En calles y avenidas de sectores populares de New Haven, East Haven y otras localidades de Connecticut, se nota una tensa y expectante calma entre el gran núcleo de personas indocumentadas que habitan esta región, debido a las severas medidas puestas en marcha por el presidente Donald Trump, quien ha prometido deportar de los Estados Unidos a por lo menos 2 millones de inmigrantes ilegales.
Lamentablemente, eso es lo que está haciendo.
A mediados de esta semana, los reportes ya hablaban de cerca de 140,000 deportados en los primeros 100 días de su retorno al poder, con redadas realizadas por los agentes de “U.S Inmigration and Customs Enforcement (ICE)”, en varios estados de la nación.
Y como consecuencia de lo que ha venido ocurriendo, millones de personas sin un estatus legal en esta nación, se encuentran por estos días bajo un reino de terror, porque no saben cuándo les va a tocar el turno a ellos; es decir, estar al frente de los agentes de Inmigración. “Es como esperar la muerte, que no sabe uno cuando le va a llegar…”, nos decía un ciudadano mexicano con residencia en el área del “Hill” de New Haven, a quien pudimos contactar a principios de esta semana.
Ese pánico hacia “la Migra”, lo vimos reflejado en su rostro, cuando acudimos a visitarlo en el tercer piso del lugar donde reside -por los lados de Columbus Avenue-, con el objeto de poder hacerle unas cuantas preguntas acerca de su situación.
Allí al frente del lugar donde convive, estuvimos esperándolo casi que, por 10 minutos, mientras tocábamos a su puerta repetidamente, aunque nadie contestaba. El silencio -en ese pasillo-, era tan grande, que hasta el vuelo de una mosca se podía sentir. Al ver que nadie aparecía, decidimos entonces empezar a bajar discretamente por las escaleras de la edificación en busca de la salida principal.
Sin embargo, cuando cruzábamos hacia el otro lado de la calle donde teníamos estacionado nuestro automotor, escuchamos que alguien nos llamaba desde una de las ventanas de aquel tercer piso. Efectivamente, era la persona que estábamos buscando, quien, al notar que éramos personas regulares, procedió entonces sí, a pedirnos que nos identificáramos y el motivo de nuestra visita. Después de mostrarle nuestro gafete de PRENSA, aquel hombre bajó confiado a nuestro encuentro, para pedirnos disculpas y atender nuestro encuentro. En su cara se notaba lo asustado que estaba.
Luego de entrar en confianza, nos contó sus temores y lo precavido que estaba.
“Aquí, por estos lados, y en sus alrededores viven varios de mis ‘carnales’, y todos estamos vigilantes, por lo que pueda pasar”, explicaba. “Estamos condicionados y el miedo es general. Es que una cosa es hablar del diablo, y otra, verlo llegar, señor periodista”, señalaba, mientras giraba su cabeza a lado y lado, todavía aún, con halos de desconfianza.
José Caporales -nombre ficticio, para no revelar su identidad-, nos explicaba que él todavía tenía trabajo, y que por eso no pensaba salir del país por el momento, como lo está pidiendo el presidente. “Sabrá Dios que nos depara el futuro. Por eso es por lo que todos nosotros nos encomendamos diariamente a la Virgen de Guadalupe, para que nos proteja y nos vaya bien, a ver si todo esto cambia…”
Después de hablarnos de sus temores, sus estrategias, y de la forma como llevan sus vidas con tan difícil situación, se fue a buscar refugio otra vez en el piso donde convive con otras dos personas; no sin antes asegurarse de que todo estuviera bien a su alrededor. Luego se nos perdió de la vista, al cerrar la puerta principal de aquel complejo habitacional. Nosotros hicimos lo propio, enfilando nuestro rumbo hacia otros senderos; en este caso, el sector de Fair Haven, el corredor más activo de New Haven, en donde reside la cuota más alta de inmigrantes de la ciudad.
