Por Don Felo Vizcarrondo y sus camaradas del notición
Apertura, pero con distanciamiento
“Piano, piano va lontano” decía un amigo de Mamerto usando un popular dicho que solicita calma y precaución. El gobernador Lamont y su equipo de especialistas en inmunología y salud pública, aunque no tienen apellidos italianos, han actuado con cautela, mesura, sigilo, moderación, juicio y prudencia lidiando con este desafío de la reapertura de escuelas en Connecticut en plena pandemia.
“Es que esta plaga del siglo XXI no es una influenza común y silvestre como anunció en enero de este año el ignorante del presidente quien predijo, “el Covis-19 es como un catarrito que se irá milagrosamente en tres días y morirán unos dos viejitos, deseaba abrir las actividades económicas de los estados el día 12 de abril además de recomendar que la gente bebiera cloro para limpiarse las entrañas. Esas estupideces han causado cerca de 199,477 fallecidos en los Estados Unidos,” expresó la Doctorcita que ha estado pendiente de lo que suceda entre este pasado martes 8 de septiembre y este viernes 11 cuando se comprobará si es que los estudiantes de las escuelas publicas mantienen las regulaciones acerca del uso de las máscaras y el respeto al distanciamiento social, cuestión que no es fácil lidiando con los nenes y nenas que todo lo tocan.
Para complicar más las cosas, si bien es cierto la mayoría de los sistemas escolares del área de Greater Hartford abrieron sus puertas el martes, después de lo que aquí llaman el Dia del Trabajo, la capital del estado tuvo que iniciar la reapertura el miércoles debido nada más ni nada menos a un ataque cibernético producido por un virus malo que desarticuló los sistemas de comunicación e informática del sistema escolar.
“Estos fueron jaqueadores malos que jaquean de día y de noche fastidiando el nacimiento,” nos dijo Roger, un muchacho que limpia los pisos en la escuela y que observó con curiosidad a los técnicos y expertos con las manos en los bolsillos arrancándose los pelos y mentándole la progenitora a los graciosos.
Recordemos que se ha hecho un esfuerzo para dotar a los estudiantes del famoso sistema Wi-Fi, acceso a la red y computadores, pero esto del jaqueo en contra de un sistema educacional no tiene nombre y no faltan los que culpan a Vladimir Putin, el de los tés envenenados o a gente que se fue enojada del sistema y son vengativos.
Así y todo, fue reconfortante para Guillaume Ortiz la presencia de los buses amarillos grandes y chiquitos en calles y carreteras porque después de casi seis meses de inmovilidad, los pacientes conductores gozan de cierta paz porque los muchachitos y muchachitas han estado más ordenados por el saludable distanciamiento.
“Echamos de menos los comienzos de años escolares cuando el primer día era una fiesta y nos esperaban a la entrada de la escuela, el principal y los padres voluntarios. Ahora hay líneas de estudiantes separados y enmascarados en un espectáculo más raro que escuchar a Trump dando disculpas por sus metidas de pata,” expreso Joel un nene que va ahora a la intermedia y a quien su abuela le regaló seis máscaras reusables y hechas con mucho amol.
Lo que se nota es que los estudiantes asistirán a clases en persona en turnos solamente algunos días de la semana y habrá mucho trabajo a través del sistema online. “Eso al menos me da un respiro,” dijo Marina que tiene cuatro vástagos a los que les encanta hablar y con los que bregó heroicamente con paciencia y cariño por seis meses ya que tampoco hubo programa de verano.
Suerte y que todo salga lo mejor posible.
Crimen y castigo
Es que el gobernador Lamont ya lo dijo en el pasado y lo repite ahora mirando hacia la Universidad Central de Connecticut.
“Necesitamos que los jóvenes estudiantes universitarios sean socialmente responsables, entiendan en sus cabecitas los peligros del Covid-19, usen máscaras, suspendan os besos lingüísticos y mantengan el distanciamiento cuando regresen a la universidad, dijo.”
