Por Maya Mcfadden
Los pasillos y la cafetería de la Academia New Haven (escuela Magnet) se han vuelto más ruidosos, ahora que la escuela se ha convertido en la primera del distrito en adoptar las bolsas Yondr, ya que los estudiantes pasan la hora del almuerzo hablando entre ellos en lugar de mirar sus teléfonos. Las Yondr son las fundas para guardar el teléfono que las escuelas esperan que mantengan a los estudiantes sin distracciones en el aula.
Dispositivos de bloqueo y desbloqueo montados en la pared cerca de las salidas de la escuela New Haven Academy
New Haven Academy (NHA) es la primera escuela en utilizar las bolsas Yondr antes de que el distrito escolar amplíe su uso a todas las escuelas secundarias el próximo año escolar. Los concejales aprobaron hace un mes, un contrato de cerca de $317,000 entre las escuelas publicas de New Haven (NHPS) y Yondr para suministrar fundas a todas las escuelas primarias y secundarias a partir del próximo año.
Justin Harmon, portavoz de NHPS dijo a the Independent que aunque las fundas fueron encargadas desde enero, se espera que estén disponibles a partir de marzo.
Los estudiantes deben guardar bajo llave todos los dispositivos personales que quepan en la funda, incluidos el teléfono, los AirPods y los relojes inteligentes
Meredith Gavrin -co-responsable de la escuela en NHA, junto con Greg Baldwin, dijo que se nota más interacción social en los pasillos y la cafetería.
Según el personal, los estudiantes se quejan de que se aburren sin el celular. La escuela ha comprado juegos de mesa, rompecabezas y cubos de Rubik para que los alumnos se entretengan durante el almuerzo. También ofrece a los alumnos hilo para aprender nuevas técnicas, como tejer.
“Los niños juegan, hablan y ríen, desde temprano”, afirma Gavrin.
En las aulas, los profesores observan mayor participación por parte de los alumnos, añadió.
Gavrin y Baldwin pensaban que el desarrollo de las habilidades interpersonales de los estudiantes sería gradual, pero Gavrin dijo que era como “subir la persiana de la ventana y que entrara la luz”.
El lunes, a las 10 de la mañana, tres estudiantes de último curso de la NHA regresaron a la escuela de la calle Orange después de pasar su periodo de estudio libre fuera de la escuela. Sus telefonos fueron bloqueados antes de salir del edificio. Cuando regresaron, volvieron a guardar sus teléfonos en sus fundas Yondr y las cerraron mediante el dispositivo magnético que se guarda en la oficina principal del edificio.
Mientras los alumnos lo hacían, Baldwin y la secretaria de la oficina vigilaban para asegurarse de que los dispositivos se guardaban correctamente. “Ya saben, modo Airplane mode” Baldwin les recordaba.
La escuela comenzó a ponderar el tema de las fundas la pasada primavera. Baldwin propuso que NHA fuera la escuela secundaria piloto y comenzó el proceso de conseguir fundas para sus 320 alumnos.
Baldwin dijo que el objetivo de la escuela con las fundas ha sido para mantener la “política de teléfono apagado” en la escuela y que los estudiantes no se distraigan con su tecnología personal.
Los responsables de la escuela informaron al personal que se habían pedido las fundas y luego se invitó a los estudiantes y sus familias a reuniones para conversar acerca de por qué y cómo serian utilizadas.
Baldwin y Gavrin explicaron que antes de la introducción de Yondr, los maestros tenían que recordar a los alumnos la política que ya existía la escuela, de no utilizar el teléfono.
Ahora, cuando los alumnos entran a la escuela por la calle Orange, pasan por los detectores de metales y utilizar dos de los cinco cierres magnéticos de pared de la escuela para sus fundas, las que traen diariamente. El personal debe verificar que los estudiantes guardaron sus teléfonos correctamente.
Si los alumnos no traen sus fundas, seguridad, el personal o la administración colocarán los teléfonos en un sobre a guardarse en la oficina principal.
“Ahora no es solo más ruidoso”
La cafetería cuenta ahora con juegos de mesa para evitar que los alumnos no se aburran.
Mientras estaba en la sala de estudios, el jueves por la mañana, la estudiante de último curso Lily González dijo al Independent que al principio estaba “realmente disgustada porque no iba a poder usar mi teléfono”. Pero al llegar las fundas se dio cuenta que no era tan difícil la transición.
“Pensé que sería terrible no poder enviar mensajes a mi mamá o a mis amistades, “uno se acostumbra”.
Añadió que, como alumna de último curso, puede salir de clase durante el periodo de estudio y consultar su teléfono. NHA permite a los estudiantes de último año sin problemas de disciplina y con un promedio general de 2.7 o superior salir de la escuela para ir a la sala de estudio, con la aprobación de los padres- y desbloquear sus teléfonos.
También ayuda a conocer mejor las consecuencias de la adicción y dependencia excesiva de los celulares. Dijo agradecer a la escuela que tomara en cuenta que los estudiantes se podían aburrir y les ofreciera juegos durante el almuerzo.
La estudiante de segundo año Kimberly Kurtz expresó una opinión diferente. Piensa que la inversión en las fundas Yondr es “dinero desperdiciado”, que pudo gastarse en materiales escolares.
Sin embargo, aunque las fundas son incómodas, la transición no fue tan dura como esperaba. entonces, recibe información sobre los cambios en el horario de trabajo de su madre a través de la oficina, y no a través de un mensaje de texto de su madre.
Dijo que la mayoría de las veces utilizaba el teléfono cuando terminaba más temprano sus deberes, para saber la hora o para anotar sus deberes en la aplicación de notas del teléfono.
Gavrin y Baldwin coincidieron en que, aunque los estudiantes no están muy contentos con la transición, están cooperando. Ninguno se ha resistido a usar la fun da, pero en un caso, un estudiante intento forzar la cerradura de la funda.
Según la política de teléfonos de la escuela, si se sorprende a un alumno con el teléfono dos veces, se llama a uno de los padres para que lo recoja.
La escuela ha utilizado grupos de orientación para orientar a los alumnos sobre las consecuencias de la dependencia de los teléfonos móviles y las redes sociales en la salud mental y el rendimiento académico.
El jueves, un estudiante le dijo a Gavrin que esperaba entrevista de trabajo en su teléfono y le pidió que lo mantuviera desbloqueado durante el día. los teléfonos de los alumnos permanecen en sus fundas y se les insta a ir a la recepción cuando necesitan ponerse en contacto con sus padres o por asuntos personales.
La escuela dispone de cinco dispositivos de bloqueo y desbloqueo en las salidas de la escuela. Así, los estudiantes pueden desbloquear sus teléfonos al salir. La parte magnética no está activada durante las horas de escuela.
El dispositivo de desbloqueo magnético se saca del aparato durante el horario escolar.
Baldwin observó que antes de introducir las fundas, la escuela ya disponía de tecnología académica, como los Chromebooks, para asegurar que todos los estudiantes tuvieran acceso a tecnología útil en el aula.
Susan Ellwanger, profesora de inglés, afirma que, desde que se utilizan las fundas Yondr en la escuela, ha observado una “oleada de energía” en los alumnos. y más “unión” entre los alumnos, sabiendo que todos tienen sus teléfonos protegidos.
Añadió que incluso cuando los estudiantes no utilizaban directamente sus teléfonos en clase, un teléfono vibrando distraía, afectando su concentración. “Es un alivio secreto”, afirma.
«Los teléfonos son adictivos y están diseñados así, por lo que es como si la escuela tuviera que salvarlos de sí mismos», afirma.