STAMFORD.- Este fin de semana del 11 y 12 de octubre, la agrupación de Sahumadoras de la Hermandad del Señor de los Milagros de Stamford, fue la encargada de ofrecer la fiesta en honor al Cristo Morado, patrono del Perú, que cumplió 21 años de la creación de esta institución como parte de una promesa de gratitud ante la sanación de Isabel Párraga, esposa de Alberto Rochabrún, cofundador de la Hermandad.
Con ochocientas rosas traídas de Ecuador adornadas en decenas de canastas y ramos de flores se inició la fiesta de los 21 años de la procesión del Señor de los Milagros en la ciudad de Stamford, celebración que data del siglo 16 en Perú y que se extendió a Stamford desde que se fundara la Hermandad el 14 de febrero del 2004.
La fiesta inició el sábado con la “salida” de la imagen del Señor de los Milagros que se empotró junto a la casa parroquial de la iglesia de Saint Mary; para luego, a las siete de la noche iniciar el Rosario que lo intercalaron con cantos dedicados a la Virgen María y el tradicional Himno al Señor de los Milagros y de ahí en adelante hasta entrada la madrugada una vigilia en su honor.
Martín de León, presidente de la Hermandad de Stamford, reconoció que desde que se fundó esta institución en el 2004 ha ido en franco crecimiento. Y este 2025 la conforman tres cuadrillas con 25 miembros cada una, más la asociación de mujeres Sahumadoras, que rebasa este número pero que aún no se logra llamar cuadrilla tema que deberá ser tratado en la próxima Junta Directiva de la Hermandad que entrará en vigor en noviembre de este año.
La fiesta como tal, ha sido preparado con meses de anticipación desde la creación de eventos para recaudar fondos, la planificación con detalle de la vigilia, la procesión en las calles de Stamford y la necesidad de que los miembros de las cuadrillas, a los que se los llama “hermanos”, ayuden no solo en la logística del evento, sino con los por menores del acto religioso.
Rosa Toribio, presidenta de la Asociación de Sahumadoras, fue la encargada de manejar el grupo de mujeres, quienes esta vez no solo hicieron -como cada año- fumarolas con el sahumerio mientras cantan o rezan el Rosario. Este año sacaron desde el sábado en vigilia la imagen del Señor de los Milagros y lo guardaron, en procesión, el domingo entrado la noche.
Para Rosa Toribio, el detalle de cada cosa fue tomado muy en cuenta y muy en serio. Ellas, coordinaron desde de qué color debían ser las 800 flores que compraron a don Rubén Ramírez de floristería mexicana de New York, contrataron la banda de músicos que tocaron marchas religiosas que se ejecutan por décadas en el Perú durante el mes de octubre, temporada en que sale a las calles en procesión la imagen del Señor de los Milagros.
Además, atendieron a las hermandades que vinieron de Harford, Bridgeport y New Haven, ciudades de Connecticut y a la Hermandad de Westchester, New York, que cargaron las andas del Patrono del Perú, así como la imagen de la Virgen de la Nube, patrona de los inmigrantes del Ecuador, que, por tradición del Convento de las Nazarenas de Lima, sale en procesión, igualmente.
Gabriela Rosero, con apenas cinco años de vivir en Stamford, nativa del Ecuador, es parte de la asociación de Sahumadoras, ella, a igual que todas debió comprar su hábito morado con su velo en Lima-Perú por un valor aproximado de treinta dólares. A su vez, le puso mucho entusiasmo a la presencia de la imagen de la Virgen de La Nube, patrona de los inmigrantes ecuatorianos, que está en la parte posterior de la imagen del Señor de los Milagros y junto a su familia ayudó a distribuir comida a los devotos que llegaron por cientos a la fiesta peruana.
Margarita Cortavarría, residente de Hartford, es socia de la Asociación de Sahumadoras, y desde que la Hermandad fue fundada en Stamford, año tras año acude con su pebetero (vasija) a sahumar, es decir, purificar o aromatizar el ambiente con humo sagrado para el Señor de los Milagros.
Como parte central de la celebración el Padre Juan Gabriel Acosta, acompañó en procesión a los fieles devotos del Señor de los Milagros, portando el Santísimo, mientras el Coro de la Iglesia cantaba durante el trayecto el Himno al Cristo peruano, que sale por las calles desde el 20 de octubre de 1687, tras un terremoto que devastó Lima y que actualmente esta tradición de fe está vigente alrededor del mundo.