En la edición anterior se había señalado que en el año 2024 la economía de Estados Unidos, estuvo marcada por desafíos globales y decisiones políticas internas; y siendo que estábamos llegando al término del mismo, se propuso desde este espacio realizar un balance somero de la economía estadounidense para ver cuán bien o cuán mal le fue en mencionada materia, y para ello se recogieron algunas variables de interés como el PIB (Producto Interno Bruto), el mercado laboral, los PMIs manufacturero y de servicios, así como la inflación. En el presente artículo se abordan otras variables que nos facilitarán una mirada más amplia del desempeño económico americano en el año que acabamos de dejar atrás.
Uno factor descollante dentro de cualquier economía nacional, es el manejo de la política monetaria a través de la institución en competencia; que en el país del “Tío Sam” es la famosa Reserva Federal (FED); que ejerce una política contractiva (restrictiva) o expansiva, dependiendo de la situación por la que atraviesa el país en determinados momentos; con especial atención sobre la variable inflación. En el mes de enero los tipos se ubicaron en la horquilla del 5,25% y 5,50% que se podría considerar tipos moderado y cerró el año con 4,25% y 4,5%. Esto debido a que durante el año y especialmente en el último tramo, decidió bajarlos consecutivamente en tres ocasiones en 50, 25 y 25 puntos base respectivamente en los meses de setiembre, noviembre y diciembre. Hay que recordar que antes del primer recorte, ésta se situaba en su nivel más alto en 23 años; como antídoto contra una inflación desenfrenada.
La deuda pública de Estados Unidos en el 2024 ha escalado hasta el 122% en relación a su PIB (50,6 billones de dólares). Es una de las más elevadas en el mundo. Dentro de la Unión Europea, dos países tienen más deuda en proporción a su PIB: Grecia (161,9% en el 2023) e Italia (137,3%). En términos de volumen, el coste anual del servicio de su deuda en el año que acabamos de dejar atrás, ha alcanzado los 870 000 millones de dólares, superando al gasto de defensa (850). Las proyecciones de la Oficina Presupuestaria del Congreso (CBO), estiman que el coste del servicio de la deuda se disparará un 132% en la próxima década. Y no sólo la deuda es algo preocupante, sino también el deterioro de las cuentas públicas. El déficit fiscal en 2024 ha sido de 1,9 billones de dólares (7% del PIB), y de seguir con esa tendencia se pronostica que para 2034 ascenderá a 2,8 billones de dólares, que representará un 7% del PIB muy por encima del 3,7% histórico. Lo que por consecuencia se tendrá que esos mayores déficits se financiarán con una mayor deuda pública.
La pobreza en la primera economía del mundo, de acuerdo a la Oficina del Censo de Estados Unidos, a través de un comunicado con fecha del 10 de setiembre de 2024 se ubica en 11,1%. Lo que equivale a tener 36,8 millones de personas en condición de pobreza. La medición se basa en el concepto de ingresos monetarios; antes de deducir impuestos y sin incluir los créditos tributarios, donde el promedio ponderado del umbral de pobreza para una familia de cuatro personas el año pasado fue de $ 30 900,00. Existe otra medición de la pobreza a la que se le denomina “medición suplementaria de la pobreza” (SPM), que amplía la medida oficial, y que ubica la pobreza en 12,9%. La SPM mide la pobreza después de calcular la deducción de impuestos y trasferencias. Lo que si es alarmante el incremento de personas sin hogar. Se está en el nivel más alto registrado de acuerdo a los datos que proporciona el Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano; 771 480 personas que se ven obligadas a vivir en las calles, albergues y en automóviles. Dicha cifra en comparación al año 2023 se ha visto incrementado en un 18%. Pese a eso el presidente Biden ha decidido gastar el dinero de los ciudadanos norteamericanos en Ucrania e Israel, antes que proporcionar un techo a quienes lo necesitan.
Como podemos apreciar la economía de Estados Unidos en el año 2024, ha tenido un comportamiento mixto; en algunos temas le ha ido relativamente bien; como en otros mal y que a la vez son materia de preocupación, que la nueva gestión que asume el 20 de enero a tener en consideración, ponerse a trabajar en ello, porque en el largo plazo sin duda de seguir con la misma tendencia habrá consecuencias bastante nocivas sobre la mayor economía del mundo.