Chapultepec es un sitio histórico lleno de simbolismo. Es el único Castillo en el Continente que fue a la vez fuerte militar”, y que hace 177 años, el13 de septiembre de 1847un día como hoy, fue testigo de una de las mayores epopeyas escritas por los Aguiluchos hijos del Heroico Colegio Militar, quienes emularon a nuestros antepasados prehispánicos que eligieron este mismo cerro para que a imitación de las Águilas – símbolo de nuestro lábaro patrio –defendieran con bravura la amenaza del depredador.
Ante la irrupción del invasor que los superaba en número, se suscitó un hecho de armas sin precedentes, en el que alumnos del colegio militar, jóvenes cadetes ofrendaron su vida con su preparación castrense y desde entonces garantía de seguridad para la patria como la de contar con un ejército profesional emanado del pueblo.
El hecho se produce en 1847, durante la etapa final de la invasión extranjera tras el reconocimiento de la independencia de Texas, al anexarse esta como parte de la Unión Americana.
Esta acción armada tuvo su origen con la declaración de guerra a nuestro país bajo el pretexto de una supuesta agresión mexicana a tropas del vecino país del norte, dando inicio a la Guerra de Intervención.
El plan de invasión incluyó el avance por tierra a través del norte del país y el bloqueo a los puertos del Pacífico de Guaymas, Mazatlán, La Paz, San Blas y Manzanillo; en el golfo de México, los de Tampico, Puerto México, Tuxpan, Ciudad del Carmen y Veracruz, con el objetivo final de ocupar la capital de la república.
La estrategia del invasor sitio tres posiciones: Cerro Gordo, Padierna, Churubusco y Molino del Rey, con el objetivo final ocupar el corazón estratégico del país. Las tropas mexicanas enfrentaron una serie de combates, principalmente sobre la ruta de Veracruz hacia a la capital.
Estos combates fueron el preámbulo de la Gesta Heroica que hoy se conmemora en es este emblemático altar a la Patria. Donde jóvenes cadetes que aspiraban también a ser el futuro de México perecieron en los campos de batalla, al demostrar bravura y gallardía en su intento por detener al invasor.
En las primeras horas de la madrugada del 13 de septiembre el fuego de la artillería estadounidense se intensificaba, estremeciendo los muros de la fortaleza, el avance enemigo alcanzó las laderas del Cerro de Chapultepec donde se ubicaba el Colegio Militar, que celosamente vigilaba la entrada a la ciudad.
La Gesta Heroica de Chapultepec fue protagonizada por jóvenes mexicanos a las órdenes de los generales Nicolás Bravo y José Mariano Monterde. A esta defensa se integraron soldados del Batallón Activo de San Blas, bajo el mando del teniente coronel Felipe Santiago Xicoténcatl.
Ante el ataque inminente del enemigo, el entonces general José Mariano Monterde, director del Colegio Militar, invitó a los cadetes a retirarse del plantel y resguardarse en sus hogares; no obstante, aquellos jóvenes valerosos decidieron tomar las armas y custodiar sus puestos, como muestra de lealtad incondicional a su colegio y a su lábaro patrio.
Las tropas invasoras ascendieron por las faldas del cerro hasta alcanzar el Castillo de Chapultepec, último reducto de defensa en su camino hacia la Ciudad de México. El teniente Juan de la Barrera, originario de esta ciudad capital, con sólo 19 años y una breve carrera militar, al ser capaz de producir un arquetipo de gallardía y de honor.
Durante el asalto, con pleno conocimiento de la magnitud de la decisión que tomaban, el teniente Juan de la Barrera y los cadetes Agustín Melgar, Vicente Suarez, Fernando Montes de Oca, Francisco Márquez y Juan Escutia, hijos del Heroico Colegio Militar, entregaron en un acto sublime el máximo sacrificio en aras de su nación. Con el fin de evitar que traspasaran las barreras protegieron con su vida nuestra nación, sin dar tregua a las armas extranjeras.
De aquellos alumnos del Colegio Militar, cuyas edades variaban entre los 13 y 18 años, destacaron nuestros Niños Héroes, quienes antepusieron sus jóvenes vidas inspirados por el amor y defensa de la patria, así como de los valores inculcados en esta noble institución.
La defensa del Castillo de Chapultepec por los cadetes del Colegio Militar representa un ejemplo de honor y sacrificio al ofrendar su vida en lucha en contra del invasor preservaron la libertad y soberanía nacionales.
Esta acción heroica la reconoce la historia patria como una de las más ilustres, habiéndose constituido en ejemplo de valor y patriotismo, pero sobre todo en el más importante símbolo de unidad nacional ante los difíciles momentos que enfrentaba nuestro país.
Estos jóvenes mexicanos honraron su juramento de amor y lealtad a México ante la afrenta nacional, noble hecho que representa la conciencia del cumplimiento del deber para servir y defender a México. Su ejemplo de entrega en aquella ocasión ha trascendido en la historia como una virtud extraordinaria, heredada a las nuevas generaciones que se traduce en orgullo por la tradición de honor y gloria.
Y, si bien es cierto que con este acto no se pudo lograr la victoria en la batalla, legaron con su actitud una lección de pundonor y sacrificio a las generaciones venideras.
Los niños hechos héroes en aquella fecha emblemática representaron a toda una nación sacudida por la invasión extranjera, ya que, a pesar de las adversidades, lograron sobreponerse, levantarse como estoico ejemplo de la juventud mexicana que año con año ingresa al Heroico Colegio Militar, convencidos de que la ruta que deben seguir será emular a los jóvenes cadetes que, sin cortapisas, ofrendaron su vida por la nación.
Quienes integran el instituto armado estan convencidos de que no hay cometido más importante que trabajar sin distinción de género, mujeres y hombres que desde diversas trincheras se esfuerzan día con día por contribuir al desarrollo nacional.
Quienes portan el uniforme militar tienen el privilegio de trabajar con vehemencia por México. Los integrantes de las Fuerzas Armadas, son pueblo, surgen de él y a él se deben. Tienen como objetivo final servir con voluntad y entrañable pasión a México.
México vive tiempos de cambios, cambios que requieren de jóvenes comprometidos para hacerles frente y de esta manera alcanzar con paso firme el perene progreso del país. La juventud de hoy es un actor fundamental con la suficiente capacidad para transformar a nuestra sociedad.
Son precisamente estos retos y desafíos los que motivan a la Escuela Militar de mayor tradición y gloria de México, prepararse para cumplir cabalmente con las necesidades actuales que requiere el país en tareas esenciales que se han incorporado a los planes y programas de estudio del Heroico Colegio Militar para cumplir y superar airosamente cualquier misión que se les asigne.
El día de hoy, las Fuerzas Armadas, Guardia Nacional y principalmente la juventud que integra estas se suma al esfuerzo del pueblo de México para construir un futuro juntos, donde nuestra patria sea la prioridad, con una visión de nación unida, fuerte y justa.