He brindado servicios de cuidado personal a mi abuela durante los últimos 15 años. Para mí, es un trabajo que va más allá de ser un simple empleo; es una fuente de alegría y satisfacción. Estoy agradecida por la oportunidad de poder dedicarme a ser su cuidadora doméstica o PCA.
Pero las personas que trabajamos en cuido a domicilio, al igual que en tantos otros empleos esenciales, luchamos para tratar de sobrevivir en Connecticut. Nuestros salarios y beneficios son demasiado bajos para los servicios que brindamos. Las cifras simplemente no cuadran. El trabajo no cumple con los estándares de un salario digno. Incluso peor, a veces se requiere mucha energía y paciencia solo para ser debidamente remunerados por las horas que trabajamos. Y algunos beneficios del contrato que hemos obtenido a través de nuestra unión en años recientes parecen ser retrasados y dilatados a propósito por el estado.
Cada vez más personas acuden al cuidado a domicilio para sus necesidades de atención a largo plazo. Es uno de los sectores laborales de mayor crecimiento en nuestra economía. Los PCA deben recibir salarios dignos y beneficios justos para poder dedicar nuestras vidas a este sector crucial de nuestro sistema de servicios médicos.
La inflación y el aumento de los costos de la vivienda me han dejado sin hogar durante más de un año. A veces, me hospedo en casa de amigos, otras veces mi prometido y yo tenemos que pagar por un hotel y en ocasiones dormimos en nuestro auto. Realmente es difícil vivir así.
Mi sueño es que este trabajo reciba el mismo respeto que merecen todos los proveedores de atención médica. Necesitamos un camino para ganr por lo menos $25 por hora. Necesitamos seguro de salud para todos los PCA. Necesitamos días pagados de descanso y seguridad en nuestro retiro.
Como cuidadora directa de mi abuela, he aprendido que se necesita una sólida ética laboral y atención a los detalles para desempeñar este trabajo de manera excelente. No hay otra forma de hacerlo. Después de todo, a menudo cuidamos a personas en sus años de jubilación. Algunos de nosotros cuidamos a personas con discapacidades físicas o del desarrollo.
La conclusión es que no importa a quién estemos cuidando, no es tan fácil cuidar bien a otra persona. Pero son seres humanos. Merecen nuestro respeto y dignidad, incluso aunque mi sueldo esté muy por debajo para poder pagar todas mis deudas al final de cada semana.
Durante mi experiencia personal como asistente de cuidado doméstico, me he sentido satisfecha al saber que mi trabajo marca una diferencia en la salud, la felicidad y el bienestar general de mi abuela. Con mi ayuda, las personas como ella pueden seguir viviendo de manera independiente en sus hogares, en sus comunidades. Hoy, ella tiene 69 años y está prosperando, con un poco de ayuda de las personas que la aman y la apoyan. Como yo.
Todo comenzó cuando noté que mi abuela necesitaba más ayuda en casa. En ese entonces, yo tenía dos empleos. Pero decidí que era hora de dar un paso adelante y ayudarla. Renuncié a mis otros lugares de trabajo para poder cuidarla a tiempo completo. Para ella es muy especial que yo la pueda cuidar, porque tenemos una relación de confianza y amor de muchos años. Ella sabe que yo entiendo lo que necesita y que estaré allí para ayudarle a seguir adelante.
Me encanta el hecho de pasar tiempo significativo con ella. Tengo la oportunidad de estar con ella, jugar un papel central en su cuidado y brindarle la mejor calidad de vida en sus años dorados. Si alguna vez has necesitado ayuda para brindar cuidados a largo plazo a un ser querido, sabes en tu corazón que todo lo que deseas es que reciban la mejor atención posible. Todos apreciamos la tranquilidad de saber que nuestro ser querido está en manos de personas en las que podemos confiar.
Sin embargo, los trabajadores de cuidados a domicilio enfrentamos incertidumbre para recibir nuestros cheques de pago cada viernes. Hace unos meses, la agencia de nómina reconoció más de 6,000 errores en las hojas de registro en un solo año. Es algo común no recibir el pago completo por tu semana de trabajo o que falten muchas horas en tu cheque de ingresos.
Tengo muchos sueños para el futuro. Estoy recién comprometida y mi prometido y yo soñamos con celebrar una boda y tener hijos algún día. Quiero volver a la escuela y seguir creciendo en el sector de la atención médica. Quiero seguir brindando el mejor cuidado posible a mi abuela y personas como ella. Pero estas cosas solo son posibles con un trabajo que nos permita prosperar en un estado tan rico pero costoso como Connecticut.