¡Prepárate! Un horizonte económico sombrío se avecina en los Estados Unidos. Se avecina la “estanflación” en 2023, una combinación letal de recesión y altos niveles de inflación. A medida que la economía estadounidense se recupera de los estragos de la pandemia, nuevos desafíos económicos se ciernen sobre el horizonte. La pandemia ha dejado una profunda cicatriz en la economía, y los efectos adversos están comenzando a surgir. En este artículo, exploraremos las razones detrás de la estanflación en Estados Unidos en 2023 y analizaremos las implicaciones a corto y largo plazo. ¡Mantente informado y prepárate para lo que se avecina!
La estanflación es un escenario extremadamente preocupante, con el crecimiento económico estancado y los precios en constante aumento. Tradicionalmente, altos niveles de inflación van de la mano con una economía en auge, pero esta vez la historia es diferente. El estancamiento económico se suma a los desafíos, lo que crea una situación compleja y desafiante.
¿Qué significa esto para los estadounidenses? El bolsillo de las personas se ve perjudicado, ya que los salarios se mantienen bajos mientras los precios de bienes y servicios se disparan. La estabilidad económica se resquebraja y los desafíos para las familias y las empresas se multiplican. Es esencial que las autoridades encuentren soluciones rápidas y efectivas para evitar una crisis devastadora.
Organismos Internacionales importantes en materia económica, como el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial (BM) y la misma Reserva Federal (FED – Banco Central de Estados Unidos); entre sus previsiones estimaban que la economía del país del “Tío Sam”, entraría en recesión al cierre del año 2023; siendo específicos en su último trimestre (octubre – diciembre). Nos estamos acercando a octubre y las alarmas se han encendido dando un viraje a otro escenario económico, màs complejo que la recesión, conocido como estanflación cuyas condiciones hemos descrito líneas arriba.
El Banco de Inversión Saxo Bank de Dinamarca; en la tercera semana del mes de agosto del presente año, habiendo evaluado algunos indicadores económicos estadounidenses afirmó que la estanflación “comenzaría en el cuarto trimestre de 2023, con un mayor impacto en el primer y segundo trimestre de 2024”. Previsión que lo fundamenta, señalando que los mercados emergentes como indicio, son los que suelen liderar los ciclos económicos y monetarios ya han empezado a reducir los tipos. Que los principales cambios se derivan de la gran subida de los tipos reales, que deja los costes de financiación de Estados Unidos “casi demasiado altos para soportarlos”: visto con la debacle del recorte de su rating por parte de Fitch, pero también en el gran aumento del coste del consumo.
Además; que los tipos de interés de todo, desde las tarjetas de crédito y los coches nuevos hasta las hipotecas, están cotizando dos veces por encima de la media a largo plazo y son casi punitivos. Los datos de empleo y el gasto parecen ralentizarse, mientras que la inflación a través de los salarios y la energía se mantiene obstinadamente pegajosa. Un crecimiento bajo y una inflación semi alta equivalen a estanflación. Remarcaba Steen Jakobsen, director de inversiones de Saxo Bank, “la firma ha estado en el bando de la ‘no recesión’ desde principios de 2022, pero ve ahora una serie de factores que se están deteriorando drásticamente”.
Bankinter estima que la economía de Estados Unidos crecerá 2,1 % en el año 2022 y desde ahí se desacelerará hasta el 1,2 % en el año 2023 y 1,2 % en el 2024. Se puede apreciar claramente un deterioro en el crecimiento económico. Y las estimaciones respecto a la inflación general; proyecta un 3,8 % para el año 2023 y un 3, 5% para el año 2024; cifras por encima del rango meta que establece la Reserva Federal (2 %). Y en lo que respecta a la inflación subyacente, que “ha llegado para quedarse” en el mes de enero del presente se ubicó en 5,6 % y actualmente su lectura es de 4,7 % y la proyección es que nos acompañará así de elevada hasta fines del año 2025. Esto implica que nos quita poder adquisitivo, con una tasa de paro en aumento (3,8 % en el último reporte); y unas condiciones remunerativas que no van a la “velocidad” de la inflación con la que se viene bregando varios meses atrás. Así como lo señala Saxo Bank, tenemos como resultado la estanflación light que por ahora es una posibilidad muy real. Esto significa que EE.UU. experimentará un periodo de alta inflación y lento crecimiento económico. Será una fase difícil, pero inevitable, para la economía estadounidense.
Esta estanflación que se avecina será un paso positivo para resetear la economía y centrarse en los verdaderos retos: una energía mejor y más limpia, una economía real más grande y una educación y unas políticas sociales mucho mejores.