Por Aníbal Brea
Sin duda que la reunión entre el presidente Trump y el recién electo alcalde de Nueva York, algo sorprendió, aunque el presidente es experto en ese tipo de sorpresas. Y los más sorprendente es que el presidente hasta vaticinó que el alcalde Zohran Mamdani, “puede hacer un buen trabajo. De hecho, creo que va a sorprender a algunas personas conservadoras”. En fin, habrá que ver como esa grata distensión se refleja en la vida de los neoyorquinos y como afectaría las elecciones congresuales de 2026.
Entretanto, algo de historia sobre la posición. El primer alcalde conocido de Nueva York, en 1663, lo fue Thomas Willett, un puritano inglés, que hablaba con fluidez el holandés, algo muy importante en la época, dada la preponderancia holandesa sobre el lugar.
Aunque no todos los habitantes de la que sería la Gran Manzana eran europeos; allí ya vivían desde tiempos inmemoriales los Lenape, pueblo indígena con presencia en Estados Unidos y Canadá. Y a principios del siglo XVII llegó el primer no nativo, Juan Rodríguez (o Rodrigues), proveniente de lo que es hoy República Dominicana.
Desde 1663 pues, Nueva York ha tenido todo tipo de alcaldes (alcaldesa, nunca), generalmente blancos, aunque dos negros, el actual, Eric Adams y, antes que él, David Dinkins, quien ocupó el puesto hasta 1992.
Ha habido alcaldes protestantes, católicos y judíos, de los más variados orígenes nacionales, alemanes, italianos, británicos, pero ahora, la ciudad tendrá su primer alcalde de origen africano y, como si fuera poco, de declarada y asumida religión musulmana, aunque este sea efectivamente el tercer culto practicado en la gran urbe (los católicos y judíos son mayoritarios). Se agrega que Mamdani es, además, de conocida militancia Demócrata socialista que, según analistas europeos, lo convierte realmente en social demócrata.
Por lo demás, así como Nueva York es la “segunda capital” de varios países de la región, en términos de población, es también la primera ciudad judía del mundo. De manera que resulta ser más espectacular aun, que los neoyorquinos hayan escogido a Mamdani como su alcalde.
Pero, a decir verdad, aunque se supone que la mayoría de musulmanes votaran por él, su religión no tiene nada que ver con su triunfo electoral, que fue esencialmente promovido por jóvenes, de ambos sexos y de todas las religiones habidas y por haber.
Como bien proclamara el nuevo alcalde en su discurso de auto felicitación: “Nueva York ha sido y seguirá siendo una ciudad de inmigrantes, construida por inmigrantes, desarrollada por inmigrantes y, desde dentro de unos meses, gobernada por un inmigrante”. En todo caso, un inmigrante reciente.
Naturalmente, una vez pasada la euforia del triunfo, queda por delante la tremenda tarea, ya no de cumplir las promesas hechas, sino de administrar una ciudad tan grande y compleja, con una impresionante empleomanía municipal de 300 mil personas y un no menos impresionante presupuesto de casi 110 mil millones de dólares.
Entre las promesas hechas por Mamdani, que suelen ser bastante parecidas a las de cualquier ciudad importante del país, están en primer lugar las guarderías y escuelitas hasta 5 años, completamente gratis. Algo que un anterior alcalde, el ítalo-americano Bill De Blasio logró, aunque el costo es bastante alto. Pero si ya uno lo hizo antes, ¿Por qué no podría hacerlo el futuro alcalde?
Otra propuesta muy popular en Nueva York, es el congelamiento del pago de alquiler de apartamentos de renta controlada. Esa es una decisión para la cual el alcalde no necesitaría que los concejales le apoyen, aunque, por supuesto, la poderosa asociación de propietarios de apartamentos de alquiler, lo llevaría a los tribunales, dificultando de esa manera su aplicación.
Luego viene el tema de los autobuses gratis para todo el mundo. Para eso Mamdani necesita a la gobernadora la que, aunque está en campaña para su reelección el año próximo, no es partidaria de medidas radicales. Ella y otros políticos de la ciudad sugieren autobuses gratis para los grupos más necesitados (personas mayores o enfermas, mujeres embarazadas, autobuses circulando en barrios más “populares”, etc.) lo que parecería ser la solución que se impondrá, ya que son minoritarios los votos del alcalde en el mecanismo de dirección del transporte.
Algunas otras de sus propuestas más llamativas, dependerán de sus buenas relaciones con la gobernadora y el Concejo Municipal. Sin hablar ya de algún tipo de relación o contacto con el gobierno federal, algo que por el momento apunta en la mejor de las direcciones, luego del encuentro de Mamdani con el presidente Trump aunque en política, nunca se sabe…
Otra parte de este entramado político, es que la victoria de Mamdani se produce en medio de desavenencias dentro del partido Demócrata, aunque hayan obtenido algunas significativas victorias electorales en Nueva Jersey y Virginia. En ese partido mal coexisten varias tendencias, sin que se vea una salida porque, a diferencia del partido Republicano, los Demócratas no tienen realmente un líder.
Sí puede satisfacer a los Demócratas que esos resultados apuntan a que están recuperando parte del electorado hispano perdido en las presidenciales.
De todas maneras, independientemente de cómo le vaya a Mamdani en la dirección de Nueva York, los Demócratas confían en que los resultados electorales recientes, sean un preaviso favorable de las elecciones legislativas de 2026, al menos en la Cámara de representantes.