POR FERNANDO CERDENA
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Aunque parecen solo dos palabras detrás de esto hay toda una historia de más de 25 años de cuando Amparo Pichardo llego a este país desde República Dominicana y venía a trabajar para alejarse de alguna manera de su reciente divorcio. Dejando a sus dos pequeños hijos con su padre por 6 largos meses que resultaron muy duros para ella y los niños.
Después de trabajar muy duro ella vuelve a recoger a sus hijos, la mayor Steffi cuenta que cuando el papá le preguntó ¿Con quién quería quedarse? ¿con él o irse con la mamá? La niña le dijo: con la mamá, (generó que a él le rodaran unas lágrimas por su mejilla).
Para Amparo fue muy difícil regresar a este país con dos niños pequeños y volver a la casa de su hermano en Nueva York, -donde ya eran 3 bocas más que alimentar-. También ella se dio cuenta de que el sitio donde vivían en Nueva York no era el más adecuado para poder criar y educar a estos niños. En una visita al hermano de su ex marido le gustó la ciudad de Waterbury y decidió mudarse con sus hijos.
Es cierto que no tenía dinero y por lo tanto rento un pequeño apartamento en una de las peores zonas de esta ciudad donde a veces ellos veían cuerpos muertos en las mañanas cuando se levantaba o escuchaban los disparos en la noche de las balaceras que había. Pero no había manera de rentar en otro sitio, no había dinero.
Amparo trabajaba en la factoría todas las noches de lunes a viernes y los fines de semana vendía pastelillos en los salones de belleza de la cuidad para poder cubrir los gastos que generaba su familia, también limpio casas y todo lo inimaginable, pero siempre de un manera digna y valiente.
Sus hijos Steffi y Bernardo fueron a la escuela pública por la zona donde ellos vivían no siendo una de las mejores y más seguras de la ciudad, sufrieron por varios años del bullying en la escuela, primero por no hablar el ingles y/o por ser hispanos. Bernardo nos cuenta que siempre era uno de los mejores en sus calificaciones, pero cuando él estaba en el octavo grado decidió bajar sus grados para que no le sigan molestando con el bullying. Steffi también nos cuenta que muchos de sus compañeros la presionaban para faltar a la escuela o usar droga pero que gracias a la educación, formación y ejemplo de sus padres los Frías Pichardo ellos pudieron soportar y salir airosos de esta presión.
El viernes 11 de Febrero en la Grand St. la calle más importante de Waterbury casi frente a la alcaldía. Bernardo y Sarah su esposa, el hijo menor de los Frías Pichardo, apoyado económicamente por Amparo Pichardo que vendía pastelillos en las calles y con la presencia del padre que vino desde Santo Domingo para este evento abrió su propio negocio, un estudio de fotografía. Curiosamente este estudio de fotografía latino tiene lo más sofisticado en cuanto a fotografía que hay en la ciudad. Toda esa inversión es fruto de los ahorros, sacrificio, sudor y lágrimas de una mujer latina que valientemente tomó la decisión de mudarse a los Estados Unidos por una educación y una vida mejor para sus hijos.
La alegría que tenía esta familia en abrir el negocio del hijo menor era indescriptible estaban acompañados por la gente que ellos quieren y respetan y que de alguna manera pudieron ayudar en este proceso.
Esta familia aposto por invertir en este país, en la ciudad que los acogió y de la cual se sienten parte así como lo hacen silenciosamente miles de familias latinas en el país que apoyan el desarrollo del país que los acogió
A la misma hora que el Gobernador de este Estado en una reunión de la Cámara de Comercio decia que Connecticut necesita que más mujeres se involucren en los negocios para reactivar la economía del Estado y del país, a esa misma hora Bernardo al lado de su madre cortaba la cinta de apertura de su negocio con sabor y corazón latino acompañado de padre, Sarah su esposa, Steffi su hermana y sus incondicionales amigos.
Apoyar a estas minorías, -que casi siempre abren sin el apoyo de las instituciones creadas para este fin-, es lo correcto,
El esfuerzo que hizo Amparo Pichardo en vender pastelitos y empanadas dio sus frutos, ella es ahora una mujer de negocios exitosa orgullosa de sus hijos y de su historia y con el ahorro de años de sacrificio, amor y sudor puso su granote de arena de poder latino en BF Estudio de fotografía.