles de vehículos que llegan a la ciudad.
La cantidad de vehículos van aumentando de acuerdo a incremento de habitantes en las grandes metrópolis y es así como en California hay una cantidad de 14 millones, doscientos un mil vehículos, mientras que, en Nueva York, el número alcanza a 4 millones, doscientos treinta y dos mil unidades. Massachusetts en la Nueva Inglaterra llega a la suma de 2 millones, mientras que en Connecticut hay registrados 1 millón, doscientos once mil vehículos. En términos comparativos Alaska solamente cuenta con 171,144 coches registrados cantidad ínfima debido a su cantidad menor de habitantes.
Pero siguiendo el tema del peligro creciente para otros conductores o peatones en carreteras y calles de nuestro estado, los vehículos de pasajeros más vendidos en USA y nuestro estado son los monumentales Ford Series F-150, los impresionantes en peso y velocidad Chevrolet Silverado, los impresionantes en tamaño y popularidad RAM Pickups, y los Nissan Rogue. Como decíamos, un impacto a automóviles más pequeños o a transeúntes de parte de estos monstruos en tonelaje, grosor de neumáticos y velocidad, deja como balance víctimas fatales.
Otro factor que está produciendo víctimas son las motocicletas que a alta velocidad se desplazan entre las filas de automóviles y en las calles o rutas las bicicletas, a si como delincuentes y traficantes que se persiguen en coches con vidrios oscuros o con tablillas robadas.
Los ejemplos de esta creciente crisis son constantes y recientes.
El sábado recién pasado el transeúnte Rafael Ortiz de 62 años murió víctima de un atropello en la peligrosa intersección de la avenida Albany y la calle Garden en el norte de Hartford. El conductor eludió la responsabilidad y huyó, pero su vehículo fue identificado como un Infiniti 130, 2000 con la licencia AZ98699. La policía pide la ayuda de los vecinos para localizar al conductor que se dio a la fuga.
En New Haven el martes pasado, Wilmer López de 22 años fue la víctima de un choque cuando su vehículo impactó un lado del restaurante Scarapellino en la avenida Forbes. Este conductor antes del impacto mortal con el restaurante había estado involucrado en otros dos choques.
En cuanto a accidentes en las carreteras donde los vehículos son enormes camiones de transporte, el pasado martes por la noche un conductor perdió el control y se dio vueltas cerca del Walmart en la concurrida ruta Buckland Hill Drive in Manchester. Afortunadamente en este caso aparte de las perdida de miles de dólares en producto, el camión no chocó a otros vehículos y el conductor sufrió solamente heridas menores.
Como nota final se ha informado que las arterias más peligrosas son las avenidas Albany y Westherfield Avenue en Hartford, y la Whalley Ave. O Dawell Avenue en New Haven.
Si es usted peatón cruce cuidadosamente mirando hacia todos los lados aprovechando la luz verde. Jamás cruce cuando el semáforo muestra luces amarillas o incluso rojas. Si usted conduce especialmente de noche siga las mismas precauciones, aminore la velocidad y deténgase en las esquinas con signos de “espere.” El lema ahora es “guiar siempre a la defensiva.”