Por Juan D. Brito
La expresión “Policías Acostados” no tiene nada que ver con una amenaza hacia los miembros de la policía, sino que se refieren a promontorios en la superficie de algunas calles construidos para limitar el exceso de velocidad de vehículos conducidos por choferes irresponsables que circulan por estas arterias de la ciudad pensando que son parte de una competencia automovilística. En algunos países se apoda a estas elevaciones “lomos de toro,” “camellos” y otras distintas denominaciones creadas por los residentes, pero cuyo objetivo es el mismo: frenar la velocidad de conductores imprudentes e impulsivos.
La avenida Wethersfield localizada en el sur de la capital del estado que se extiende desde la gran intersección cercana al Hospital de Hartford donde coinciden la avenida Maple y la Franklin, se extiende por varias millas hasta desembocar en Jordan Lane aledaña al concurrido Berlin Turnpike que se convierte en la ruta 15 con destino a Nueva York. Ha sido y sin lugar a dudas es una avenida muy concurrida que converge con el Hospital de Hartford y el centro de la ciudad.
El sábado recién pasado los acongojados familiares de Luis Daniel Rodríguez de 44 años de edad padre de tres hijos y víctima de un atropello ocurrido el jueves 13 de agosto por parte de un vehículo cuyo conductor se dio a la fuga, se reunieron para dar a conocer su pesar por la perdida de un ciudadano trabajador que velaba por sus hijos.
También se quiso llamar la atención de las autoridades acerca de este luctuoso suceso que ensombrece la vida de un vecindario ya afectado por años por la delincuencia, la presencia de chulos y prostitutas, pandilleros, suciedad de las calles y veredas, traficantes de drogas y sujetos que han modificado radicalmente la vida de sectores de esa popular avenida cercana al parque Colt.
Rodríguez iba en su bicicleta por la senda demarcada para el uso de este medio de transportación y ejercicio, cuando fue arrollado por el vehículo que escapó dejando a la victima con traumas severos que le produjeron una muerte instantánea.
Aun en medio del dolor producido por la pérdida de Rodríguez, su madre, hermanas y activistas se movilizaron para reunir 1,000 firmas solicitando la instalación inmediata de lomos de toro en un sector donde esta la escuela superior Bulkeley, y otros establecimientos educacionales.
Este pasado sábado la dolorida familia encabezada por la madre de la victima recibieron las condolencias de los asistentes las expresiones y compartieron sus voces de protesta y clamor por justicia por parte de portavoces de la familia.
Anasis Soto de 34 años y hermana de Rodríguez, dijo a la prensa que estaba segura de que lo sucedido a su hermano no era la única tragedia de este tipo, “pero podemos evitar que estas perdidas humanas continúen,” agregando “¿cuántas muertes más serán necesarias para que las autoridades hagan algo?” dijo la acongojada Anasis, hermana de este ciudadano que había sido un empleado ejemplar en Black Eyed Sally’s Southern Kitchen y que perdió su empleo debido a las restricciones ocasionadas por la pandemia que afecta a restaurantes de Greater Hartford.
Aun estando afectado por un cáncer que combatía con esperanzas y fortaleza, Luis Daniel era voluntario para la organización HRA de la ciudad de New Britain que provee comidas a personas sin hogar. Además, Rodríguez limpiaba patios, efectuaba trabajos de pintura y otras labores para apoyar la alimentación y bienestar de sus tres hijos.
El sábado, cerca del lugar de encuentro de los familiares y activistas, había un letrero luminoso advirtiendo el exceso de velocidad en la avenida colocado por el departamento de la policía frente al edificio de la escuela Bulkeley. Notamos que no obstante el llamativo anuncio, los vehículos excedían la velocidad haciendo a veces difícil el cruce de la ancha avenida por parte de los transeúntes.
Testigos del hecho informaron que alrededor de las 8:30 de la noche del jueves 13 de agosto vieron a dos vehículos, un Audi de color blanco y un SUV de color oscuro yendo hacia el norte compitiendo a alta velocidad y zigzagueando hasta que uno de los vehículos se estrelló en contra de la bicicleta de Rodríguez arrojándole violentamente al suelo y produciéndole heridas traumáticas fatales que le produjeron la muerte en forma instantánea. Una hora después los detectives de la policía encontraron un vehículo abandonado en la calle Magnolia en el Norte de Hartford con daños significativos en su exterior que coincidía con la descripción entregada por los testigos de la desgracia. La policía está solicitando que cualquier información acerca del o los ocupantes del vehículo sea comunicada a la línea confidencia de la uniformada, 860-757-4125.
En los meses de restricciones debido a la pandemia cuando no había tantos automóviles en calles, avenidas o carreteras se produjeron más choques y accidentes fatales involucrando vehículos que corrían a alta velocidad. Según los datos que proveyó la Universidad de Connecticut, para el día primero de mayo de este año se habían producido 87 muertes debido a accidentes automovilísticos comparados con 62 en le mismo periodo del año pasado.
Según Anthony Cherolis, coordinador de transporte para el Centro de Progreso Latino, cuando hubo más rutas abiertas y con menos circulación de vehículos porque hay menos tráfico, el control policial disminuyó y entonces los conductores aprovecharon para guiar de un modo descuidado produciendo accidentes fatales.
El argumento en contra de la instalación de “Policías Acostados” es que disminuiría el acceso rápido de vehículos de emergencias tales como ambulancias y móviles de los bomberos al Hospital de Hartford donde están las unidades de tratamiento de trauma y otros casos de urgencias. Sin embargo, con la muerte de Daniel Rodríguez y las quejas de su familia y de los vecinos, las autoridades parecieran estar más conscientes y dispuestas a escuchar buscando una solución al problema.
Los aficionados a competir a alta velocidad que a veces utilizan automóviles robados para sus acciones irresponsables han utilizado por décadas tanto a la avenida Wethersfield como rutas aledañas al parque Colt para estas carreras ilegales de alta velocidad que usualmente tomar lugar en horas de la noche o en la madrugada. En estas competencias ilegales también participan ruidosas motoras que contaminan el ambiente con ruidos ensordecedores.
“A estos yo les llamo los fiebrudos a quienes no les importa la vida de niños, jóvenes o adultos,” dijo Lorenzo, vecino del lugar del accidente quien relata situaciones en las que los automóviles, motocicletas o trocas a alta velocidad han puesto en peligro la vida de estudiantes y adultos mayores.
La familia de esta victima de 44 años y padre de tres hijos, mantendrá con la cooperación de vecinos y activistas del derecho a circulación de las bicicletas, en continuar una activa campaña de recolección de firmas para la colocación de guardias muertos y mayor control electrónico de velocidad. Hechos semejantes ocurren no solamente en Hartford, sino que en West Hartford donde la Trout Brook Drive perpendicular a la avenida Farmington se ha convertido también en una arteria donde dueños de automóviles de lujo y descapotables, circulan de un modo totalmente descontrolado e irresponsable.
El evento del pasado sábado 22 de agosto llevado a cabo en un día húmedo con temperaturas que superaron os 90 grados Fahrenheit, se inició en el 224 de la avenida Wethersfield y se invitó a los participantes montando bicicletas o caminando, a acompañar a la familia que llevaba la bandera puertorriqueña, y lucían camisetas con el rostro y el nombre de la víctima.