SAN FRANCISCO (AP) — El Consejo de Supervisores de San Francisco está a punto de otorgar al recién elegido alcalde Daniel Lurie mayores poderes y flexibilidad para acelerar la respuesta de la ciudad a una crisis de fentanilo que ha convertido las aceras en guaridas al aire libre de consumo de drogas y personas sin hogar.
La legislación, sobre la cual los supervisores votarán el martes, elimina los requisitos de licitación competitiva para algunos contratos y permite a la administración solicitar donaciones privadas para agregar rápidamente 1.500 camas en albergues y contratar más especialistas en seguridad pública y salud conductual. Es la primera pieza legislativa para Lurie, heredero de Levi Strauss y fundador de una organización sin fines de lucro contra la pobreza que nunca había ocupado un cargo electivo hasta que derrotó a la alcaldesa London Breed en su intento de reelección el año pasado.
La propuesta ya cuenta con los seis votos necesarios para ser aprobada, y probablemente obtendrá más votos el martes.
El hecho de que el consejo de 11 miembros renuncie a sus poderes de supervisión para un esfuerzo sin un plan concreto o métricas de rendición de cuentas subraya la desesperación de los supervisores por encontrar una solución. También señala su aceptación, por ahora, de un extraño a la política que prometió trabajar de manera colaborativa para crear soluciones sensatas.
La supervisora Connie Chan indicó la semana pasada en el comité de presupuesto y finanzas que preside que la supervisión del consejo ayuda a garantizar que el dinero de los contribuyentes se gaste de manera juiciosa y transparente. Pero también advirtió que este es “verdaderamente un momento sin precedentes” que requiere medidas inusuales, y apreció la disposición del alcalde para llegar a un acuerdo. Breed tenía una relación tensa con los miembros progresistas del consejo, incluida Chan.
San Francisco ha sido conocido durante mucho tiempo por su política liberal, pero los campamentos de tiendas de campaña para personas sin hogar y el consumo público de drogas aumentaron durante la pandemia de COVID-19. Las muertes por sobredosis impulsadas por el fentanilo barato y potente alcanzaron un máximo histórico en San Francisco de más de 800 en 2023.
En respuesta, los residentes frustrados votaron para aumentar los poderes policiales y apoyaron las medidas enérgicas contra la falta de vivienda en las calles. También eligieron a demócratas más moderados para el consejo.
La propuesta de Lurie permitiría a la ciudad eludir el proceso de licitación y adquisición competitiva para contratos, subvenciones y arrendamientos relacionados con la adicción, la falta de vivienda y la contratación de seguridad pública. Los departamentos de la ciudad podrían firmar nuevos arrendamientos sin la aprobación del consejo. Quiere abrir un centro de entrega de 24 horas que sería amigable con la policía y una alternativa a la cárcel.
Los supervisores tendrían solo 45 días para votar sobre contratos de hasta 25 millones de dólares, reducido desde los 50 millones de dólares originales propuestos por el alcalde, o renunciar a su supervisión. La contratación acelerada terminaría en un año, en lugar de los cinco originales.
La Fundación contra el SIDA de San Francisco se opone a la propuesta porque carece de métricas y detalles, como cómo reduciría realmente el uso de fentanilo, explicó Laura Thomas, experta en políticas de drogas de la organización sin fines de lucro y directora senior de políticas de VIH y reducción de daños.
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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.