Pero algunos y algunas creen que estamos en el 2019 cuando abundaron a comienzos del año escolar las fiestecitas, polladas, bebelatas y desmanes en las vecindades de ese recinto universitario en el cual también algunos catedráticos se ponían demasiado cariñosos son las estudiantes y les daban clase privadas de arte a las nueve de la noche. A estos ya los fueron.
Tanto un bar localizado en el recinto de la universidad de Connecticut en Storrs como ahora recientemente un bar denominado Elmer’s Place donde los nenes y nenas se van a “janguear” después de clases y los fines de semanas en los miércoles, jueves y viernes sociales; deberán cerrar sus puertas debido a que los ágiles investigadores de lugares donde se transmite el Covis-19 descubrieron serias violaciones a las regulaciones que se les han dado a conocer a los dueños de un modo repetido, reiterado, frecuente y cotidiano.
La simpática alcaldesa Erin Stewart de New Britain dijo que ya a solo semanas del comienzo de las actividades académicas; 36 estudiantes de la Universidad Central dieron positivo en las pruebas Covis-19 y según los investigadores, los nenes y nenas contrajeron el virus en fiestecitas con besuqueos, desenmascarados y bailando apretaditos de frente y espalda. Por cada infectado se calcula que esta afectara a otras diez personas. Wowww.
Los sabuesos investigadores descubrieron que tres de estos casos provenían de Elmer’s Place cuyos dueños decidieron voluntariamente cerrar la barra por dos semanas, y someterse a una cuarentena.
Pero los muchachos y muchachitas son más porfiados que yegua y potros en celo y continúan organizando encuentros lo que ha movido a Zulma Toro, presidenta de la Universidad Central a advertir que quienes no cumplan las regulaciones que les entregó el mismo gobernador el primer día de clases, serán disciplinados.
Ya varios jóvenes y jovencitas han sido expulsado en las universidades de Harvard y UCONN debido a las fiestecitas, bebeleras y ausencia de control en sus acciones desobedeciendo regulaciones que preservan las vidas de sus compañeros, vecinos y familiares. Se dijo que no les reembolsará a los papis los chavos de la matrícula ni la tuición.
“Muchachos y muchachas esto no es relajo,” dijo el Dr. Ciencias que sigue cuidadosamente las estadísticas de salud pública en Connecticut que indican un aumento de casos de infecciones con Covid-19 por la reapertura de universidades y escuelas. Mamerto agregó que a muchos jóvenes y jovencitas no se les cierra aun la mollera y viven el mundo de fantasía de los nenitos. Ya el gobernador manifestó que la posibilidad de que los restaurantes y bares puedan servir a sus clientes en los salones interiores está en duda y como se acercan los meses fríos, los servicios exteriores deberán limitarse.
Ladrón profesional pide que le dejen libre como paloma
Mientras usted trabaja en lo que se pueda limpiando patios, pintando o ganando una miseria en lugares como los DD y McDonald’s donde los administradores maltratan a los empleados y empleadas; hay otros como este sujeto llamado Anthony Johnson de 56 saludables años quien había sido arrestado no diez o quince, sino que 48 veces por robar de un modo paulatino y computarizado millones de dólares de las tarjetas de crédito de personas que iban a ver películas en Greenwich.
El tipo quien no es de Fajardo, pero descrito por otros criminales como cara dura, está pidiendo que le suelten de la cárcel ya que teme infectarse con el Covis-19.
La jueza Vanessa L. Bryant había sentenciado al pillastre en el 2013 a 16 años de prisión para que reflexionara acerca de su existencia y se dejara de poca vergüenza. Nuevamente Johnson pidió que le dejaran libre, pero la jueza dijo “no way José,” y por lo tanto Anthony tendrá que permanecer los nueve años que le faltan en el condominio con rejas. El tipo tiene cómplices y llegó a convertirse en un millonario del delito igual que