NEGOCIOS AFECTADOS
Buscando conocer más a fondo la forma como están afectando a los comercios latinos las medidas antiinmigrantes del presidente Donald Trump, nos dimos a la tarea de visitar varios negocios latinos de esta área, en donde pudimos constatar el clima que por esos lados se está viviendo en estos tiempos de crisis.
Miguel y Cecilia Xicohtencatl, propietarios de “Cositas Deliciosas”, establecimiento de jugos y frutas situado en el 271 Grand Avenue, New Haven.
Así fue como logramos entrevistar a Miguel Xicohtencatl, propietario de “Cositas Deliciosas”, del 271 Grand Avenue, de New Haven, quien nos decía. “Al principio cuando se empezó a rumorar acerca de todo esto, fue muy grande el efecto negativo que tuvimos. Inclusive, aparecieron unos mensajes por ahí que decían que los agentes de Inmigración iban a estar en mi local. Y por esa razón, mucha gente nos llamaba a nuestro número de teléfono preguntando que, si de verdad estaban ahí, o si Inmigración iba a llegar. Eso nos creó a nosotros un caos total, porque la gente andaba bien espantada. Usted sabe que en ocasiones las personas malinterpretan cosas que no son. Afortunadamente se dieron cuenta que todo era falso, y ahorita, ahorita, es que estamos empezando a volver casi que a la normalidad.”
Xicohtencatl expresó que lo único que salvó su negocio de ese caos inicial -que se desató desde principios de enero hasta mediados de abril de este año-, fueron los pedidos a domicilio a través de Uber y otras aplicaciones. “Debido a esto, las ventas subieron un poco, como en un 10 o 20 %, y eso fue lo que nos salvó. Eso sí, casi todos los negocios sufrieron el impacto. Era obvio. Tanto fue así que, algunos cerraron. Gracias a Dios yo pude salir avante, ya que mi clientela, en más de un 90% es hispana. Yo dependo mucho de ellos…”
El propietario de “Cositas Deliciosas”, aprovechó el momento para hacer énfasis en lo solitario que se veía el sector, por esos días aciagos de los primeros meses del año. “La verdad -y como le expliqué antes-, hoy en día, todo está empezando a ser cómo era antes, especialmente con la llegada de la primavera y este nuevo verano”.
PLAN B
Por encima de esa tensa calma que se vive, tanto en New Haven como en otros pueblos y ciudades del estado, como efecto de una posible aparición de “la Migra”, por sus alrededores, Miguel Xicohtencatl, aconsejaba que hay que bajarle la intensidad a los temores que sacuden a los inmigrantes de aquí y de allá. “Lo primero que quiero aconsejarles es que no tengan miedo. Y segundo, recomendarles a todos a hacer las cosas bien, como inmigrantes que somos de un país, que no es de nosotros. Debemos tratar de hacer las cosas bien para que no nos saquen en un momento dado. El que es bien portado en un país ajeno, tiene menos posibilidades de ser arrestado.”
Independientemente de esos consejos, Xicohtencatl, enfatiza en la necesidad que tienen los inmigrantes de buscar otras salidas, como medida de precaución. “Como hispanos, debemos todos no olvidar a que vinimos a este país a trabajar honradamente y muy fuerte, para poder ahorrar para nuestro futuro. Para eso debemos adoptar un Plan B. Es decir, tener un poco de dinero en nuestros países y un hogar propio donde llegar, por si cualquier cosa nos llegara a pasar. De esa forma, si por alguna circunstancia tuviéramos que regresar al lugar donde salimos, con unos buenos ahorros de por medio, no tendríamos la necesidad de depender de nuestros familiares allá para poder subsistir.”
Acogiendo sus consejos, nos despedimos del propietario de “Cositas Deliciosas”, y seguimos adelante en busca de otros sentires y otros criterios con relación a tan delicada situación.
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(En nuestra próxima entrega: “Deportaciones en Connecticut”, y que es lo que están haciendo los inmigrantes -dueños de inmuebles-, para proteger sus bienes, en caso de tener que abandonar esta nación)