La economía de la inmigración en el presente se limita a suelo estadounidense; y por ende es un tema que combina historia, sociedad y desarrollo económico.
No existe registro de que una persona haya usado la frase “economía de la inmigración” por primera vez de forma singular, sino que el término es un concepto que describe la interacción entre la inmigración y la economía, un campo de estudio que se ha consolidado a partir de la segunda mitad del siglo XX con economistas como Gary Becker y trabajos posteriores que analizan las contribuciones de los inmigrantes. De forma particular aparece en el libro del profesor Gregory Mankiw “Principios de Economía”; en el que se registra una entrevista realizada a la economista del Banco de la Reserva Federal de Dallas, Pia Orrenius.
La inmigración es definida como la entrada de personas a un país con la intención de establecerse en él; que difiere de lo que es migración; porque ésta conceptualiza de manera general el movimiento de personas, y que bien puede ser dentro de un mismo país (cambio de sitio) o a otro. Mientras que la inmigración siempre hace referencia a llegar a un país extranjero.
Todos los países “sufren” el fenómeno de la inmigración; lógicamente países como Estados Unidos, Canadá y algunos países de Europa son más atractivos en relación a otros por las oportunidades y bondades que se encuentran en éstos. La inmigración se ha dado desde hace miles de años atrás, por ejemplo cuando Abraham sale de Ur de los Caldeos, para ir a la tierra de Canaán y posteriormente se traslada a Egipto. Los seres humanos migran, debido a una combinación de factores económicos, como la búsqueda de trabajo y mejores oportunidades; factores políticos y sociales, como la guerra, la persecución y la violencia; y factores ecológicos o ambientales, como el cambio climático y los desastres naturales. Otros motivos incluyen la reunificación familiar, el deseo de recibir una mejor educación y la búsqueda de una mayor calidad de vida en general.
El argumento económico para la inmigración es el mismo de los mercados en general, así se simple. La gente toma decesiones basadas en su propio interés económico; lo que hace maximizar la eficiencia, la producción general, y en gran medida el bienestar reflejado en una mejor calidad de vida. Lo más probable es que los beneficiarios principales de la inmigración sean los inmigrantes mismos; ya que por definición toman ventaja de la oportunidad de mudarse con la idea de que les irá mejor económicamente o de manera general; con sus excepciones por su puesto.
Según Pew Research Center; en 2025 la población inmigrante es de 51,9 millones de personas; convirtiéndolo en la mayor población inmigrante del mundo que representa el 15,4% de la población total del país norteño. Los migrantes provienen del mundo entero; pero hay que señalar que se han observado grandes cambios desde sus comienzos. En las décadas de los 50s y 60s del siglo pasado; el 75% de los inmigrantes provenían de Europa. En estas últimas décadas el 75% provienen de Latinoamérica y Asia, destacando mayoritariamente México, India, China y Venezuela; así como también hay poblaciones significativas de Cuba, El Salvador, Vietnam, República Dominicana, Colombia y otros países. La cifra anual jamás registrada de inmigración al país se dio en el 2023, superando los tres millones.
La población inmigrante es un pilar de la economía de Estados Unidos; porque aporta crecimiento económico a través de un papel crucial en la fuerza laboral, la creación de empresas (casi 3,9 millones de empresarios), el estímulo a la innovación y el pago de impuestos. A pesar de generar cierta presión sobre los salarios en sectores específicos, la inmigración impulsa el PIB, llena vacantes laborales clave y enriquece la economía con nuevas ideas y perspectivas.
De acuerdo a un estudio realizado por la National Foundation for American Policy, los inmigrantes han fundado o cofundado más del 55% de las empresas emergentes estadounidenses valoradas en $1 mil millones o más. En lo que concierne a la recaudación de impuestos federales, son una base tributaria potente a tal punto que contribuyeron con el 19,25% a las arcas estadounidenses en el 2023; que monetariamente significa $ 651 900 millones (dato de American Inmigration Council – AIC) y algo más de un cuarto de billón de lo recaudado para el Seguro Social y Medicare. Han pagado $ 167 000 millones en el mercado de vivienda y poseían $ 6,6 billones en riqueza basada en bienes raíces. Entre otros datos de gran significancia destaca, el papel en la fuerza laboral; unos 30,7 millones inmigrantes trabajan en diversos sectores y son casi el 18% de la masa laboral con una formación educativa y profesional mixta.
La inmigración es de gran importancia en la historia del país; integra el aspecto social y económico, por lo que resulta clave para el futuro de la nación.