“Pongan fin a este genocidio y a esta destrucción. Deje vivir a mi pueblo y deje a mi pueblo ser libre”
Mahmud Abbas – Presidente Palestino- ante las Naciones Unidas
Palestina es una tierra con muchos nombres y una rica herencia histórica. También es una región del mundo donde invasores e imperios a través del tiempo han tratado de usurpar el derecho de vivir en paz de los que allí viven y han vivido toda su vida.
El imperio británico derrotó al imperio otomano en el 1917 apoderándose y supervisando a Palestina bajo la autoridad de la Liga de las Naciones, requiriendo de los británicos que implementaran la Declaración de Balfour que establecía a Palestina como un “hogar nacional para los judíos”. Todo eso sin perjudicar los derechos civiles y religiosos de las comunidades palestinas milenarias residentes del susodicho territorio.
Luego de la Segunda Guerra Mundial, Europa y los Estados Unidos de América reconociendo la importancia del mundo árabe – persa, por su gran potencial económico y su fragilidad y volatilidad política y religiosa apoyaron a las más convenientes facciones existentes para establecerse en la región. Los intereses de las naciones consumidoras de una de las fuentes de petróleo más grandes del mundo dividieron la zona en reinos y emiratos, apoyando a familias particulares, con ataduras occidentales.
Aunque en Gaza siempre han vivido judíos, la población predominante es la de los palestinos aun cuando para el 1947 las Naciones Unidas crearon el estado judío de Israel, separando a Gaza, convirtiéndolo en parte de un nuevo estado árabe. Los árabes rechazaron esta imposición de las Naciones Unidas, considerando que este desmembramiento de la región era para satisfacer las ambiciones de los sionistas (grupo judío que aboga por el total control de Palestina por Israel). Una fuerte inmigración judía de la Europa devastada por la Segunda Guerra Mundial es dirigida hacia el nuevo estado israelí, desahogando a Europa, creando una nación que le serviría de perro guardián a los intereses económicos de las potencias europeas –estadounidenses que lo habían creado.
Gaza
Gaza es literalmente una pequeña franja de terreno de 139 millas cuadradas, con una población de 2, 375,259 habitantes, teniendo una densidad poblacional de 17,088 personas por milla cuadrada.
Egipto (1949-1967) ocupó la franja de Gaza luego de un acuerdo con Israel como producto de una corta guerra con Egipto. Esta ocupación incrementó la población enormemente, especialmente de palestinos que huían de sus antiguos hogares de ciudades que ahora eran parte de la nación israelita. En 1967 Israel luego de derrotar a Egipto en la Guerra de los Seis Días, ocupa militarmente a Gaza, ocupación que duró hasta 1994 (27 años). Siguiendo el Tratado de Oslo, Israel continúa controlando en Gaza el espacio aéreo, los puertos, las aguas, el registro de la población, la entrada de extranjeros, las exportaciones y las importaciones, al igual que el sistema de impuestos, el servicio eléctrico y siendo los israelitas los que determinan los que reciben ayuda médica o no. Pero hay hambre. Es tan asfixiante el control que los israelitas obligan a que la ayuda humanitaria que Gaza recibe del exterior tiene que ser comprada a Israel y los palestinos se ven obligados a pagar impuestos sobre los productos que son enviados a Palestina.
En 1994 la Autoridad Nacional Palestina tomó control administrativo de la franja de Gaza, con la excepción, por supuesto de las áreas militares que ocupaba Israel y de las colonias de pobladores israelitas que estaban enclavadas ya en Gaza. La frontera con Egipto permanece en control israelita con una rigurosa vigilancia por parte de esta y donde tienen absoluto control sobre los pasaportes, tarjetas de identificación, importaciones y exportaciones y muchas otras cosas que deben ser aprobadas por el ejército israelí.
Gaza todavía no tiene reconocimiento como un estado soberano.
En enero del 2006 se celebraron elecciones parlamentarias en Palestina donde observadores extranjeros destacaron la pulcritud de este proceso democrático. El partido Hamas derrotó al partido Fatah, siendo estos los dos más prominentes. El 42.3% de los votantes favorecieron a Hamas. Para muchos fue una sorpresa la victoria de Hamas y para otros fue el comienzo de intervenciones y conspiraciones en contra de este grupo en particular. Israel, los Estados Unidos y varias naciones de la Unión Europea no reconocieron la victoria de Hamas y estos (Hamas) no reconocen al estado de Israel , tampoco renunciando al uso de la violencia en su lucha por la soberanía palestina. Los europeos y estadounidenses les cortaron la ayuda directa a los palestinos. Hamas tomó control total de la Autoridad Nacional Palestina y el presidente Mahmoud Abbas (de Fatah) declaró un estado de emergencia y formó un nuevo gobierno excluyendo a Hamas. Para junio del 2008, Jordania, Egipto y Arabia Saudita le quitaron el reconocimiento a Hamas en la franja de Gaza.
Hay que aclarar que Hamas es una organización Islámica y socialista con apoyo de Irán y Siria y que los países que se oponen a la existencia de ellos son los mismos que están temerosos a que el triunfo de Hamas se pueda extender a los vecinos destruyendo las monarquías y oligarquías que dominan la región. El estado de Israel es un acérrimo enemigo de Irán. Egipto es una nación comprometida con los Estados Unidos de América y que ocupa la segunda posición en ayuda militar de este último país (siendo Israel la primera).
Israel ha olvidado su propia historia, quizás amparándose en ella ha sido una de las naciones más agresivas del mundo en las últimas décadas. Con ese lenguaje sangriento desde que milicias sionistas ocuparon más del 78% de la Palestina histórica, han destruido 530 aldeas y pueblos palestinos y han asesinado a unos 15,000 palestinos en más de 70 masacres. Desde enero del 2008 hasta septiembre del 2023 los israelíes han ocasionado la muerte de 6,407 palestinos y 152,000 heridos. En contraposición en ese mismo periodo, los israelitas sufrieron 308 muertos y 6, 307 heridos. La diferencia entre ambos lados hablan con elocuencia los alcancesde este genocidio.
La historia los condena y nos llena de vergüenza el comportamiento de unos seres humanos que todavía claman por las atrocidades del holocausto judío. Esto no lo puede justificar nadie, ni aun los más endurecidos. Las mentiras y la cero credibilidad que gozan los israelitas no abonan a la repugnancia de estas atrocidades cometidas en nombre de la seguridad nacional y la lucha contra el terrorismo. ¿Quiénes son los terroristas? El silencio y la inacción han sido ensordecedores. Los países árabes en su mayoría armados por occidente levantan una tímida protesta y piden reunirse.
En las Naciones Unidas la burla a esta institución continúa, cuando ambos lados hicieron caso omiso a un llamado a la cordura y fueron ignorados.